El gas natural representa un desafío para la autosuficiencia energética de México, de acuerdo con un estudio de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), pues el país importa de Estados Unidos hasta 90 por ciento de la demanda de combustible.
“La creciente dependencia del gas importado de Estados Unidos ha causado preocupación entre analistas y círculos oficiales por los riesgos y consecuencias de un choque de precios o de una interrupción del suministro”, indicó el análisis El gas natural en México.
Los autores recordaron que, en febrero del año pasado, cuando se cortó el suministro del energético hacia México como consecuencia de una tormenta invernal en Texas, el país vivió una crisis con la interrupción de electricidad y un mayor costo por la compra de gas licuado a otros proveedores.
El estudio refiere que con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, el gobierno de México –en ese entonces encabezado por Carlos Salinas de Gortari– “aceptó y promovió una política de importaciones de gas natural”, para lo cual “estableció un entramado legal, regulatorio, normativo e institucional alrededor de las importaciones como vía para abrir el sector a particulares, crear competencia y acotar el monopolio”, lo cual continuó con la reforma impulsada por Enrique Peña Nieto, que creó un mercado abierto.
Más de 25 años después de que Petróleos Mexicanos (Pemex) fue acotado en ese mercado, las importaciones satisfacen 70 por ciento de la demanda de gas natural, pero éstas se incrementan hasta 90 por ciento con el autoconsumo de la petrolera mexicana, mientras todas las actividades de la cadena de valor están abiertas al capital extranjero.
“Esa situación no es la deseable desde el punto de vista de la actual administración, cuya mayor aspiración es la autosuficiencia con Pemex como garante de ese propósito.
“El principal obstáculo para conseguirlo es el modelo de mercado tan difícil de cambiar por numerosas y distintas restricciones, lo que explica su estrategia de aumentar la presencia, control y supervisión del Estado.”
Desde 2014, el gas natural es el combustible más consumido en el país, por lo que su participación en el consumo primario alcanza 48 por ciento y su uso creció en promedio 3.5 por ciento anual entre 2000 y 2019.
La producción nacional alcanzó un máximo histórico de 7 mil 31 millones de pies cúbicos diarios en 2009, y desde esa fecha comenzó su declinación.
Más de 60 por ciento de la electricidad que se consume en el país es generada con gas, por sus ventajas “técnicas, económicas y ambientales”, además de ser un puente en la transición energética, por lo que su predominio se estima durará hasta más de 2050.
“Las importaciones se multiplicaron por 20 en la última década: en 2010 se importaron 281 millones de pies cúbicos diarios y 10 años después 5 mil 686 millones de pies cúbicos diarios”, apuntó.
México es el principal destino de las exportaciones de gas producido en Estados Unidos, al representar entre 6.5 y 7.5 por ciento del total producido en ese país.
Según la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), México es un caso atípico, pues importa 90 por ciento del energético de Estados Unidos, cuando la dependencia de otras naciones no rebasa más de 52 por ciento y menos de una sola fuente.
El estudio considera que el “reto es enorme”, pues se estima que hacia 2030 México sólo podrá cubrir 10 por ciento de su consumo con producción nacional.