Descargar PDF
Se prevé que en los próximos cuatro años, la industria energética genere un mínimo de 135 mil empleos directos y de 365 mil empleos indirectos
Una de las 10 acciones inmediatas para implementar la reforma energética fue la instrucción que se le dio al Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), a la Secretaría de Energía (Sener) y a la Secretaría de Educación Pública (SEP) por parte del Ejecutivo para diseñar y poner en marcha el Programa Estratégico de Formación de Recursos Humanos (PEFRH) en Materia Energética. El objetivo general de este programa estratégico es que México aproveche y potencie su talento para apoyar el desarrollo de un sector de energía más atractivo, dinámico y competitivo. Mediante un comunicado el Conacyt expuso que es necesario cerrar la brecha entre la oferta y la demanda de especialistas capaces de desempeñarse activamente en el sector energético en los próximos años, tanto en la cantidad como con la calidad y las formaciones requeridas. Este programa responde a una mayor complejidad tecnológica en la producción, transporte y transformación de hidrocarburos, al imperativo de acceder y desarrollar energías limpias y renovables, así como al recambio generacional en las Empresas Productivas del Estado (pemex y CFE). Se prevé que en los próximos cuatro años, la industria energética genere un mínimo de 135 mil empleos directos y de 365 mil empleos indirectos y tenga un efecto multiplicador en el resto de la economía. Ante este panorama, se requiere una estrategia para la formación de personal calificado en temas en los que ahora no se tiene suficiente o el número de expertos es muy limitado. El organismo informó que las principales acciones del Programa Estratégico se concentrarán en el otorgamiento de más de 60 mil becas de nivel técnico, superior, especializaciones, posgrado e idiomas, para la preparación de especialistas en el sector. Asimismo el PEFRHME crea el Observatorio de Talento, el cual generará de manera sistemática insumos para el fortalecimiento de los programas académicos que atiendan la cadena de valor de las empresas del sector y para la toma de decisiones en materia de formación de recursos humanos. Adicionalmente, se propone un conjunto de objetivos, estrategias y líneas de acción para atender de forma integral las necesidades del sector, en términos de formación de recursos humanos, el cual ayudará al seguimiento de este Programa Estratégico. La estrategia que se plantea en este Programa combina tanto los estudios de posgrado, como la formación a nivel licenciatura y técnico, e incluso contempla el impulso a modelos de aprendizaje basados en la mentoría y en los entrenamientos cortos e intensivos en el lugar de trabajo. A estos retos responde el Programa Estratégico de Formación de Recursos Humanos en Materia Energética, puntualizó la Secretaría de Energía. Para contar con personal capacitado se necesita una condición que se basa en la armonización de políticas y programas de las dependencias federales y sus organismos coordinados, y la participación de los centros e institutos de investigación y las instituciones educativas que ofrecen programas de posgrado, licenciatura, técnicos superiores y medios, y de capacitación para el trabajo, mediante acciones de fomento e impulso a la formación de recursos humanos calificados, así como el establecimiento de alianzas para ampliar y consolidar las capacidades educativas, científicas y de desarrollo tecnológico, incluyendo áreas de ingeniería, física, matemáticas, economía, administración, sociales y leyes, entre otras, para que el sector energético cuente con una mejor plataforma para su crecimiento, dinámico y sostenido. Inyección de inversiones Se estima que a raíz de los cambios generados, el sector verá inversiones por cincuenta mil millones de dólares de aquí al 2018. Por cada millón de dólares invertido en el sector de energía se produce un aproximado de 2.7 empleos directos. A su vez, se tiene identificado que por cada empleo directo se generan 2.7 empleos indirectos. Con esto se calcula que en términos de capital humano, se van a requerir de aquí al término de la presente administración un mínimo de 135,000 especialistas en empleos directos. De éstos, el 880% corresponde a personal con perfiles técnicos o carreras vocacionales y 20% del nivel superior y posgrado (Ver Figura 1). Si se asume que el requerimiento de estos perfiles se distribuirá crecientemente en el tiempo, dada la inversión esperada de 12,500 millones al año, los empleos que estará demandando el sector energía se muestran en la Tabla 1. pemex y CFE cuentan con programas de capacitación interna que preparan a los trabajadores con base en los requerimientos de competencias de las empresas del sector. Incluso pemex ha avanzado en su proyecto de Universidad Corporativa. Dado el incremento esperado en nuevos empleos y a la estimación de que 80% de éstos serán en cuadros de técnicos y especialistas, es relevante: a) establecer los incentivos adecuados y otorgar los apoyos que garanticen la formación y capacitación del número de técnicos y especialistas que el sector demandará; b) fortalecer el sistema de formación técnica del sector; y, c) vincular de mejor manera la oferta del sector educativo técnico a las competencias que va a requerir la industria. Respecto al volumen de técnicos, profesionales y expertos, es importante destacar que los programas en temas específicos del sector, por ejemplo, geofísica, geología, ingeniería petrolera, química petrolera, energías renovables son relativamente escasos y con matrículas bajas, por lo que será necesario considerar el incremento en el número de programas y estudiantes, así como los que abordan la energía desde enfoques multidisciplinarios, al mismo tiempo que deberá incentivarse tanto la creación de nuevos programas para desarrollar nuevas competencias, como la colaboración interinstitucional y el trabajo en red. Relacionado con lo anterior, se carece de programas que propicien la inserción laboral en el sector. Inclusive, se tiene la percepción entre estudiantes y egresados de que el mercado laboral del sector energético no está abierto y la contratación está desvinculada de la interacción entre oferta y demanda.