Durante la conferencia “Análisis del T-MEC y su impacto en el sector energético”, el ex jefe negociador del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), Kenneth Smith, habló sobre los retos y oportunidades que enfrenta México en materia energética, ante los acuerdos comerciales que tiene con los otros dos países norteamericanos.
Para el especialista, el sector energético impacta en todos los aspectos de la competitividad en nuestro país, por lo que es de vital importancia entender los cuatro pilares que sostienen la modernización de México: competitividad, comercio incluyente y responsable, oportunidades de la economía actual y, principalmente, la certidumbre jurídica a largo plazo para el comercio e inversiones.
Es importante señalar que la Reforma Energética Estructural, presentada durante la administración pasada, se consolidó en el T-MEC. Esta busca promover y proteger la competencia dentro del sector, permitir alianzas público-privadas e impulsar el uso de energías limpias, entre otros temas.
Respecto al capítulo 8 del T-MEC, que ha causado gran controversia entre el gobierno y la iniciativa privada, Kenneth Smith indica que debe ser leído “armónicamente con otros capítulos y tratados, como el Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP)”, que incorporan la Reforma Energética de 2013.
Dichos acuerdos son analizados bajo la premisa de que “Toda reforma constitucional y todo cambio legal o regulatorio deben ser compatibles con los compromisos internacionales de México”, y “México no puede adoptar medidas más restrictivas a aquellas que ya haga adoptado en otros tratados”.
A la fecha, el gobierno ha promovido tres “Acuerdos” que incurren en una violación al T-MEC. En el sector eléctrico: “Modificaciones a los Términos de estricta separación legal de la CFE”, publicada en marzo de 2019 y “Política de confiabilidad, seguridad, continuidad y calidad en el sistema eléctrico nacional”, en mayo de 2020.
Aunado a esto, en diciembre de 2020, la Secretaría de Energía (Sener) anunció la publicación del “Acuerdo que establece las mercancías cuya importación y exportación está sujeta a regulación por parte de la Sener”, que restringe la obtención de permisos de importación y reduce la vigencia de los mismos, lo que provoca la reducción de posibles inversiones en el país. Asimismo, la Sener obtiene mayor control sobre la regulación.
En ambos casos, las posibles violaciones al T-MEC incluyen el acceso a mercados, la administración aduanera y facilitación del comercio y trato preferencial a las empresas del Estado.
Por otra parte, la actual administración ha tomado medidas que podrían resultar problemáticas ante los acuerdos internacionales, como la demora en los trámites para cumplir con las regulaciones que el mismo gobierno ha impuesto. Tal como el caso de la obtención de permisos y actualización de equipo para el sector gasolinero, debido a inspecciones innecesarias en la aduana, procedimientos lentos e inmovilización de la mercancía.
Ante esos hechos, la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) se ha pronunciado en diversas ocasiones, así como otros organismos de la iniciativa privada, como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), en defensa de los participantes del sector.
Finalmente, Kenneth Smith agregó que los tratados internacionales como el T-MEC, permiten establecer reglas generales para llevar a cabo la regulación y operación en cada país; sin embargo, no es posible dictar criterios específicos para cada país. El T-MEC busca evitar tratos discriminatorios en materia comercial, específicamente del sector energético, así como promover la transparencia de las regulaciones, basada en criterios científicos y técnicos.