La producción de eFuels podría ahorrar 830 millones de toneladas anuales de CO2.
La Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) asegura que en los próximos cinco años la expansión de la capacidad renovable será más rápida, de hasta el 85% con respecto al mismo periodo anterior.
El organismo estima que las energías renovables representarán más del 90% de la capacidad eléctrica mundial, esto impulsado por China, Estados Unidos y la Unión Europea, que están tomando políticas al respecto.
Vehículos eléctricos son opción para ayudar al medio ambiente
Las medidas que han adoptado Estados Unidos y la UE también han impactado al sector automotriz pues esperan que antes de 2050 la producción de vehículos de gasolina esté completamente prohibida.
En 2021, de acuerdo con datos de la IEA, las emisiones globales de CO2 del sector del transporte crecieron un 8% luego de que se levantaron las restricciones por Covid-19.
El movimiento de pasajeros y mercancías comenzó a recuperar su ritmo natural, e incluso se registró una demanda en el transporte lo que ocasionó que los gobiernos pusieran mayor atención a este sector.
eFuels, la solución global al cambio climático
La mayor parte del transporte aún cuenta con motores dependientes del petróleo. Sin embargo, cada vez es más el número de vehículos que funcionan con combustibles verdes y los gobiernos han decidido hacer políticas para que estos sustituyan a los que necesitan carburantes.
Los biocombustibles, combustibles verdes, o también llamados eFuels, se presentan como la solución global al cambio climático, según la eFuel Alliance, un movimiento europeo que promueve el uso de electrocombustibles neutros de CO2.
Estos combustibles se basan desechos, cereales, plantas, electricidad e hidrógeno y son una alternativa a los carburantes líquidos convencionales porque reducen las emisiones de CO2 de manera significativa.
Biocombustibles
Hay combustibles verdes convencionales y avanzados o de segunda generación. El bioetanol, que se agrega a la gasolina, así como el biodiésel, son los convencionales.
El bioetanol se produce gracias a la fermentación del azúcar de las plantas o cereales y el biodiesel, también llamado biogasóleo, creado mediante un proceso químico de vegetales. Estos representan algunas complejidades al sustraerse de recursos alimentarios.
Los biocombustibles avanzados no afectan el suministro alimenticio porque se extraen de desechos agrícolas, residuos de explotaciones forestales o cultivos de hierbas como el miscanto, una especie de pasto, así como el agua.
Así se produce el eFuel
Mientras que la producción de eFuel, que un combustible sintético, se logra de la extracción de hidrógeno mediante un proceso de electrólisis.
“Este método utiliza la corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno que hay en el agua, por lo que, si esa electricidad se obtiene de fuentes renovables, produciremos energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera”, indica Iberdrola.
La compañía española de energías renovables apunta que obtener éste ahorraría 830 millones de toneladas anuales de CO2 que se generan cuando este gas se produce mediante combustibles fósiles.
Los eFuels tienen neutralidad climática ya que se producen con electricidad proveniente de energías renovables y emiten CO2 durante su generación por lo que pueden ser de gran contribución para combatir el cambio climático.
Su uso no se limita al automotriz, también se emplean en la calefacción en edificios y su transportación y almacenamiento es fácil y económica, detalla la eFuel Alliance.