- «Las acciones de Rusia están enturbiando la oferta de crudo y los inventarios.»
- Rusia logra un nuevo récord de exportaciones de petróleo desde el ataque a Ucrania.
Rusia anunció un recorte de 500.000 barriles diarios de la producción de petróleo poco después de que Occidente ejecutase las sanciones más duras sobre el crudo y los derivados rusos. La intención de Moscú con esta medida era generar un déficit de petróleo en el mercado que disparase los precios y dañase a las economías avanzadas. Sin embargo, meses después del anuncio, Rusia está exportando la mayor cantidad de petróleo en años y el crudo que acumula en el mar sigue aumentando, lo que deja entrever que las espitas del petróleo van a dejar salir más crudo de lo que se creía. O, al menos, eso es lo que parece.
Los datos de exportaciones y de petróleo flotante están dejando en ‘papel mojado’ las previsiones que habían realizado sobre la oferta de crudo los organismos internacionales y energéticos. El vaticinio principal hace solo unos meses hablaba de falta de petróleo por las sanciones y los recortes de Rusia. Los fundamentales del petróleo (oferta y demanda) allanaban el terreno para que el barril de crudo volviese a recuperar los 100 dólares o inclusos superarlos. Sin embargo, esos fundamentales se han convertido en un enigma, según revelan los economistas de BCA Research. El crudo Brent cotiza este jueves en los 78 dólares por barril.
Las ‘flota gris’ de Rusia está compuesta de unas 600 embarcaciones que están ganando gran experiencia y habilidad para eludir las sanciones marítimas occidentales. «Esto seguirá oscureciendo el estado de los suministros e inventarios de crudo y productos». Los barcos rusos tienen más de 125 millones de barriles de crudo flotando en el mar. Una buena parte de ellos se encuentra en tránsito, mientras que otra es utilizada como instalación de almacenamiento.
Estos expertos parafrasean a Winston Churchill, que describió a Rusia como ‘un acertijo, envuelto en un misterio, dentro de un enigma’. «Sus maquinaciones en el mercado del petróleo tras la imposición de sanciones por parte de Occidente, ciertamente, dan fe de esa definición», sostienen estos economistas.
Rusia se ha convertido casi de la noche a la mañana en un país puntero en el envío de petróleo y productos refinados sin ser detectado. La cuestión es que, por el lado de la oferta del mercado del petróleo, esto complica en gran medida el análisis y las previsiones: «Las acciones de Rusia enturbian la oferta, el petróleo en tránsito y los inventarios», añaden desde BCA Research.
Frente a los problemas esperados de Rusia para vender su petróleo, el país gobernado por Vladimir Putin ha logrado un nuevo máximo de exportación de crudo. El informe de mayo de la Agencia Internacional de la Energía revelaba que «en abril, las exportaciones rusas de petróleo alcanzaron un máximo posterior a la invasión de 8,3 millones de barriles diarios (incluidos los productos refinados)», lo que representa un aumento de ingresos de «1.700 millones de dólares», hasta los 15.000 millones de dólares.
Según la propia AIE, Rusia no ha cumplido su amenaza de reducir la producción en 500.000 barriles diarios. «Es posible que Rusia aumente sus volúmenes para compensar la pérdida de ingresos», observó el organismo. A pesar de las sanciones internacionales contra su petróleo, Rusia está logrando redirigir sus exportaciones de hidrocarburos hacia otros países (China, India y Turquía) pero «parece tener algunas dificultades en hallar compradores para su crudo y sus productos petrolíferos», matiza el informe.
Rusia vende crudo sin problemas
La AIE admite que «Rusia parece tener pocos problemas para encontrar compradores dispuestos a comprar su crudo y productos derivados del petróleo, con frecuencia a expensas de otros miembros de la OPEP+ en un mercado de dos niveles que ha surgido desde que entraron en vigor los embargos».
Desde el Departamento de Energía de EEUU también muestran sus dudas sobre las intenciones de Rusia y prevén una caída de su producción anual en unos 300.000 barriles diarios, lejos de los 500.000 anunciados por Rusia. Además, desde esta agencia creen que una parte de la reducción en el bombeo de petróleo y refinados será producto de tareas de mantenimiento en las refinerías de Rusia, más que un movimiento intencionado para cumplir con el recorte de los 500.000 barriles. Con todo, desde este Departamento han rebajado la previsión para el precio del petróleo desde los 85 a los 79 dólares por barril para este 2023.
El secretismo de China
No todo es oferta lo que está generando confusión. En el lado de la demanda, China ha comenzado a restringir el acceso a empresas que rutinariamente recopilan información y datos para realizar evaluaciones económicas. En los mercados energéticos, los niveles de inventario de petróleo ya se tratan como secretos de Estado, pero ahora el riesgo es que la política energética de China, las fuentes y los usos, como los datos de importación y exportación de petróleo, la producción de refinerías, etc., puedan verse repentinamente afectados por normas que clasifican dicha información como sensible, asegura el informe de la casa de análisis estadounidense.
«El seguimiento del consumo de petróleo en China, el segundo mercado de petróleo más grande del mundo en términos de consumo y uno de los mayores importadores de petróleo, probablemente se vuelva más difícil de evaluar», sentencian estos economistas. A todo ello hay que sumarle la pérdida de fuerza de la recuperación.
En conjunto, «estos factores aumentan la incertidumbre sobre los datos del petróleo, como la producción, el consumo, el comercio y los inventarios, y se convierten en un riesgo que debe tenerse en cuenta en las decisiones de inversión y comercio», culminan los economistas de BCA Research en su informe.