Fue con el paso del tiempo y tras numerosas demandas, que Pemex se comprometió a proveer a las comunidades de “obras de beneficio mutuo”, como pago por los perjuicios derivados de la exploración de yacimientos
La riqueza de petróleo en el estado de Tabasco es innegable y su renta petrolera ha sido muy importante para la economía del país. Durante años, Petróleos Mexicanos (Pemex) ha destinado recursos económicos a la construcción de instalaciones petroleras, caminos de acceso, puentes, localizaciones, baterías de separación, complejos procesadores de gas, oficinas administrativas, centros deportivos, espacios educativos, entre otros apoyos para los municipios. Aun cuando no es parte de su línea de negocio, ha realizado obras sociales en las comunidades donde tiene presencia, a través de lo que se conoce como: obras de beneficio mutuo.
En décadas pasadas con la demanda del petróleo y sus derivados en el mercado internacional se hacía necesaria la exploración y explotación de nuevos yacimientos en áreas rurales o comunidades ejidales; el desarrollo y la economía del país era la excusa más importante para avasallar campos vírgenes, cultivos naturales e inducidos, se trataba de devastar un entorno ecológico en aras del desarrollo nacional y, por consiguiente, pasar por encima de las personas.
Era necesario construir nuevos caminos de acceso, localizaciones o las llamadas “peras” de perforación y sus “presas de desperdicio”, se tenían que construir puentes, la tarea era titánica; el desarrollo del país no se podía detener, era el desarrollo a costa de cualquier cosa, nadie pensaba en el cambio climático, en las normas reguladoras de la industria, en la modificación de los ecosistemas, o en la destrucción de la naturaleza y su contaminación.
Los nuevos proyectos de exploración sísmica para localizar yacimientos petroleros se internaban en las regiones comunales, en las zonas indígenas y tierras ejidales de Tabasco, traían desconciertos y temor entre los pobladores, miedo a las detonaciones de los explosivos en el subsuelo, ya que esta actividad estaría impactando los mantos acuíferos, dañando las casas que fueron construidas acorde a la posibilidad de la gente de campo. Los trabajos de topografía, la “apertura de brechas”, la traza y el tendido de líneas fuentes y receptoras representaron la caza de especies naturales al grado de extinguirlas; en ese momento no se evaluaba el término de Impacto Ambiental, sin embargo todos advertían que se iba transformando el medio ambiente junto al avance de la industria petrolera y aunada a estas actividades iba creciendo la inconformidad social.
Afectaciones al campo y los primeros movimientos sociales
Mientras el campo era invadido por la exploración petrolera: (al no existir regulación sobre las tierras, era fácil acceder a ellas, muchas no estaban regularizadas, o carecían de documentación) surgieron los procesos expropiatorios por causas de utilidad pública a favor de Pemex. Estas indemnizaciones se elaboraban con base en los Tabuladores de la Comisión de Avalúos y Bienes Nacionales (CABIN). Además, la exploración y extracción de petróleo no sólo sucedía en tierra, también se desarrollaba en cuerpos de agua, a este tipo de pozos se les denominaba Pozos Lacustres. Este arquetipo de instalaciones se pueden encontrar en algunos ejidos del Estado de Tabasco.
En 1964 se iniciaron las primeras reclamaciones contra Pemex en Tabasco , en 1975 con la apertura de la Boca de Panteones, que consistió en detonar la actividad pesquera y del ostión (conectando de manera artificial las aguas del Golfo de México con los sistemas lagunares de la Machona, Pajonal y el Carmen, en el municipio de Cárdenas, Tabasco; actividad que a la larga trajo consecuencias adversas a los cultivos de la zona, ya que eran invadidos por el agua salada del mar), las demandas a Pemex crecían, se sumaban municipios como Comalcalco, Nacajuca, Cunduacán y Huimanguillo. En 1976 se formó el “pacto ribereño” para encausar y canalizar las demandas hacia el gobierno de Tabasco y Pemex. Este movimiento denominado “de la reclamación” se fue extendiendo por todo el estado donde Pemex tenía presencia. En 1984 se creó la Comisión para el Desarrollo de las Zonas Petroleras del Estado de Tabasco (CODEZPET) y ante el gran número de reclamaciones, surgieron disposiciones en materia de seguridad y de protección ambiental.
Durante 1995 y 1996, derivado de la alta conflictividad social y la presión política, aunado a la aparición de nuevos líderes y movimientos sociales, encabezados con la finalidad de exigir la justa indemnización por las afectaciones y daños a los cultivos, por medio de la vía pacífica; el gobierno federal, a través de la subsecretaría de gobierno, denominó a esos movimientos sociales como “ La industria de la reclamación”, la cual en algunos casos fue reprimida por la fuerza policial del estado.
Para buscar una salida política y social a éstos movimientos y con la finalidad de mantener un control y encausar las demandas sociales contra Pemex, el gobierno de Tabasco creó la Comisión Interinstitucional para el Medio Ambiente y el Desarrollo Social (CIMADES) sustituyendo a la CODEZPET; se anexaron nuevas regulaciones en materia ambiental y social, ya que para entonces se consideraba a Pemex no sólo una industria extractiva si no también destructiva que, pocos o ningún beneficio social dejaba a su paso por las comunidades tabasqueñas. El clamor de los campesinos y agricultores era la indemnización por los trabajos de exploración y los daños a sus cultivos.
