La estatal ha encontrado en Quesqui e Ixachi –campos prioritarios– dos grandes productores de condensados y ha exponenciado su producción durante los dos últimos años.
La producción de petróleo de la estatal Pemex no ha aumentado. Sus esfuerzos por incrementar las cifras continúan basándose en campos cuya producción ya tienen un tiempo definido y esta estrategia no ha dado resultados. Pero la petrolera ha encontrado en los condensados, un hidrocarburo muy ligero que se encuentra en los campos productores de gas, la salida para mantener sus números, sus ingresos y un discurso presidencial que sigue teniendo como una de sus líneas principales el rescate de la petrolera.
La estatal ha encontrado en Quesqui e Ixachi –que forman parte del listado de sus campos prioritarios– dos grandes productores de condensados y ha exponenciado su producción durante los dos últimos años. A medida que su producción de petróleo crudo disminuye, según las cifras oficiales, la de condensados ha aumentado y entonces Pemex ha encontrado ahí la clave para sustentar que la producción se ha mantenido.
Los datos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos indican que la producción de petróleo de la estatal sumó en noviembre su cantidad más baja desde el 2016 –cuando comenzó el registro–, con 1.503 millones de barriles diarios. En cambio, la de condensados registró su cantidad más alta en el mismo mes, con 253,000 barriles por día.
Contrario al discurso presidencial, la producción de petróleo ha disminuido de manera constante, durante los últimos meses, coinciden analistas y algunos funcionarios que hablaron bajo condición de anonimato. “Si nosotros tomamos solo el petróleo, esa producción viene en declinación y no es posible entonces mantener un discurso de estabilidad”, dice un alto funcionario que ha pedido no ser citado.
Menos crudo, más condensados
La cantidad de condensados que obtiene la petrolera de sus campos ha crecido de manera acelerada: durante los primeros meses del sexenio estos hidrocarburos sumaban poco más de 20,000 barriles diarios. Pero en los últimos reportes del regulador, ya representan cerca de 15% de la producción total reportada por la compañía.
“El crecimiento ha venido asociado a los condensados. De cierta manera, el discurso de Pemex ha cambiado, incluso en el uso de la información pública, y ha pasado de decir ‘crudo’ a decir ‘líquidos’ e incluir a los condensados de esta manera. Y entonces tener estas cifras ha sido como una pantalla para decir: ‘estamos creciendo en los líquidos’, pero en realidad solo han sido condensados”, explica Andrés Armijos, un analista senior de la consultora Welligence, con base en Houston.
En sus conferencias con analistas, los directivos de la petrolera han pasado de asegurar que la producción de crudo ha aumentado a referirse a ésta como producción de líquidos, un término que engloba el petróleo y los condensados obtenidos.
La estatal decidió sumar al inicio del sexenio a los condensados a su reporte periódico de petróleo crudo. Hasta hace unos meses reportaba la totalidad de producción de los condensados que obtiene del campo Quesqui como petróleo. “El principal objetivo de sumar los condensados ha sido cumplir las metas, por una razón meramente política”, dice la fuente.
Los analistas explican que Pemex ha decidido recurrir a la producción de condensados debido a la ausencia de nuevos campos que den a la compañía una cantidad importante de petróleo. Ninguno de los campos designados por la estatal como prioritarios ha resultado un gran productor de petróleo y sus yacimientos más importantes –como Ku Maloob Zaap– ya han entrado en una declinación natural.
“Pemex tiene metas que en el caso de petróleo claramente no se están cumpliendo, entonces con campos como Quesqui e Ixachi, que son principalmente de gas, se está logrando esta producción de hidrocarburos líquidos. Cualquier crecimiento que estamos viendo está incluyendo el condensado”, dice Omar Ríos, también analista de Welligence.