Alemania ya decretado cuál es el combustible del futuro y, al contrario de lo que se podría pensar, no es hidrógeno ni electricidad. Su impacto ha sido tan grande como el del combustible futurista que solo se puede encontrar en estos dos coches. Para hacer frente el cambio climático, el Parlamento Europeo aprobó la Ley Europea del Clima, que incrementa la meta impuesta por la Unión Europea de bajar las emisiones netas de gases de efecto invernadero por lo menos un 55% para 2030 (desde el 40% actual) y hace jurídicamente vinculante la neutralidad climática para 2050.
La Ley Europea del Clima es parte del Pacto Verde Europeo, la hora de ruta de UE que persigue el establecimiento de la neutralidad climática. Para alcanzar este objetivo, la UE propone un ávido paquete legislativo llamado «Objetivo 55 en 2030» compuesto por varias leyes revisadas interconectadas y de nuevas propuestas de ley sobre el clima y la energía. Entre los puntos en los que la Unión Europea hará especial énfasis se encuentra la baja de contaminación en el transporte.
Respecto al terrestre, el Parlamento apoyó la propuesta de la Comisión de emisiones cero para coches y furgonetas en 2035. Los objetivos intermedios de reducción de emisiones para 2030 quedan estipulados en un 55% para los automóviles y un 50% para las furgonetas. A partir de 2035, todos los vehículos nuevos que salgan al mercado de la UE deben ser cero emisiones de CO2, sin afectar esta medida a los coches existentes. El paso a los vehículos de cero emisiones ha traído al mercado nuevas opciones a contemplar, como el hidrógeno y la electricidad. Sin embargo, Alemania ha apostado por otro combustible que podría ser el futuro.
Alemania se decanta por el combustible del futuro: deja de lado el hidrógeno y la electricidad
Desde su postura, Alemania respalda el metanol verde como forma de combatir las emisiones. El Ministerio Federal de Investigación de Alemania (BMBF) financió con 145 millones de euros el proyecto Carbon2Chem, destinado a la obtención de combustibles sintéticos a partir de los residuos industriales de la siderúrgica. El proyecto dio inicio en 2016 y desde 2020 transita su segunda fase, la producción de metanol.
En este contexto, la empresa Obrist Powertrain trabaja de la mano de la Universidad Técnica de Múnich, la Universidad de Dresde y la Universidad Técnica de Aquisgrán. El propósito de dicha asociación es la creación de una “unidad híbrida en serio” para agregar autonomía a los coches eléctricos aprovechando este combustible sintético. No obstante, un detalle no menor es que, finalmente, existen emisiones.
La óptima combustión del metanol genera, de forma inevitable, CO2, por lo que el vehículo en movimiento libera carbono al aire. Sin embargo, tendría lugar un ahorro neto, dado que, de no partir del residuo habitual, ese CO2 habría salido de otra parte. En otras palabras, el residuo industrial se habría liberado en forma de emisiones de efecto invernadero.
¿Qué es el metanol, el combustible que elige Alemania?
El metanol, comúnmente conocido como alcohol metílico, es un compuesto químico altamente demandado debido a su amplia versatilidad. Es más simple a la hora de transportarlo, almacenarlo debido a su forma líquida, además de que se torna como un combustible más fácil de manipular que el hidrógeno. Un aspecto sumamente relevante del metanol es que puede emplearse tanto en motores de propulsión interna como para abastecer pilas de combustible.
No obstante, para que el metanol pueda pasar a ser metanol verde su producción debe tener su origen en fuentes de energía limpias como el hidrógeno verde, además de usar solo energías renovables durante el proceso y no difundir gases contaminantes en ningún momento.
Alemania habría elegido como combustible del futuro el metanol, un combustible que tiene tanto que decir como el hidrógeno o la electricidad. Si te ha sorprendido la apuesta de Alemania, no puedes perderte las grandes capacidades del aire, que puede convertirse en el nuevo combustible del futuro.
Por Trini N.
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