Ciudad de México. En los últimos cinco años se ha detectado constantemente el derrame de hidrocarburos en los municipios de Paraíso, Cárdenas y Centla, lo que ha afectado el trabajo de más de 4 mil pescadores de esta región, sin que hasta ahora se haya aplicado una medida gubernamental para detener esta problemática, señaló la Gran Alianza de Organizaciones Pesqueras de Tabasco.
Teodoro Wilson Gallegos, presidente de la alianza, aseguró a La Jornada que más del 50 por ciento de esta comunidad pesquera, específicamente en Paraíso y Centla, fue afectada por el actual derrame en el ducto de la plataforma Akal-C a la Terminal Marítima de Dos Bocas, suscitado a finales de abril. Acusó que Petróleos de México ni la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente les notificó de este derrame para prevenir mayores afectaciones
Ante este impacto de contaminación, instó a las autoridades federales y locales a realizar estudios científicos para poder determinar las afectaciones hacia el medio ambiente y a la salud de las personas al desconocer la profundidad de los daños, sobre todo en la población. Agregó que también se deben crear programas de apoyo para la comunidad pesquera y turística, ya que son los primeros en resentir esta problemática a nivel económico.
Señaló que mientras está detenida la actividad pesquera en la región, los pescadores buscan otras alternativas de trabajo, como empleos temporales en algunas empresas, pero remarcó que no son las medidas suficientes para atender al sector.
Detalló que la comunidad pesquera se dedica a recolectar róbalo, peto, mojarra, pámpano, pinta, ronco, trucha, chucumite, cherna, huachinango, mero, aleta, aleta de balas, bandera, cazón, además de una gran cantidad de ostras que se encuentran al fondo del mar. Apuntó que ahorita es temporada de peto y jurel, por lo que se pierde de cazar por día entre 50 a 60 toneladas del primero y 70 y 80 del segundo.
El líder pesquero aseguró que muchas de las especies, como los peces y aves, pueden huir del lugar al detectar los contaminantes en la zona, pero no lo hacen las ostras, ostiones y otras especies por estar fijadas al suelo, lo que podría generar un daño a la salud si son consumidos de esa forma. Destacó que en ocasiones los peces que quedan atrapados en las redes salen muertos por la intoxicación de los hidrocarburos.
Recordó que hubo un derrame en 1994 que provocó que los ostiones, además de otras especies tardaran en reproducirse por varios años. Acotó que en ese tiempo se acordó realizar estudios científicos para determinar qué tipo de contaminantes podrían detectarse en el mar, sobre todo metales pesados.
Explicó que en la mayoría de las ocasiones las autoridades sólo intentan sanear los derrames con materiales que encapsulan y hunden al fondo del mar los residuos de los hidrocarburos, lo que no cumple con una remoción total de los contaminantes. Reconoció que actualmente ninguna institución del estado les quiere recibir demandas relacionadas a este tipo de casos y resaltó que no hay autoridades especializadas que puedan darle seguimiento.
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