Los temores recesivos tienen un efecto mayor que el recorte de la OPEP y profundizan el desplome del petróleo.
El mercado vuelve a darle un duro golpe a la estrategia de recortes de producción de la OPEP con una caída en la cotización del petróleo mayor al 3% en el caso del WTI que perfora la línea de 67 dólares el barril.
Con señales de una recesión económica global en puerta cada vez más contundentes y en una semana cargada de tensión por la difusión del dato de inflación en Estados Unidos y la próxima reunión de la Reserva Federal, los futuros del crudo profundizan su sendero descendente.
“Wall Street está apostando a que este principio de recesión va a hacer aflojar la política monetaria y que la FED no va a subir la tasa. Como este equipo de analistas dijo en marzo, la tendencia bajista incita a los grandes fondos a venderse en descubierto, lo cual suma presiones al mercado”, afirma el especialista financiero, Francisco Uriburu.
Las expectativas no tardaron en repercutir en las principales entidades financieras como Goldman Sachs, quien revisó sus proyecciones de futuros a la baja y ahora anticipa un barril a 86 dólares para fin de año.
El banco sostiene que habrá un mayor bombeo de Rusia, Irán y Venezuela en 2024, con una producción adicional de 800.000 barriles diarios que revertiría el efecto del millón de barriles que Arabia Saudita sacó del mercado.
“Los árabes se quedaron sin balas, lo que fue aprovechado por los fondos de inversión para jugarse a la baja y vender futuros. El rebote después de tocar mínimos, tampoco se presume de gran importancia”, agrega Uriburu.
Entre los drivers que afectan a la cotización del barril, también entra en juego los bajos inventarios, una lenta reposición de reservas estratégicas por parte de los Estados Unidos y la sorpresiva baja demanda de combustibles de China, quien tuvo un muy mal primer semestre en términos de actividad económica.