A partir de la primera convocatoria para licitación de la Ronda Uno (15 de julio), una nueva era prevalecerá en el sector petrolero de México. Los nombres de las empresas que se apoderarán de los primeros bloques en aguas someras serán el foco de atención durante varias semanas por su relevancia.
En voz del secretario de energía, Pedro Joaquín Coldwell, la Ronda Uno debe ser evaluada en su conjunto, cuando concluyan las cinco licitaciones que la componen y los objetivos a seguir son: asegurar la mayor transparencia en el proceso de implementación y que exista piso parejo para los participantes para fomentar la competencia.
Este proceso licitatorio es inédito en el país por lo que el referente serán las experiencias de otros países del continente americano, donde los porcentajes más altos de adjudicación oscilaron entre el 40 y el 50%.
Por su parte, la Secretaría de Energía también dio a conocer el Plan Quinquenal de Licitaciones para la Exploración y Extracción de Hidrocarburos 2015-2019, en el cual se incluyen para futuras licitaciones 914 áreas que comprenden 178 mil 554 kilómetros cuadrados y ofrecen un estimado de 107 mil 459 millones de barriles de petróleo crudo equivalente.
Para la iniciativa privada resultó ser un buen mensaje por parte del gobierno federal, ya que este plan les permitirá contar con un instrumento que guiará sus acciones en el corto y mediano plazos, ya que otorga al privado una mayor certidumbre para planear, proyectar las inversiones, calcular los riesgos y retornos esperados.
Con el nuevo escenario que se vive en la industria energética mexicana, los contratos en exploración y producción de petróleo (upstream) también tendrán una gran importancia, ya que en el caso de México la implementación de diferentes modalidades contractuales ha sido parte de la progresiva apertura del sector upstream a los capitales nacionales y ahora extranjeros.
Los contratos han sido significativos mecanismos para encaminar a la industria a un régimen de orientación liberal que culmina con la aprobación y aplicación de nuevas modalidades y mecanismos contractuales y regulatorios, reflejo de un nuevo régimen jurídico-regulatorio en materia de industria petrolera y derechos mineros, un nuevo oil regime, a partir de la Reforma Energética.
Asimismo el formar alianzas estratégicas será un factor esencial para compartir el riesgo latente en las actividades de la industria petrolera como es la exploración, según los voceros de petroleras extranjeras como ExxonMobil Ventures Mexico, BP México y Statoil México.
Mientras que los precios de petróleo seguirán siendo la pieza culminante para complementar el rompecabezas del escenario que comienza a dibujarse en México en materia de hidrocarburos.
Algunos expertos aseguran que a largo plazo, el petróleo se cotizará entre los 75 y los 85 USD el barril, dado que este rango de precio es un incentivo para que aumente la producción de petróleo en Estados Unidos a un ritmo que equilibre la oferta y demanda mundiales. Algunos factores que ayudarán a mantener el control de los precios serán: el incremento de las exportaciones petrolíferas de ciertos países como Irán, y la amplia y flexible oferta de petróleo de esquistos bituminosos de EU (shale oil).