La nueva alianza entre TC Energy y la CFE para construir un gasoducto marino marca un parteaguas para los privados, que no renuncian a poder desplegar proyectos en México.
Los privados buscan nuevos caminos de inversión en México para desplegar proyectos de energías renovables y combustibles ‘verdes’. Uno de los ejemplos más recientes es la construcción de un segundo gasoducto marino entre CFE y la canadiense TC Energy, que dará continuidad a otro que corre del sur de Texas a Tuxpan, acordado durante la administración de Enrique Peña Nieto y construido por la misma compañía.
El principal cliente de TC Energy es la empresa estatal de electricidad, pero la relación se tensó cuando la CFE abrió dos procesos de arbitraje internacional por la construcción de los gasoductos Tula-Villa de Reyes y Tuxpan-Tula. Luego de diversas conversaciones entre la compañía y la CFE, ambas acordaron trabajar en conjunto para mejorar el suministro de gas en el país, particularmente en el sur, una de las zonas con acceso limitado a la molécula.
“Tuvimos que revaluar por qué la empresa está en México y porque queremos seguir y transcender en el país de una manera sostenible. Sabíamos que teníamos que llegar con opciones innovadoras”, dijo Andrés Rivero, director de alianzas estratégicas y negocios de TC Energy, durante su participación en el panel Energía: estrategias para detonar el sector en el Inter.Mx Expansión Summit 2022.
La obra requerirá de una inversión aproximada de 4,500 millones de dólares y los costos serán absorbidos por ambas compañías. La estatal CFE tendrá 15% de participación del gasoducto, que irá incrementando de manera progresiva hasta llegar a 49%.
«(Ambas compañías) decidimos enfocarnos en un ganar ganar. TC Eenrgy ganaba al entrar a este tipo de proyectos que tenían retraso y la CFE lograba obtener suministro un confiable no sólo en la zona centro del país sino también expandir su alcance hasta el sureste del país”, aseguró el directivo de TC Energy.
Esta relación renovada entre la CFE y la firma canadiense es el parteaguas para próximos proyectos en conjunto.
El sol sale de nuevo para las energías renovables
Las empresas dedicadas a la generación de energías renovables están buscando un segundo aire en el país. La oferta de este tipo de energía ha crecido a nivel global alrededor de 47% entre 2017 a 2020, gracias a la instalación de más paneles.
Para Carla Medina, presidenta de la Asociación Mexicana de Energía Solar (Asolmex), el tema de energías renovables empieza a ser más palpable en México gracias a proyectos como el parque solar Puerto Peñasco, Sonora, que ha sido catalogado por el gobierno como «el más grandes en Latinoamérica».
El parque solar es el inicio de una nueva visión del gobierno mexicano más alineada a uno de los objetivos de la agenda 2030 de la ONU, de aumentar 38% el uso de energías limpias para esa fecha, lo que requerirá una inversión de 2,500 millones de dólares, según datos de Asolmex.
“Creo que no se había visto una conversación tan nutrida y una interacción tan intensa entre los distintos poderes del Estado mexicano y distintas organizaciones a nivel internacional sobre aspectos estructurales, ambientales y socioeconómicos relacionados con el consumo energético”, dijo Medina durante su participación en el panel.
Para Alberto Fabio, director de Banverde, México requiere de tres ejes para detonar la inversión en materia energética. «Dejas que las fuerzas del mercado actúen por sí solas a través de la aplicación de las políticas que ya existen; que la CFE invierta en más infraestructura de transmisión; y que se robustezca el Estado de Derecho», detalló durante su intervención.
El hidrógeno, ¿el sustituto del gas natural?
Israel Hurtado, presidente de la Asociación Mexicana de Hidrógeno, comentó durante su intervención que, si bien la generación de hidrógeno es relativamente nueva en el país, el programa de desarrollo del sector eléctrico, diseñado por la CFE y la propia Secretaría de Energía, permitirá que esta industria tenga posibilidades de desarrollo en el país.
El hidrógeno podría detonar proyectos de movilidad, como una alternativa al litio; mientras que en el sector industrial podría ser un sustituto del gas natural.
“Estamos empujando fuerte el tema para que la industria pueda adoptar esta nueva tecnología y poder ponernos al nivel internacional porque México tiene mucho potencial en esta parte”, dice Hurtado.