El proceso de propiedad intelectual comienza con la identificación del conocimiento, de las invenciones, de las creaciones así como de las indicaciones comerciales que le agregan valor a la organización y que le dan una ventaja competitiva
La propiedad intelectual debe ser un componente medular de la estrategia de innovación de las organizaciones, pero por el desconocimiento de muchas de ellas en cuanto a la forma en que se pueden proteger las invenciones y la manera en que se puede explotar la propiedad intelectual, es frecuente escuchar casos donde las historias son de horror por infringir derechos de terceros. En este breve documento pretendo describir algunas de las características más importantes del proceso de gestión de la propiedad intelectual así como describir los resultados de la implantación de dichas estrategias.
La gestión de la propiedad intelectual es definida como el proceso de identificación, protección, promoción y comercialización de invenciones, marcas, dibujos, diseños industriales, secretos industriales, programas de cómputo, bases de datos, obras literarias o artísticas, entre otras figuras de propiedad intelectual reconocidas en la Ley de la propiedad industrial y en la Ley federal del derecho de autor, e inclusive los secretos industriales (Fundación Premio Nacional de Tecnología e Innovación, 2010).
La gestión de la propiedad intelectual es un proceso donde existen entradas, una trasformación o procesamiento de las entradas, y unas salidas.
El proceso comienza con la identificación del conocimiento, de las invenciones, de las creaciones –como las artísticas y el desarrollo de software– así como de las indicaciones comerciales que le agregan valor a la organización y que le dan una ventaja competitiva. Estas son algunas de las entradas del proceso. Esta identificación pocas organizaciones la realizan, y usualmente se lleva a cabo en diferentes departamentos: el de ingeniería promueve las patentes; los de mercadotecnia las marcas; los de procesos los secretos industriales… de ahí que es importante que para que la gestión dé frutos, los diversos procesos deben ser coordinados e integrados, deben ser ejecutados de manera sistemática y el proceso debe de ir madurando con la organización.
Una organización madura es aquella que realiza las actividades de protección de la propiedad intelectual alineada a una estrategia tecnológica y que utiliza la protección no sólo de sus productos, sino de sus procesos, de la información con la que cuenta, de las marcas comerciales con las diversas formas de protección disponible, para que la organización sea la beneficiada de su esfuerzo, y no otras.
Una organización que tiene procesos sistemáticos de gestión de la propiedad intelectual tiene claras sus actividades de dirección, planeación, organización y control de los recursos de una manera metódica, tal que puedan predecirse los resultados. Esto es parte del gran valor que agrega la sistematización de las actividades: que éstas se pueden replicar, y si se han producido resultados consistentemente, la innovación pasa de ser “un chispazo” a un hábito en la organización.
Los resultados de aquellas organizaciones en donde su estrategia tecnológica incluye la de la propiedad intelectual pueden ser los siguientes:
• Sus invenciones en sus productos / servicios sólo pueden ser explotados por ellos, y la competencia no puede utilizar el conocimiento que explota la primera organización;
• La organización desarrolla propiedad intelectual y la licencia no vende productos, sino tecnología;
• Puede tener una estrategia de comercialización de sus productos a través de la protección de sus marcas registradas, y de sus avisos comerciales;
• Identifican la forma de trabajo en la que los empleados poseen una cultura de protección de la información que es valiosa para la organización y se impide que terceros puedan accederla fácilmente;
• Poseen políticas de comunicación de conocimiento valioso con prácticas de protección del mismo, por ejemplo, a través de los acuerdos de no divulgación, y acuerdos de confidencialidad;
• Realizan análisis de patentabilidad de sus invenciones, para asegurarse que sus inventos poseen las características para otorgarles la patente, y así la organización no invierte en tecnología que podría pertenecerle a alguien más evitando duplicidad de esfuerzos y la imposibilidad de poder comercializar la tecnología, pues ya es de alguien más, entre otras.
Los resultados de las organizaciones varían en función de la madurez y sistematización de los procesos de gestión de la propiedad intelectual. Sin embargo, es sabido que en general las empresas mexicanas empiezan a conocer los modelos de gestión de tecnología, y considero importante que al implantar una estrategia de protección del patrimonio intelectual, conozcan el tema para que la estrategia sea más efectiva; con el paso del tiempo, y con la madurez de la organización los procesos se volverán más eficientes.
En este documento no mencionaremos la numeraria de patentes de mexicanos en México, y en el extranjero; tampoco los indicadores de competitividad y su relación con la generación de conocimiento patentado, pues los números no son muy alentadores; sin embargo lo que sí comentaré es que el número de patentes a nivel global aumenta año con año, como indicador de que la inventiva no se detiene y que las organizaciones continuamente están buscando la forma de ser más competitivas a través de la protección de su patrimonio intelectual.