En los últimos 14 años, México registró una caída de 45.8 % en la producción de crudo, lo cual pone al país en una difícil situación
El año pasado, el presidente Andrés Manuel López Obrador propuso un plan para dejar de exportar petróleo crudo con el objetivo de extraer sólo lo indispensable para el consumo interno. “Ya no se va a vender, en el mediano plazo, petróleo crudo al extranjero; queremos procesar toda nuestra materia prima”, declaró el jefe del Ejecutivo durante una presentación en el estado de Tabasco.
Desde hace varios años la producción de petróleo del país está en declive y durante enero del presente año la producción de crudo de Petróleos Mexicanos (Pemex) fue de 1.62 millones de barriles por día (bpd) en promedio, lo que significó una baja con respecto a lo que se reportó en diciembre de 2018 (1.71 millones de bpd).
Cabe recordar que la mayor parte del decline en la producción de México, vino del descenso en el campo petrolero Cantarell. De 1979 a 2007, la mayor parte del petróleo nacional se produjo de dicho yacimiento, éste solía ser el segundo campo petrolero más grande del mundo en producción.
Debido a la caída de la producción en 1997, Pemex inició un proyecto masivo de inyección de nitrógeno para mantener el flujo de petróleo y como resultado de este procedimiento, la producción en Cantarell pasó de 1.1 millones de barriles por día en 1996, a un máximo de 2.1 millones de barriles por día en 2004; según un análisis realizado por la agencia de calificación crediticia, Moody’s.
En el transcurso de 2006 la producción de Cantarell cayó 25 por ciento, de 2.0 millones de barriles por día, en enero de ese año, a 1.5 millones de barriles por día en diciembre, con una continua disminución en todo 2007. A mediados de 2008, Pemex anunció que trataría de terminar el año con una producción de al menos un millón de barriles por día. Sin embargo, la tasa de producción de petróleo en Cantarell se redujo a 811 mil barriles por día, una disminución del 36 por ciento con respecto a lo obtenido el año anterior. Tal situación se tradujo en un descenso total de la producción mexicana: 9.2 por ciento, de 3.1 millones de barriles por día, en 2007, a 2.8 millones de barriles por día en 2008. La tasa más baja de producción de petróleo desde 1995.
En los últimos 14 años México ha registrado una caída de 45.8 por ciento en la producción de crudo, lo cual pone al país en una situación difícil. Conforme al presidente de la nación, en diciembre de 2018 México importó 300 mil barriles de petróleo crudo ligero para sus refinerías.
¿Es viable dejar de exportar?
La propuesta del gobierno actual sobre dejar de exportar petróleo, podría traer riesgos significativos para las finanzas de Petróleos Mexicanos (Pemex) así como para la calidad crediticia de México, de acuerdo con la agencia Moody´s.
El analista Ramsés Pech Razo, socio de la empresa Caraiva y Asociados S.A. de C.V. señala que las calificadoras podrían cambiar su percepción siempre y cuando:
a) Se aumente la inversión en exploración y producción. En 2014 el monto que se invirtió en este rubro fue de 300 mil millones de pesos (mdp) con un tipo de cambio en promedio de 13.30 pesos por dólar, mientras que en 2018 se destinaron 170 mil mdp con el tipo de cambio de 19.24 pesos por dólar.
“Esto indica que cuando se deprecia el peso contra el dólar se tiene menos capital para tener acceso a tecnología, ya que como México no tiene equipos propios, debe contratar más del 80 por ciento de su tecnología en dólares. Se estima que para dicho fin, la inversión sea de 10.8 miles de millones de dólares en 2019, pero para 2020 se requerirán más de 18 mil millones de dólares”.
Entre 2014 y 2018 se invirtieron en la parte exploratoria alrededor de 35 mil millones de pesos (2.6 mil millones de dólares) en promedio anual, pero con base al tipo de cambio registrado en los últimos años, hubo una pérdida de 763 millones de dólares, lo que se tradujo en menos actividad; expresó Pech.
“Es decir, entre más deprecie el peso, menos dólares habrá para invertir en exploración. Se requiere que esta actividad aumente cuando menos al doble de lo que actualmente se realiza”.
b) Al desarrollar los 20 pozos adicionales que se descubrieron recientemente, Pemex deberá inyectar más capital para mantener la producción y realizar las reparaciones necesarias en los yacimientos, de acuerdo con su formación o tipo de crudo.
c) No endeudarse no significa tener un balance financiero positivo, lo que representa es que, del crudo que se obtenga en superficie, deberá adquirirse el flujo de efectivo suficiente para operar, perforar más pozos exploratorios, desarrollar nuevos campos y pagar la deuda que tiene Pemex actualmente; señala el socio de Caraiva y Asociados.
“Lo anterior confirma la razón para aumentarle el presupuesto a Pemex en 2020, de 40 a 50 por ciento, en comparación con lo que se aprobó este año a fin de incrementar la producción y mantener los pozos de crudo y gas que actualmente operan en el país”, comentó el analista energético.
d) Debido a que la época de Cantarell ha terminado, hay que mantener la producción actual del campo Ku Maloob Zap, conforme a un plan de explotación.
Ramsés sostiene que el promedio anual de producción de los 20 campos adicionales podrá estar en el orden de los mil a dos mil barriles diarios por pozo, lo cual estará lejos de lo que producía Cantarell (entre cinco mil y ocho mil diariamente por pozo).
e) Perforar pozos no significa incremento de la producción de forma continua, es preciso realizar un plan de explotación y darle mantenimiento a cada pozo con el propósito de conservar una producción estable por “n” número de años.
La presente administración propuso un plan de rescate para la industria petrolera que consiste en rehabilitar las seis refinerías existentes, la construcción de una nueva y aumentar el crudo generado en el país.
No obstante, “el asunto no es la refinería, sino la decisión que México establezca con respecto a dejar de exportar y si los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Estados Unidos tienen contemplado esta decisión, ya que este panorama podría afectar al mercado internacional”, considera Ramsés.
Existen algunos escenarios a considerar, que se basan en la estimación del volumen de crudo en superficie que se tendría; ello acorde con el plan presentado por la Secretaría de Energía (Sener) y de Pemex:
Esta propuesta indica que se dejará de exportar crudo, puesto que se enviarán entre 1.155 millones de barriles diarios y 645 mil barriles diarios para la exportación (45 por ciento menos de ventas).
Se aumentará la importación de crudo ligero. En 2019 se programó importar 92.9 mil barriles diarios, según los objetivos de Pemex en el presupuesto de este año.
En 2020 la ley de ingresos contemplaría una reducción en la comercialización del crudo mexicano por medio del Fondo Mexicano del Petróleo. Dicha decisión la tendría que ejercer el poder legislativo en noviembre de ese año.
En 2021 se espera tener 2.1 millones de barriles diarios y se desea enviar a refinería 1.155 millones de barriles diarios (70 por ciento de utilización en forma conservadora) más 950 para la exportación. Esto incrementaría la exportación de 200 a 300 mil barriles.
En 2022 se pretende tener 2.3 millones de barriles diarios. Se estima enviar a refinería 1.660 millones de barriles diarios (80 por ciento de utilización en forma conservadora y que la nueva refinería empiece a operar a finales de ese año. Esto de acuerdo con el programa de la Sener, pero se podría prolongar más) y 640 mil barriles diarios para exportación.
Ante los datos obtenidos, se debe considerar qué es más rentable para 2020: “exportar o refinar”.