A unos meses de que el sexenio de Enrique Peña Nieto concluya, se ha propuesto acelerar la ejecución de la reforma energética, “no es un año de cierre administrativo ni de vacaciones anticipadas de ningún funcionario, es un año de intenso trabajo en el sector”, así lo expresó el secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell.
El renovado modelo energético mexicano permitió comprometer inversiones, las cuales hasta ahora suman 175 mil millones de dólares para la exploración y extracción de hidrocarburos, sísmica, nuevos gasoductos y nuevas centrales de energías limpias, y se espera que con los proyectos a realizar este año las inversiones totales comprometidas rebasen los 200 mil millones de dólares.
Para el gobierno actual es importante echar a andar las licitaciones que fueron comprometidas por el presidente Peña, ya que existe una gran incertidumbre de lo que pueda pasar al término del sexenio cuando un nuevo presidente llegue a los Pinos, pues algunos de los precandidatos han asegurado que echaran atrás la reforma energética, aunque esto para algunos es mero discurso, pues los proyectos que hasta ahora se han ganado fueron firmados con especificaciones concretas de largo plazo.
Además en lo que va del año ya se observa una importante volatilidad de los precios de los principales energéticos que se consumen en el país, lo que será letal para el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) de acuerdo con la opinión de expertos.
Como bien se mencionaba, el actual proceso electoral privilegiará el gasto corriente y que históricamente implica que en el último año de cada administración sexenal se exacerban las presiones inflacionarias. Si en 2017 la desviación entre la inflación presupuestada y la observada fue de 123 por ciento, en 2018 ésta podría llegar a 150 por ciento.
No obstante, mientras los precios de los combustibles fósiles se mantendrán a la alza, la energía renovable seguirá creciendo en los próximos años. Del total de la energía que se generó el año pasado en el mundo, el 24 por ciento provino de fuentes limpias y se espera que para 2022 crezca a un 30 por ciento.
Por lo que se prevé que los precios de energía renovable seguirán a la baja, pues desde 2009 el costo de la energía solar ha disminuido en 62 por ciento, mientras que la energía de viento bajó 50 por ciento.
Para que este tipo de energía siga ganando competitividad y logre alcanzar un mayor desarrollo, es necesario mejorar la adaptabilidad de las redes de distribución a las fluctuaciones de la generación de energía limpia, ya que las fuentes renovables no obedecen a un flujo constante y predecible en su producción, lo cual las pone en desventaja con respecto a la energía convencional.
En el PDF solo hay tres páginas,
es correcto?
Así es Mauricio, para poder ver la edición completa puedes consultarla en el siguiente enlace Revista Digital. Edición Enero – Febrero 2018
Saludos.