El premio que paga la estatal duplica el que paga el soberano, una brecha que se ha ampliado debido al pobre desempeño operativo de la empresa petrolera.
Entre el 1 de enero y el 30 de junio de 2023 Pemex pagó 74,800 millones de pesos por concepto de intereses, comisiones y otros gastos relacionados con sus obligaciones derivadas de la deuda. Este monto fue 16.4%, que son 10,500 millones de pesos, mayor al observado en el mismo periodo de 2022, 64,200 millones de pesos. Representa la segunda mayor cantidad de recursos destinada a este concepto para un mismo lapso en los últimos 13 años, mientras la voluntad del gobierno federal de rescatar a la empresa parece desvanecerse, según explican.
La deuda total de Pemex se ubica en 1.95 billones (millones de millones) de pesos y es el doble de cara que la deuda del país, con tasas de 11% en comparación con el 5% de los bonos soberanos. En 2020, la deuda total de la petrolera alcanzó su máximo histórico: 113,227 millones de dólares de pasivos totales. Así que por lo menos en lo que resta de la presente administración, según el director general de la empresa, Octavio Romero Oropeza, la Secretaría de Hacienda asumirá los vencimientos de los intereses que se venzan de este pasivo.
A la vez, en el reporte de resultados del segundo trimestre, Pemex informó que, de 2019 a junio de este año, ha recibido apoyos gubernamentales por más de 720,000 millones de pesos.
Y a ello se añade el apoyo proveniente de la reducción paulatina, entre 2019 y 2023 de la tasa del Derecho de Utilidad Compartida (DUC) del 65% al 40%, le representó a la petrolera un ahorro de 416,000 millones de pesos.
Al respecto, el experto exconsejero independiente de la estatal, Fluvio Ruiz Alarcón, los resultados de Pemex hasts ahora dejan claro que no basta con la voluntad política de apoyar a Petróleos Mexicanos cuando las circunstancias específicas lo requieran.
«Pareciera ser hora de reflejar esa voluntad en una nueva arquitectura institucional del sector, una adecuación de la estructura organizativa y la visión de negocios de la petrolera, con vistas a convertirse en una empresa energética”, dijo Ruiz Alarcón, “así como un cambio de régimen fiscal que haga económicamente viable estas mutaciones. Como país, necesitamos construir el mayor acuerdo posible en torno al tipo de sector petrolero que deseamos y al papel que deben jugar Pemex y la inversión privada complementaria en él”.
Porque a pesar de ser muy importantes, estos apoyos han sido el resultado de decisiones coyunturales que no han sido institucionalizadas y que, por lo tanto, corren el riesgo de no volverse sistemáticas o parte de una estrategia de largo plazo, detalló Fluvio Ruiz Alarcón.
Y es que en lo que resta del año, el margen de maniobra para que el gobierno realice aportes de capital o asuma el pago de amortizaciones de la deuda de Pemex, se ve acotada por el hecho de que, entre enero y junio, los ingresos petroleros totales captados por la Secretaría de Hacienda, alcanzaron un monto de 481,929.1 millones de pesos. Esta cantidad es 220,510.6 millones de pesos menor que la proyectada para ese lapso (702,439.7 millones de pesos).
Ello porque del total de ingresos petroleros, el gobierno esperaba captar para sí (el resto se consideran ingresos propios de Pemex), en el primer semestre de 2023, 268,547.6 millones de pesos. Sin embargo, solo obtuvo 161,130.6 millones de pesos, es decir, 107,417 millones de pesos menos de lo programado. De su lado, los ingresos propios de Pemex fueron inferiores en 113,093.6 millones de pesos a lo calculado (433,892 millones de pesos).
La menor captación de ingresos petroleros frente a lo estimado es resultado de que el paquete económico para el presente ejercicio fiscal se elaboró considerando una plataforma de producción de 1.852 millones de barriles diarios y un precio promedio de la mezcla mexicana de exportación de 68.7 dólares por barril.
Vea la nota en: https://www.eleconomista.com.mx/empresas/Costo-financiero-de-Pemex-a-junio-el-segundo-mas-alto-en-mas-de-una-decada-20230821-0129.html