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Para los inversionistas el tema de seguridad y las condiciones propias de infraestructura son elementales para invertir en territorio mexicano en proyectos en materia de energía. Aun con la promulgación de la reforma energética en agosto pasado, estos puntos deben ser garantizados para que el capital extranjero comience a fluir.
Luego de una serie de sucesos en contra de la sociedad, México está en la mira de todo el mundo, no sólo por la cuestión de derechos humanos sino por el interés que existe por invertir en el país.
Economistas advierten que ante un panorama de violencia y problemas políticos la economía nacional podría estancarse. Debido a ello el país puede incumplir con sus obligaciones, por lo que el inversionista puede optar por invertir en otra nación. Ante lo cual el gobierno mexicano aseguró que su compromiso será dar seguridad a todos aquellos que quieran traer su capital a México.
El secretario de Hacienda y Crédito Público, Luis Videgaray Caso, ha señalado que en los casos en que sea necesario, en particular en el marco de la reforma del sector energético, habrá despliegue de fuerzas de seguridad para que los inversionistas no se vean afectados.
Algunos especialistas aseguran que el tema de seguridad no se resolverá con fuerza sino con inteligencia y con el exterminio de la corrupción; para que una nación sea próspera debe existir certeza legal y contar con un ambiente de negocios seguro.
En este sentido, existe un interés de empresarios de la frontera entre México y Estados Unidos, no obstante los interesados plantean que en la cuestión reglamentaria los tiempos son muy largos y por ende deben ser acortados, forzar un poquito el sistema, que las decisiones se den de una manera más rápida, porque dicen estar listos para apostarle al sector energético.
Asimismo los inversionistas creen que para lograr un verdadero auge en la industria energética debe existir un fortalecimiento en las cadenas de suministro y el desarrollo de más infraestructura, es decir, estar dotados de más gasoductos, obras hidráulicas y caminos terrestres.
Pero no sólo las empresas internacionales se encuentran pendientes de lo que sucede en México, pues también las empresas nacionales comienzan a mostrar interés para ser parte de la cadena de valor de los proyectos de energía que se aproximan.
En este aspecto, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, anunció que se encuentra trabajando en la metodología de medición de contenido nacional dentro de las cadenas de valor de la industria energética, ya que el reto es lograr la flexibilidad suficiente para impulsar el desarrollo de la producción nacional incorporada al sector.
Para esto es necesario crear políticas para así desarrollar capacidades productivas, transferencia tecnológica, inversiones conjuntas, a través de procesos de fomento a la incorporación, al desarrollo y a la innovación, pero siempre pensando que al final de la cadena no se puede impactar por consolidación de rentas al resto de los sectores.
Bajo este propósito, el director de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, afirmó que la empresa del Estado avanzará en el desarrollo de proveedores confiables y competitivos, toda vez que mejorar el proceso de procura y abastecimiento significa mejorar la operación. Se estima que con la creación de la Dirección Corporativa de Procura y Abastecimiento, Pemex atenderá de mejor manera las necesidades reales del negocio.