Redacción Petroquimex
Durante la Cuarta Edición de Energy Mexico Oil Gas Power® 2019 Expo & Congress, la secretaria de Energía, Norma Rocío Nahle García agradeció la invitación y señaló que, a días de iniciarse una nueva etapa en la vida política y social de México, cambios interesantes y significativos en áreas tan importantes como el sector energético comienzan a gestarse. “Nos hemos dado a la tarea de establecer una ruta de trabajo que permita revertir, en el corto y mediano plazo, algunos índices productivos comerciales que no han sido favorables para el país; con el objetivo de que, al final del sexenio, la balanza comercial petrolera deje de ser deficitaria y, en cambio, tenga un superávit para equilibrar la balanza de pagos”.
En cuestión de hidrocarburos, puntualizó la ingeniera, todas las empresas petroleras o de energía en el mundo, basan su crecimiento y desarrollo en la capacidad de producir, transformar, obtener valor agregado y comercializar, con una visión de mercado internacional. Los gobiernos mantienen el mando y la coordinación de su sector energético. Tal es el caso de Estados Unidos, Canadá y Arabia Saudita, naciones con gran capacidad de producción. Por ello en México, el Estado ha decidido tomar con responsabilidad la coordinación de este sector.
Agregó que México tiene gran apertura en esta área, después de los cambios legislativos que se realizaron. No obstante, a finales de 2018 el país presentó el mayor déficit de su historia en la balanza comercial petrolera. “De un superávit de 15 mil millones de dólares que se tuvieron en 2008, se pasó a un déficit de 19 mil millones de dólares en 2017, porque aun cuando hubo exportaciones de 23 mil millones de dólares de crudo, las importaciones de petrolíferos fueron del doble, 42 mil millones de dólares. Por lo que, en 2018 el déficit de la balanza comercial petrolera fue de 22 mil millones de dólares”.
En cuanto a la producción petrolera, la secretaria afirmó que igualmente se presenta una situación que debe ser atendida de inmediato puesto que únicamente se está produciendo un millón 750 mil barriles por día, cifra muy lejana a las proyecciones que el gobierno anterior había contemplado cuando impulsó la reforma energética, estimadas en tres millones de barriles por día y dado que la infraestructura de Petróleos Mexicanos está subutilizada y fuera de operación, el 80 por ciento de las gasolinas que se consumen en el país son importadas.
Por ello, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador ha anunciado y hecho públicas las medidas que se están tomando. Entre éstas, se autorizaron recursos adicionales para Pemex en materia de exploración y producción, con el propósito de reactivar importantes pozos productivos y de frenar la declinación de hidrocarburos, tanto de petróleo como de gas asociado. Ya se está trabajando en el plan para la rehabilitación de las seis refinerías del Sistema Nacional de Refinación, puesto que el año pasado, este sistema sólo trabajó al 38 por ciento de su capacidad. La falta de mantenimiento y la toma de decisiones equivocadas, han llevado a que sus instalaciones estuvieran subutilizadas por una falta de presupuesto. Se han considerado 25 mil millones de pesos este año para iniciar con la rehabilitación de las refinerías y a su vez se determinó la construcción de otra que se ubicará en la Terminal de Dos Bocas en Tabasco, con el fin de que en un mediano plazo México sea capaz de procesar todo el petróleo que se produce y con ello obtener valor agregado y abastecer el mercado nacional.
“Actualmente los países del mundo caminan hacia la producción de electricidad a través de energías limpias, México también irá en ese sentido, independientemente que el sector privado produce y participa en el mercado eléctrico, la Comisión Federal de electricidad (CFE) tiene 60 hidroeléctricas que abastecen el mercado nacional. Sin embargo, muchas de ellas están fuera de operación porque, como las refinerías, también necesitan mantenimiento para repotenciar su capacidad y con ello despachar el energético. Se trata de energía limpia, barata e infraestructura que ya se tiene. Al respecto se está trabajando en la elaboración, se tiene presupuesto y se está en pláticas con la firma canadiense estatal Hydro-Québec, que es de las empresas número uno en el mundo en hidroeléctrica y es pública”.
Asimismo, se cosechará una importante transferencia tecnológica. El papel del sector privado siempre es bienvenido en la medida que pueda añadir una mayor rentabilidad económica al sector energético en el país y una vez que el Estado incentive y garantice la producción primaria, la industria de la transformación crecerá considerablemente en el país en forma automática, al atender la garantía de abastecimiento de la materia prima y con ello el resultado será el crecimiento económico.
El reto es grande pero no imposible, enfatizó la titular de la dependencia, este logro permitirá mantener una estabilidad cambiaria, sobre todo en la paridad peso-dólar y que a su vez sea un factor importante para contener los niveles de inflación por debajo del tres por ciento y así mantener los niveles del poder adquisitivo de la población.
“El sector energético es muy amplio, todos caben en él. Lo importante es ubicar a cada quien en el lugar correcto, para el mayor beneficio de la economía de México. En el entorno internacional, se está actuando de manera responsable y autónoma, cumpliendo aquellos acuerdos internacionales y haciendo planteamientos de modificación donde se requiera, de acuerdo a la actual política energética. Esto es a groso modo, la forma en la que se está llevando a cabo la política energética, hacía donde se va a trabajar y dónde es necesaria la participación tanto del Estado como de la iniciativa privada. Se le dará un nuevo impulso a la producción, al crecimiento y al desarrollo, pero sobre todo al trabajo aquí en México”.