Tras más de 24 meses de no recibir atención directa, sino únicamente vía remota aun con citas para aclaraciones, alrededor de 120 regulados y sus representantes fueron recibidos este miércoles en las instalaciones de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) donde se llevaron a cabo tres reuniones con representantes de la Unidad de Hidrocarburos mismas que culminaron con una sensación ambigua, por parte de los empresarios, ya que por un lado se abrió la esperanza de que el regulador agilice sus actividades y por otro no se trazó ningún plan o alguna cita posterior para continuar el diálogo.
Desde inicios de semana, la CRE envió a los interesados una invitación a sus instalaciones con el fin de recibir comentarios y resolver dudas sobre sus permisos vigentes o solicitados. Ello, luego de que se dio a conocer que, en materia de derivados de hidrocarburos, que incluye desde su transformación hasta su venta al público, hay 940 permisos detenidos.
Así, llegaron los invitados para recibir la noticia de que dichas reuniones que duraron toda la mañana serían sesiones informativas de carácter no vinculante en la que participarían entre 35 y 40 permisionarios por turno.
“Hubo mucha emoción previa, pero un desencanto al final”, dijo Marcial Díaz, representante de diversos permisionarios por parte de la consultoría Lexoil, “cabe mencionar que se retiraron los celulares al ingreso al sexto piso de la CRE”.
De acuerdo con el consultor en materia energética, los representantes del regulador pidieron paciencia a los permisionarios, toda vez que se tienen recortes presupuestales y por consiguiente de personal. “El lenguaje fue cordial pero no se vio caso alguno y sólo se dio información general, que es del conocimiento de los titulares de los permisos”, aseguró Marcial Díaz a El Economista.
“Mi optimismo es que se abrió de nuevo un diálogo con el regulador con la esperanza de que tienen claro este rezago de permisos”, puntualizó.