México defendió su política energética, tras recibir una carta firmada por varios ministros de Estados Unidos, en la que se acusa al gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador de «dañar el clima de inversión» por restringir la participación privada.
«La relación con Estados Unidos dentro del T-MEC (Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá) en materia de energía, es de respeto a las normas constitucionales de cada país, así quedó especificado en el tratado», argumentó Rocío Nahle, titular de la Secretaría de Energía (Sener).
Esta declaración ocurre después de que Washington criticó el compromiso de México con el nuevo acuerdo comercial, en una carta enviada el 11 de enero y difundida el pasado viernes, firmada por los secretarios de Estado, Mike Pompeo; Dan Brouillette, de Energía, y Wilbur Ross, de Comercio.
El inusual texto, enviado una semana antes del cambio de Administración de Estados Unidos, está dirigido a Nahle y a los secretarios mexicanos de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, y de Economía, Tatiana Clouthier.
La carta constituye una significativa llamada de atención al Gobierno mexicano por su controvertida política energética que afecta a las inversiones de empresas de Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea al restringir sus planes e inversiones.
Las ostensibles diferencias del Gobierno del presidente Donald Trump con México en materia energética, se verán incrementadas con la nueva Administración del demócrata Joe Biden, quien tiene un enfoque totalmente distinto a López Obrador en materia de política energética.
Mientras Biden apuesta decididamente por las energías renovables, el Gobierno de López Obrador defiende el petróleo y el carbón para favorecer a la paraestatal Petróleos Mexicanos (Pemex) y la empresa pública de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El presidente López Obrador ha presumido del T-MEC, en vigor desde el 1 de julio del año pasado, como la principal herramienta de México para reactivar la economía, que se contrajo al menos un 8 por ciento en 2020, según estima la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Pero al mismo tiempo ha afirmado que México protegió su soberanía energética, por lo que puede continuar con sus cambios que protegen de la competencia a las empresas del Estado, Pemex y la CFE.
«En el marco de sus atribuciones, el Gobierno de México implementa un adecuado balance energético dentro del territorio nacional», sostuvo la titular de Sener.
Entre los reclamos en la carta, Washington destacó que los reguladores han recibido presuntas presiones para bloquear permisos para proyectos energéticos del sector privado y usar su autoridad para favorecer a las empresas del Estado.
Los secretarios estadounidenses denunciaron que ello afectaría «de manera adversa» cientos de millones de dólares de inversión.
«Aunque respetamos el derecho soberano de México de determinar sus propias políticas energéticas, estamos obligados a insistir que México debe respetar sus obligaciones bajo el T-MEC», establece el texto.
Empresarios del sector energético reconocieron que el T-MEC incluye un nuevo capítulo 8 de «Reconocimiento de la propiedad, directa, inalienable e imprescindible del Estado mexicano sobre hidrocarburos».
Pero advirtieron que existen otros capítulos de acceso a mercados, protección de inversiones, buenas prácticas regulatorias, y empresas del Estado que obligan a México a no dar un trato discriminatorio y garantizar la autonomía de los reguladores.