Federico Padilla, Director Técnico y de Performance en Veolia México
En la actualidad es necesario utilizar el agua de una manera distinta a como se ha hecho. Es un recurso limitado, cuya cantidad no cambiará, pero sí su calidad, distribución geográfica y acceso a la población. Este tema ha obligado a la industria del agua a evolucionar, y sobre todo, conocer a profundidad los tres principales retos globales a los que se enfrenta: escasez, contaminación y nuevos riesgos, como el aumento del crimen organizado o el cambio climático.
Escasez
Con la explosión demográfica (habrá 10 mil millones de habitantes en 40 años), el aumento de la urbanización (66% de la población mundial vivirá en ciudades en 2050) y un cambio drástico en el estilo de vida de las clases medias (en 2015, los países emergentes representaron el 70% de la demanda mundial de equipos nacionales en comparación con el 50% en 2000), no hay suficiente agua para todos en los lugares donde se necesita.
Asimismo, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el 40% de la población mundial ya vive en áreas afectadas por el estrés hídrico. Un problema que empeorará, ya que en 2025 más de 1,800 millones de personas vivirán en condiciones de estrés hídrico absoluto y más de dos tercios de todos los habitantes experimentarán problemas relacionados con el agua.
Para hacer frente a este primer reto, desde 2001, el consorcio WinGOC (Veolia 34%, Berlinwasser International 33% y VA Tech Wabag 33%) comenzó a transformar las aguas residuales de la ciudad de Windhoek, Namibia en agua potable. Este proyecto, en el que Veolia juega un papel crucial, puesto que es el único lugar donde el agua potable reciclada está disponible a gran escala, con una demanda de calidad y costos que cumple con los mejores estándares del mundo.
Contaminación ambiental
Las invasiones masivas de algas en China, Estados Unidos y Francia ocasionadas por focos de contaminación han creado conciencia sobre la fragilidad de los recursos hídricos.
De acuerdo con las Naciones Unidas, más del 80% de los fluidos residuales del mundo se vierten en los cursos de agua, sin ningún tipo de tratamiento, lo cual no sólo es un desperdicio porque este recurso puede reutilizarse más de una vez, sino también porque contamina los entornos naturales, lo que dificulta el acceso a líquido de buena calidad.
Con el propósito de optimizar la calidad del servicio de agua y hacer uso del mismo de manera eficiente, Veolia y Pražské Vodovody a Kanalizace (PVK), el operador responsable de los servicios de agua en Praga, se hacen cargo desde el 2014 en la región de la última versión de SWiM (Smart Water Integrated Management) un sistema integrado de gestión del agua especialmente para las ciudades inteligentes.
Con este sistema, Veolia proporciona un control de alta tecnología para la producción, consumo del recurso y de la recolección de aguas residuales. En México la compañía gestiona de manera integral el agua en Aguascalientes siempre con la mira a cuidar y preservar el agua.
Nuevos riesgos
En los últimos años han surgido amenazas que tendrán un impacto significativo en los recursos hídricos en el futuro. Estos incluyen la micropolución asociada al uso masivo de nuevas moléculas químicas, por ejemplo, disruptores endocrinos, sustancias químicas capaces de alterar el sistema hormonal, tanto en seres humanos como en animales. El segundo tipo, vinculado a la inestabilidad global, es el aumento de la violencia organizada, que en algunos países se ha puesto como objetivo crítico atacar las instalaciones, cursos y redes de agua para generar caos.
Finalmente, el cambio climático. En la actualidad, el 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua o tienen un impacto en éste. Es probable que la alteración del clima —tormentas, sequías, inundaciones costeras— aumente, lo que resultará en mayores problemas de seguridad alimentaria, energética, sanitaria y medioambiental; una situación que en última instancia conduce al riesgo de conflicto. Estas nuevas amenazas requieren el desarrollo de estrategias de resiliencia.
El aumento de las amenazas globales ha obligado a muchos países a tomar medidas para proteger sus instalaciones críticas por lo que en eventos como la Exposición Universal de Shanghai en 2010, los Juegos Olímpicos de Londres en 2012 y la COP21 en París en 2015: Veolia en conjunto con las autoridades locales puso a prueba su sistema de monitoreo de red de agua potable, incluido el sensor KAPTA™ 3000, el cual en tiempo real monitorea la calidad del agua en las redes y permite elevar la alarma de inmediato en caso de un mal funcionamiento.
Asimismo, los aspectos de gobernanza del agua han tomado mayor relevancia debido a que los retos globales descritos hacen necesario ver las políticas públicas y la relación entre los distintos agentes económicos y sociales dese una nueva perspectiva.
Esto a través de la participación activa de distintos involucrados como la sociedad civil, industrias, academia, compañías con gran expertise como Veolia y el gobierno para el diseño de políticas públicas orientadas hacia la resilencia de las grandes urbes, amenazadas por condiciones climáticas a veces impredecibles, escases de recursos, contaminación ambiental y un entorno económico adverso. Veolia ha desarrollado soluciones tecnológicas dirigidas específicamente a la conservación de los recursos naturales, la recuperación y renovación de estos y su gestión eficiente.
En ese sentido, el agua no puede considerase sólo por valor económico, ya que también es un bien ambiental y social, por lo que su gestión es más compleja.