México estuvo a punto de alcanzar la meta establecida en la Ley de Transición Energética, al generar 29.5% de la energía eléctrica con fuentes limpias.
El año pasado, México estuvo a punto de alcanzar la meta establecida en la Ley de Transición Energética, al generar 29.5% de la energía eléctrica con fuentes limpias. El compromiso era de 30% para el 2021; sin embargo, estaría en riesgo la meta de llegar al 35% hacia el 2024.
En el Reporte de Avance de Energías Limpias, la Secretaría de Energía asegura que el 0.5% faltante para llegar al 30%, se debe principalmente al impacto negativo de la emergencia sanitaria por causa de la epidemia de enfermedad generada por el virus SARS-CoV2 (Covid19); el diferimiento de la fecha de entrada en Operación de proyectos de generación privados y públicos; así como las distintas suspensiones judiciales a instrumentos de planeación que garantizarían una incorporación segura de centrales de generación intermitentes, entre otros”.
Indica que, derivado de la Resolución del Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a la Controversia Constitucional 64/2021, será posible incorporar la generación limpia proveniente de centrales hidroeléctricas, geotermoeléctricas y nuclear de la Comisión Federal de Electricidad, que hoy no pueden ser despachadas en su totalidad por dar prioridad al Mercado Eléctrico.
La Ley de Transición Energética y la Ley General de Cambio Climático prevén una tasa de 35% hacia el 2024 y aunque la Sener asegura que la política de transición energética avanza con acciones en materia de generación de Energías Limpias y, en particular de las renovables, que permitirán abastecer el suministro de electricidad de todos los sectores productivos y de la sociedad Mexicana, bajo los principios de eficiencia, calidad, confiabilidad, continuidad, seguridad y sustentabilidad, las acciones regulatorias reflejan que no podrán cumplir con la meta.
Las dudas están sustentadas. El gobierno federal alcanzó a casi cubrir la meta el año pasado porque aumentó la generación de energía hidroeléctrica de 32 mil 234 GigaWatts/Hora (GWh) en 2018 a 34,717.16 e incrementó de manera exponencial la generación eoloeléctrica al pasar de 123 mil 435 GWh a 21mil 074 GWh.
Pero, en su intento por fortalecer a la CFE, la Comisión Reguladora de Energía, entre 2021 y lo que va de este año ha negado permisos para generar energía eléctrica con tecnología renovable a empresas privadas y ha autorizado la exclusión de los centros de carga de diversos establecimientos y socios de permisos en las modalidades de cogeneración y autoabastecimiento.
La CRE, a cargo de Leopoldo Melchi García negó los permisos para generar electricidad a las empresas Energía el Trojano, 360 Plaza de Cibeles, FRV San Isidro, Parque Solar las Lomas de Ocampo III, Parques Eólicos de México, Recursos Solares PV de México yScutti Solar 3, por mencionar sólo algunas. No así al sector público, dígase CFE, principalmente.
El principal golpe lo han recibido los permisionarios de la figura conocida hasta la reforma de 2014 como permisos de autoabastecimiento, bajo la cual había 468 permisionarios de los cuales 347 estaban vigentes -privados y públicos-.
En aras de fortalecer a la CFE la CRE ha ayudado a adelantar la caducidad de los permisos de autoabastecimiento, denominados desde 2014 como legados, lo que atenta conta el Estado de derecho porque vulneran las condiciones bajo las cuales las empresas construyeron las centrales de generación eléctrica.
Pero más allá de eso, que hemos tratado en otros espacios, lo relevante es que al autorizar sólo permisos al sector público la administración está haciendo más lenta la instalación de los proyectos de energía renovable.
La meta casi se alcanzó el año pasado porque muchos proyectos estaban en construcción y traían su propia inercia de crecimiento y producción, pero al evitar y limitar la inversión privada en esa infraestructura, el gobierno se está autocondenando a no cumplir con las metas de reducción de emisiones y crecimiento de la energía renovable en la matriz energética.