El enfoque en el transporte ecológico y sostenible está ganando cada vez más atención y apoyo por parte de un amplio sector, que incluyen ciudadanos preocupados por el medio ambiente, empresas comprometidas con la responsabilidad corporativa y gobiernos que buscan cumplir con sus compromisos climáticos. Ahora, una reconocida empresa creó la primera moto sin gasolina ni electricidad.
Conoce cómo se impulsa esta revolucionaria moto
Este creciente interés se debe en gran medida a la necesidad urgente de abordar el cambio climático y reducir las emisiones de carbono en el sector del transporte, que es una de las principales fuentes de contaminación atmosférica y emisiones de gases de efecto invernadero.
Para hacer posible esta visión de un transporte más limpio y sostenible, se han desarrollado innovaciones como el scooter de hidrógeno Suzuki Burgman. Este scooter utiliza hidrógeno como combustible, una opción que ofrece numerosos beneficios ambientales. En primer lugar, el hidrógeno es un combustible limpio y renovable que, cuando se quema en un motor de combustión interna.
El hidrógeno, apodado el «combustible del futuro», despliega su versatilidad como un camaleón energético. Su ligereza lo convierte en un candidato ideal para revolucionar el transporte, desde automóviles hasta aviones, mientras que su densidad de energía superior desafía los límites de la eficiencia energética, superando incluso a los combustibles fósiles tradicionales.
Características del funcionamiento de esta innovación
La Burgman Suzuki, propulsada por hidrógeno, se transforma en el ícono de la movilidad futurista. Esta creación, producto de la colaboración entre Suzuki e Intelligent Energy, no es solo una moto: es una innovación ecológica rodante. Al dejar atrás el motor de combustión interna y adoptar la tecnología de la pila de combustible de hidrógeno, la Burgman surca las calles sin dejar huella de contaminación en su camino.
La pila de combustible de hidrógeno, se almacena en un depósito a alta presión, donde éste aguarda pacientemente su momento de acción. Cuando llega el momento, el hidrógeno se libera para encontrarse con el oxígeno del aire, generando así electricidad como una sinfonía de sostenibilidad, lo que se traduce en emisiones cero.
Esta electricidad, nacida de esa mezcla química, fluye hacia el motor eléctrico del scooter, alimentando su movimiento silencioso y potente. Con una autonomía de aproximadamente 100 kilómetros, esta moto desafía las distancias urbanas sin esfuerzo, ofreciendo una libertad sin igual en cada viaje.
Una prueba de su efectividad: este fue el proyecto que utilizó Suzuki Burgman
En un giro audaz hacia la modernidad, en 2017, la Policía Metropolitana de Londres optó por una flota de 10 Suzuki Burgman propulsadas por hidrógeno para llevar a cabo pruebas a lo largo de 18 meses. Estas pruebas, llenas de expectativas, resultaron ser un rotundo éxito, destapando el potencial del scooter como una alternativa convincente a sus contrapartes tradicionales de gasolina.
Los resultados no solo demostraron la eficacia de esta tecnología emergente, sino que también destacaron su promesa en la reducción de emisiones y en la transformación de la movilidad urbana hacia un futuro más limpio y sostenible. Al observar más de cerca estos hallazgos, se revela el potencial transformador de la moto propulsada por hidrógeno, que va más allá de simplemente ofrecer una alternativa de transporte
La Suzuki Burgman, impulsada por hidrógeno, no es solo una innovación en el mundo de las dos ruedas, sino un símbolo del cambio hacia un futuro de transporte más limpio y sostenible. A medida que más empresas y gobiernos se unen al compromiso de reducir la huella de carbono y promover la eficiencia energética, es inevitable que surjan más soluciones de transporte sustentable, como la Burgman, que aprovechan el poder del hidrógeno y otras fuentes de energía renovable.
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