El país de Asia Central produce cerca de 1.8 millones de barriles de crudo diarios, según la EIA.
Los precios del petróleo siguieron subiendo el jueves y firmaron su cuarta sesión consecutiva de alza, con la crisis social en Kazajistán, miembro del grupo de la OPEP+, haciendo chispas en un mercado altamente volátil.
El barril de Brent del Mar del Norte para entrega en marzo, el contrato más negociado en Londres, ganó 1.47% a 81.99 dólares. En Nueva York, el barril de West Texas Intermediate (WTI) para entrega en febrero subió 2.06% y cerró en 79.46 dólares. Por su parte, la mezcla mexicana avanzó 1.86%, a 74.12 dólares el barril.
«Este aumento refleja el miedo del mercado ante la escalada en Kazajistán y el deterioro de la situación política en Libia», explicó en una nota Louise Dickson, de la firma Rystad Energy.
En Kazajistán hubo enfrentamientos el miércoles y jueves entre la policía y manifestantes, que protestan contra el aumento de los precios del gas. El saldo fue de decenas de muertos en Almaty, la capital económica del país.
Si bien el país es un gran productor, con unos 1.8 millones de barriles diarios en 2020, según la Agencia de Información Energética (EIA) de Estados Unidos, la explotación petrolera no se ha visto afectada por los disturbios por el momento.
«Con esta corriente alcista, todo lo que se necesita son noticias, como la de Kazajistán, para alentar a quienes apuestan al alza y asustar a quienes apuestan a la baja», dijo Stephen Schork, autor del Informe Schork.
La crisis en Kazajistán es una amenaza adicional en un mercado que ya está preocupado por una oferta insuficiente.
Con parte de sus instalaciones cerradas a la fuerza y un oleoducto dañado, Libia se ve particularmente privada de unos 500,000 barriles diarios, mientras la producción de los países parte del acuerdo OPEP+ no aseguraba ya el volumen esperado.
Para Stephen Schork, el próximo gran umbral de precios estará en los récords del otoño pasado con 86.70 dólares para el Brent y 85.41 dólares para WTI.
Los precios también subieron a pesar de un aumento en los inventarios de combustible de Estados Unidos la semana pasada.
Las existencias de petróleo de Estados Unidos cayeron la semana pasada, mientras que los inventarios de gasolina aumentaron más de 10 millones de barriles, el mayor incremento semanal desde abril de 2020, ya que se acumularon suministros en las refinerías debido a la reducción de la demanda de combustible.