Conviene que el enfoque del próximo sexenio esté en lo eléctrico, en la CFE. En esa decisión puede estar el éxito económico de México de aquí a que termine la década.
Permítanme adelantar a diciembre de 2024. A partir de lo que podemos ver desde el balcón de este otoño, México tendrá presidenta, por primera vez.
Los presidentes abusaron de o apostaron a Pemex. Esa no puede ser ya la consigna de quien les sustituirá en Palacio Nacional.
Conviene que el enfoque del próximo sexenio esté en lo eléctrico, en la CFE. En esa decisión puede estar el éxito económico de México de aquí a que termine la década.
El reto no esperará a que veamos el traspaso de la banda presidencial. Lean, por favor:
“El esfuerzo de la UE por alcanzar la neutralidad climática está acelerando: a partir del domingo, el impuesto fronterizo al carbono del bloque entra en un periodo de prueba, lo que probablemente aumentará las tensiones con socios comerciales clave”.
Es una nota publicada por medios como Político en Europa, continente que estableció una barrera a la contaminación a partir de este mes. Lo que son las cosas: todas las empresas productivas consumen energía y por eso todas las empresas contaminan, pero unas contaminan más que otras y eso empezaron a medirlo grandes clientes este mes.
El contexto es grande. Los europeos establecieron un Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono. Es para todo fin práctico un arma de defensa comercial. Aplica con el cobro de tarifas de entrada a su mercado.
Argumentan que quieren un piso parejo para los productos fabricados allá, que están sujetos a duras reglas ambientales, como el Sistema de Comercio de Emisiones de la UE, que fija un precio al carbono emitido. Si dejan entrar productos importados que no pagaron ese costo, entrarán más baratos y les quitarán mercado.
A partir del 1 de octubre, los socios comerciales de la UE deben informar las emisiones de gases de efecto invernadero vinculadas a sus exportaciones de hierro, acero, cemento, aluminio, fertilizantes, hidrógeno y electricidad. Ojo: México es un socio comercial.
Pero claro, eso es Europa, no es el mercado principal de México. Bien, aquí va otra:
“El 7 de octubre de 2023, el gobernador de California, Gavin Newsom, promulgó los proyectos de ley del Senado (SB) 253 y SB 261, que amplían drásticamente las divulgaciones sobre el clima corporativo para empresas públicas y privadas que hacen negocios en California”, dijo a clientes la poderosa firma de abogados Greenberg Traurig.
California se adelantó a autoridades federales que preparan reglas similares a través de la Securities and Exchange Commission.
Ese estado está pegadito a Tijuana, a Mexicali, Nogales y muy cerca de Ciudad Juárez, la cuna de muchas inversiones por la nueva ola de “nearshoring”, que trajo desde lejos dinero en forma de fábricas de un montón de cosas que llenan los parques industriales.
Las empresas clientes de esas plantas deberán decir cuánto contaminaron para producir lo que venden y en esas emisiones están las que vienen de México, principalmente de la CFE.
Si la electricidad hecha acá emite mucho carbono, los productos fabricados con esa electricidad pagarán más tarifas al entrar a Europa o multas al llegar a California. Las decisiones de dónde poner nuevas fábricas suelen cambiar rápidamente, ya lo vimos.
¿Y de emisiones cómo andamos? Para eso hay que ver cómo genera electricidad la CFE y esto es lo que reporta la CFE al presidente Andrés Manuel López Obrador:
Primero, las buenas: las carboeléctricas bajaron del 11 al 3 por ciento su participación en la energía usada por la empresa; la fotovoltaica se multiplicó en este sexenio, aumentó 2 mil 500 por ciento de 2018 a la fecha, aunque representa apenas 0.14 por ciento para la compañía, de acuerdo con el Sistema de Información Energética de la Sener, que ya está a cargo de Miguel Ángel Maciel.
Ahora, los retos: la dependencia de termoeléctricas se elevó del 66 al 77 por ciento de 2018 a la fecha. Para esta generación la CFE usa principalmente gas natural, pero también combustóleo y diésel. Casi 8 de cada 10 kilowatts son producidos con el calor y emisiones de estos combustibles. Son los datos del gobierno.
Si queremos exportar cada vez más, la opción es recargarse en energías limpias. No hay otra ruta. Para eso se necesita poner la electricidad en el centro de la estrategia energética.
Conviene recordar a Jeffrey Sachs: “¿Por qué invertir en Pemex cuando lo que México realmente necesita es un Solarmex?”.
Encuentre la nota en: https://www.elfinanciero.com.mx/opinion/jonathan-ruiz/2023/10/17/senora-presidenta-es-la-cfe-no-pemex/