Europa corre el riesgo de volver a depender del gas natural licuado (GNL) ruso. Los países de la UE adquieren más gas desde Rusia que antes del conflicto ucraniano, aumentando sus compras en un 40% entre enero y julio en comparación con el mismo período de 2021.
El 30 de agosto, la organización no gubernamental Global Witness informó que, en los primeros siete meses de 2023, los países de la Unión Europea gastaron casi 5.300 millones de euros en comprar GNL a Rusia, lo que supone más de la mitad de las importaciones totales, según el portal chino Sina.com.
A su vez, los datos de Eurostat también muestran que, en el primer trimestre de 2023, Rusia se convirtió en el segundo mayor proveedor de GNL de la eurozona, solo por detrás de Estados Unidos y por delante de exportadores de gas de este tipo como Qatar, Argelia, Noruega y Nigeria.
En marzo de 2022, en el contexto de las sanciones europeas contra el sector energético ruso, la UE propuso un plan denominado REPowerEU, cuyo objetivo es eliminar gradualmente la dependencia del gas natural ruso para 2027.
«Pero a juzgar por la situación actual, la Unión Europea aún tiene un largo camino por recorrer para alcanzar este objetivo, ya que sigue dependiendo en gran medida de Moscú para obtener energía de origen fósil», destaca Sina.com.
El gas natural licuado ruso «es muy popular en la región» y llega a Europa a través del gasoducto Yamal LNG, que funciona desde el 2018 y cuya capacidad podría superar los 20 millones de toneladas de gas al año. En la UE lo venden a los consumidores europeos dos comercializadoras, la francesa Total y la británica Shell.
De acuerdo con Alex Frawley, el analista principal de GNL en la consultora ICIS, «una prohibición de las importaciones por parte de la UE causaría algunos trastornos en el suministro de gas, ya que habría que reorganizar toda la estructura del comercio mundial».
«Los clientes a largo plazo en Europa han señalado que seguirán adquiriendo los volúmenes de GNL contratados a menos que los políticos lo prohíban», recalcó, citado por el medio chino.
A pesar de los reiterados llamamientos a prohibir las compras del GNL ruso realizados, entre otros, por la ministra española de Energía, Teresa Ribera, España resulta ser el país más dependiente de este carburante y es actualmente el segundo mayor comprador del gas natural licuado ruso del mundo, con Bélgica en tercer lugar. Así, en los primeros siete meses de 2023, Madrid importó alrededor del 18% de todas las exportaciones de este tipo de gas ruso, mientras que Bruselas adquirió cerca del 17%.
Los dos países son superados solo por China continental, con un 20%, mientras que, en el mismo período de 2021, España ocupaba el quinto lugar y Bélgica el séptimo, precisa Sina.com, añadiendo que la empresa española Naturgy firmó «un importante contrato» con Total para el suministro de GNL procedente de Rusia.
El portal chino estima que las reservas europeas de gas natural se acercan ya al 90% de los límites de capacidad, pero el límite de almacenamiento de 100.000 millones de metros cúbicos «sigue siendo demasiado pequeño» dado el consumo anual de 350.000-500.000 millones de metros cúbicos.
Aunque a principios de este año 2023, el mercado europeo del gas natural se ha mantenido estable, a partir de agosto, los precios de este producto en la UE se dispararon repentinamente. Los responsables del sector advierten de que los precios europeos del GNL seguirán siendo volátiles durante los próximos uno o dos años.
Los países europeos viven una crisis energética por los altos precios del gas y la electricidad, después de que se dispararan debido a las sanciones impuestas a Rusia por su operación de desmilitarización y desnazificación de Ucrania, las cuales, en particular, restringen la exportación de esos productos energéticos.
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