El gas natural ha tenido relevancia en el quehacer humano desde hace milenios, creciendo en importancia hasta nuestros días con una proyección importante en el desarrollo de la matriz de energías primarias, considerado el hidrocarburo de la transición energética por ser accesible y confiable para la producción de calor e indispensable como fuente de energía en algunos procesos industriales.
Los primeros registros de este hidrocarburo datan del 2000 a.C. cuando en la antigua Persia se observaron llamaradas en las zonas pantanosas donde caía un rayo. También, el historiador griego Plutarco en sus escritos dejó patente esta historia bajo los mismos términos en el Mar Caspio; aproximadamente en el año 1000 a. C., se construyó el famoso Oráculo de Delfos, en el Monte Parnaso en la antigua Grecia, donde el gas natural se filtraba del suelo en forma de llama; tratándose de un uso más cotidiano alrededor del año 500 a. C., los chinos comenzaron a usar “tuberías” de bambú crudo para transportar el gas que se filtraba a la superficie y usarlo para hervir agua de mar y obtener agua potable.
El gas natural fue encontrado en América en 1626 por exploradores franceses que notaron que los nativos americanos estaban encendiendo gases que se filtraban del lago Erie. Más de 100 años después, en 1785, Gran Bretaña se convirtió en el primer país en comercializar el uso de gas natural, usándolo como combustible para faros y farolas.
En México la historia comercial del gas licuado del petróleo o gas LP (producto de la refinación, no confundir con el Gas Natural Licuado que se encuentra en estado natural, o asociado al petróleo, en el subsuelo) comienza en 1930 para sustituir el uso de aceite y leña para cocinar en los hogares. En 1945, el descubrimiento del yacimiento Misión en el norte de Tamaulipas da inicio a la historia del gas natural en México.
A lo largo de este tiempo, el enfoque ha sido la producción para abastecer principalmente a los sectores eléctrico, petrolero e industrial, 64%, 23% y 11% respectivamente. En la primera con la demanda en continuo incremento para sustituir el carbón mineral y al petróleo en la generación de energía, por ser el gas menos contaminante por mucho contra el carbón y el crudo. Esta demanda se cubre diariamente teniendo un margen de reserva de 2.4 días de acuerdo a los cálculos del IMCO (1), en cambio la Unión Europea tiene capacidad de almacenamiento para dos meses y medio con el cual podrá subsistir el invierno, principalmente en lo referente a calefacción de los hogares, en caso de que no cuente con suministro, claro está que sus necesidades y condiciones de mercado por su ubicación, clima, reservas, economía, etc. son distintas a las de México, donde el suministro se ha convertido en un tema crítico para la seguridad energética del país ante posibles eventos como el presentado en Texas por las heladas ocurridas en febrero del 2021 bajando su producción al 54% y teniendo como consecuencia el cierre de sus gasoductos transfronterizos (Texas tiene 15 puntos de internación de 24 ubicados a lo largo de la frontera), afectando la disponibilidad de 2,200 MW en Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Además para contribuir al balance de carga-generación el CENACE se vio obligado a realizar cortes de energía rotativos y aleatorios en 12 estados del Bajío y Centro de la República, visualizándose la considerable dependencia que tenemos del gas importado de EEUU de quien seguimos siendo su principal cliente, más del 60% del consumo nacional (8,363 Mil MMpcd, gráfico 1) retrocediendo el porcentaje por las nuevas exportaciones de Gas Natural Licuado (GNL) que está haciendo el vecino país hacia Europa por el conflicto Rusia-Ucrania y a China, así como por el ligero aumento de la producción nacional.
La Política Pública en materia de almacenamiento de Gas Natural publicada por la SENER el 26 de marzo de 2018, establece la obligación de constituir un mínimo de 5 días de inventario estratégico para el año 2026 que representa alrededor de 45 mil MMpc, así mismo el Segundo Plan Quinquenal de expansión del SISTRANGAS 2020-2024 aprobado por la SENER en noviembre del 2020 implicaba el desarrollo de 355 kilómetros de nuevos gasoductos y el almacenamiento operativo de GN en cavernas salinas, ambos proyectos ubicados en Xalapa, Veracruz, uno más en el municipio Coyame del Sotol, en Chihuahua, así como el campo Jaf, también en Veracruz, los cuales se encuentran suspendidos.
Otra de las opciones tecnológicamente viables es el uso de yacimientos agotados de gas para el almacenamiento, para este caso se tienen ubicados también los yacimientos terrestres agotados de hidrocarburos en Acuyo (Chiapas), Brasil (Tamaulipas), Jaf (Veracruz) y Saramako (Tabasco), sin embargo, a pesar de tener costos de inversión menores que las cavernas salinas, su nivel de extracción es menor pero que con el diseño y la tecnología adecuado puede mejorarse, otra de las ventajas es que existen más ubicaciones que pueden ser aprovechadas para este fin.
Tenemos en existencia 3 terminales de gas natural licuado (GNL) pero están avocadas al suministro para la CFE a través de los operadores Enagás, KOGAS e IEONVA, y su capacidad de almacenamiento de GLP es de apenas 33.9 MMpc aprox.
Ha sido patente la vulnerabilidad internacional del modelo comercial de hidrocarburos a partir de la crisis ruso-ucraniana, por lo que los gobiernos han tenido que regresar en cierta medida a la obtención de energía con hidrocarburos e inclusive el carbón con la finalidad de asegurar su seguridad energética y económica, por los menos en este periodo, e igualmente las nuevas políticas conducen al alza más grande realizada del pronóstico de energía renovable representando más del 90 % de la expansión de la capacidad eléctrica mundial al 2027. (2).
Sin embargo, globalmente, este desarrollo de renovables no será suficiente para cubrir la nueva demanda energética requerida por el crecimiento poblacional, las necesidades industriales de potencia en el corto y mediano plazo, además de sustituir los hidrocarburos.
Ante estos argumentos, el almacenamiento de gas natural toma relevancia al reconocer que los hidrocarburos seguirán como materia prima para la industria de la transformación y la generación de energía eléctrica por un periodo considerable, de manera que se deben continuar con los proyectos de infraestructura de almacenamiento que nos dará certeza operativa ante cualquier contingencia al ser usado como un regulador entre el transporte y la distribución así como ante cambios repentinos en la oferta y la demanda.
Referencias:
(1) IMCO, Gas Natural para la Transición Energética y competitividad de México, Agosto 2022
(2) IEA Renewables 2022, Analysis and forecast to 2027
(3) IEA WEB 2022
*Por el ing. Juan Escobedo Vielma
Comité de Energía del Colegio de Ingenieros Civiles de México