En 2007 el gobierno de Tabasco creó la Secretaria de Energía, Recursos Naturales y Protección Ambiental (SERNAPAM), en sustitución de la CIMADES, dando un paso más firme para el cuidado del medio ambiente y la protección de los derechos de propiedad, tanto privada como ejidal.
Entonces la participación de Pemex en Tabasco se hizo más notoria, a través de las denominadas obras de beneficio mutuo para las comunidades y sus habitantes; como el mejoramiento y mantenimiento de los caminos vecinales y el apoyo a instituciones educativas. En los últimos 20 años, Petróleos Mexicanos ha realizado obras sociales, deportivas y educativas para las comunidades tabasqueñas y creó el Programa de Apoyo a la Comunidad y al Medio Ambiente (PACMA).
Asimismo, Pemex igualmente estableció sistemas de seguridad industrial y de protección ambiental; mejoró la práctica de la industria en las zonas ejidales. En la actualidad atiende y remedia, de conformidad con las nuevas regulaciones ambientales federales, los incidentes o actos vandálicos que ocasionan daños ambientales en las instalaciones petroleras y cuenta con la participación de la Procuraduría General de la República (PGR), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA).
Conflictos sociales
Al parecer, los conflictos sociales de los últimos treinta años, no han disminuido y la política del desorden ha prevalecido. Por el bien de México y de las zonas petroleras, los conflictos sociales deben mitigarse, teniendo en cuenta que un conflicto social es completamente distinto a un impacto social.
La inversión privada, ya sea nacional o extranjera, no debe verse como un botín al alcance de unos cuantos y tampoco crear expectativas falsas. El dinero público y privado deben ser cuidados en beneficio de sus legítimos propietarios que apuestan a la inversión y al crecimiento económico nacional. Es decir, se habrá de otorgar las regalías al Estado, contribuir a la hacienda pública, privilegiar el contenido nacional, contratar mano de obra local en los porcentajes que sean permitidos, dar prioridad a la contratación de bienes o servicios nacionales, cumplir con las normas reguladoras de los hidrocarburos y, a partir de los resultados de las evaluaciones, Líneas de impacto social y Línea base ambiental; participar junto con la comunidad para mejor desarrollo social y sustentable.
Todos los actores deben generar conciencia al interior de sus empresas, así como el respeto a los valores fundamentales de los derechos humanos y a la propiedad privada, ya que en la medida que seamos conscientes de nuestra responsabilidad social, la convivencia de todas las actividades petroleras en las comunidades podrá ser mejor. El reto se llama México y se deberá jugar en conjunto con las nuevas autoridades nacionales.
Durante muchos años, las comunidades se han quejado de la insensibilidad, denunciado abusos y actos de corrupción, falta de pagos por indemnización de áreas contaminadas, afectaciones a sus cultivos por falta de mantenimiento a obras hidráulicas, entre otras.
Ante la llegada de diversas empresas petroleras a la región, se recrudece la movilización y la exigencia de pagos diversos, algunos reclamantes tratan de conducirse en la vía del dialogo. Sin embargo, al ver que sus peticiones son ignoradas se movilizan obstruyendo los accesos a instalaciones petroleras durante días o semanas. El diálogo respetuoso deberá ser el instrumento que permita la conciliación de intereses comunes para que la iniciativa privada y las comunidades convivan y aprovechen la eminente reactivación de la industria petrolera. Se deberán ajustar y precisar los modelos o programas de desarrollo social y sustentable, respetar el entorno y las costumbres de la comunidad para permitir su crecimiento a la par de la industria.
Conclusiones
Es importante reconocer el trabajo del gestor social dentro del sector de hidrocarburos. Su experiencia y práctica prudente en los quehaceres de la industria, destacarán sus resultados, los cuales redundarán en la operatividad de su empresa, en el logro de sus objetivos y con ello, lograr una armonía con la comunidad y con los sujetos agrarios o propietarios de los predios donde se realicen los trabajos.
Colocar a personas con poca experiencia en las relaciones sociales con la comunidad, o con falta de experiencia en el manejo de procedimientos administrativos y actividades de producción en el campo; podría llevar a la generación de conflictos sociales innecesarios.
Debe ser tarea relevante, lograr sensibilizar hacia el interior de la empresa —mandos medios y alta dirección— la importancia de una buena labor social para beneficio del proyecto. Los directivos deben tener altura de miras para sobrepasar los antecedentes de la llamada industria de la reclamación. Los capitales privados, nacionales o extranjeros, que ganaron una o varias áreas contractuales, tienen la gran ventaja, por medio de su línea base ambiental y su evaluación de impacto social, de determinar los pasivos sociales y ambientales preexistentes para lograr su desincorporación, de acuerdo con los procedimientos que la propia ley señala.
Ciertamente Tabasco y sus comunidades son territorio complejo, propenso a la movilización individual o grupal. Por ello, no sólo el gestor social debe conducirse con respeto hacia los integrantes de las comunidades; también los prestadores de servicios de las empresas ganadoras de áreas terrestres están obligados a mantener una buena conducta y respetar sus ideologías, creencias y costumbres.