Las grandes empresas difícilmente dejarán un espacio a nuevas energías limpias o renovables, lo cual tendría un carácter inagotable
«El uso del petróleo no va a desaparecer tan fácilmente. Desconocemos si las energías renovables van a satisfacer las necesidades energéticas nacionales o mundiales en el corto y mediano plazos, o si, tal vez, los combustibles fósiles serán sustituidos por la energía nuclear», señaló el doctor Hernando Romero Paredes Rubio, jefe de Área de Ingeniería en Recursos Energéticos de la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En la primera sesión de Disertaciones Temáticas titulada Energía renovable vs. Energía no renovable, expresó que migrar de energías no renovables a renovables significa atravesar por una guerra ética entre el uso de los combustibles fósiles con su enfoque económico e intereses que han desatado un sinnúmero de guerras.
En la actividad organizada por la Coordinación General de Difusión de la UAM mediante el programa Comunicación de la Ciencia, el maestro Miguel Ángel Barrios, académico del Departamento de Economía de la Unidad Azcapotzalco, estimó que se ha producido una visión en la cual las empresas petroleras difícilmente van a dejar espacio abierto a patrones energéticos limpios sin participar en las nuevas formas de generar conocimiento y apropiarse de él a partir de las patentes.
En la Casa Rafael Galván, centro de extensión educativa y cultural de esta casa de estudios, identificó como puntos de reflexión sobre la materia: la existencia de una ley transhistórica de la producción y el consumo; la conformación de un patrón energético en el sistema económico; la relación del petróleo con las grandes empresas ubicadas primordialmente en China; el surgimiento de los nuevos derechos de propiedad y la moderna propiedad privada de la tierra, y las tendencias a largo plazo en política de los recursos naturales, además del desarrollo tecnológico para impulsar las energías renovables.
Por su parte, el doctor José Luis Fernández Zayas, director ejecutivo del Instituto de Investigaciones Eléctricas, señaló que «pareciera que estamos dejando atrás las formas convencionales de energía que asociamos a la agresión del planeta».
No obstante, expuso que para poder pensar en esto se debe apostar por la generación de energía eléctrica con fuentes renovables más allá de las de combustión, por ejemplo, usando las caídas de agua, pues el futuro se prevé en este campo con el crecimiento de consumibles que utilizan la corriente directa para su funcionamiento.
«Una de las cosas que se comenzaron a hacer en la Ciudad de México es la colocación de máquinas eólicas al pie de las hidroeléctricas, pero lo esencial es tener un cambio de mentalidad ya que las fuentes renovables de energía son intermitentes, por lo que se requiere pensar en un sistema de sustentabilidad verdaderamente integral».
En su turno, el doctor Fernando Sancén Contreras, profesor-investigador del Departamento de Política y Cultura de la Unidad Xochimilco, explicó que el tema de la energía es eminentemente interdisciplinario, vinculado con la vida misma y dedicado a profundizar en los procesos y formas en como se ha realizado de manera histórica el intercambio energético entre el ser viviente y su entorno.
Refirió que «hemos observado que a lo largo de la vida el ser humano ha aprovechado fuentes de energía, dominó al animal como motor de carretas, utilizó al viento para la navegación y, recientemente, la energía de combustión interna, primero, con el vapor de agua así como los hidrocarburos, hasta llegar al hidrógeno como la nueva fuente de energía».
Los ponentes destacaron la importancia del desarrollo científico y tecnológico como factor esencial para promover modos de vida más sustentables, en un periodo caracterizado por la estrecha interacción de grupos de investigación en diferentes países.