Y la reforma energética se mueve: El Gobierno Federal por fin presentó al Congreso su proyecto, lo mismo hicieron los dos partidos opositores más importantes, PAN y PRD. Ya con esas definiciones, los expertos realizan sendos análisis, sin recurrir a suposiciones.
En las tres propuestas se observan rumbos divergentes. Mientras que Acción Nacional plantea una apertura total, con concesiones de yacimientos a particulares, vía una reforma constitucional, el Sol Azteca rechaza cambios en la Carta Magna y propone un cambio de régimen fiscal.
Pareciera que la iniciativa del presidente Enrique Peña Nieto y que, obvio apoya el Tricolor, buscó conciliar las demandas de sus opositores y plantear un cambio moderado. Aunque proyecta cambios en los artículos en la Constitución, prohíbe expresamente las concesiones.
En esta iniciativa se busca abrir el sector a la inversión privada a través de lo que denominan contratos de “utilidad compartida” y para ello propone modificar los artículos 27 y 28 constitucionales, que prohíben ese tipo de contratos.
Según han explicado funcionarios, el pago a los posibles socios privados de pemex se les daría únicamente con efectivo, y el petróleo obtenido pertenecerá siempre al Estado.
Por esa vía, dicen, se podrá abrir el sector a la iniciativa privada y así estimular su diversificación y crecimiento, sin conceder la soberanía de los hidrocarburos, ni la rectoría del Estado sobre ellos.
Sin embargo, en la iniciativa no es muy claro este punto y presenta algunos vacíos que, según algunos especialistas, podrían poner en riesgo esta soberanía, vía la creación de leyes secundarias.
Por otra parte, se plantea que tal vez la propuesta del Gobierno Federal podría resultar poco atractiva para los inversionistas privados y no lograr obtener los recursos necesarios para reactivar el sector.
Lo cierto es que a los mexicanos nos urge que el sector energético nacional, estratégico para el desarrollo del país, se reactive; pues los efectos del estancamiento económico –por no hablar de declive– nos está golpeando a todos: empresarios, trabajadores, estudiantes, amas de casa, etc.
En un sondeo que realizó Consulta Mitofsky, 53.7% de las personas encuestadas consideró necesaria una reforma energética, mientras que 32.3%, la consideró algo irrelevante.
Ya tenemos en la mesa propuestas concretas que pueden convertirse en el nuevo modelo energético del país. Tendremos que analizar detenidamente toda la información y tratar de incidir, dentro de nuestras posibilidades, en la decisión final.
En esta edición le presentamos algunas opiniones de especialistas con diferentes posiciones respecto a la reforma energética, con el fin de apoyarle un poco en la elaboración de sus propias conclusiones.
Como ya comentamos anteriormente, en la adopción de una posición en este tema, tenemos que estar al margen del clientelismo político, pues nos estamos jugando nada menos que la posibilidad de mejorar nuestro futuro como nación.