Pese a los discursos que hablan de priorizar la producción de petróleo, las cifras hablan de una baja inversión en el segmento.
La baja producción de petróleo de Pemex puede ser explicada por más de una variable. Una de ellas, y probablemente la principal, es la baja inversión que ha hecho la estatal en el segmento de exploración y producción, pese al discurso oficial que ha asegurado que el aumento en la producción de petróleo es una de las principales prioridades.
Pemex registró en mayo la producción de petróleo más baja en más de 45 años, por debajo de los 1.5 millones de barriles diarios. En 2023 el promedio de producción fue de 1.551 millones de barriles.
Las bajas constantes coinciden con la disminución en la inversión que se ha hecho en el segmento. El capital destinado a Pemex Exploración y Producción se redujo de manera drástica desde la crisis de precios de 2015, cuando las compañías a nivel global redujeron las inyecciones de capital.
Hasta antes, al menos desde 2010, las inversiones rondaban los 15 millones de dólares, en parte porque la plataforma de producción era más alta, también las exportaciones y los precios daban a la compañía el escenario para inyectar altas cifras de capital.
En suma, el gobierno del priista Enrique Peña Nieto invirtió más en la producción y exploración que el actual gobierno federal, según los registros.
En 2023, por ejemplo, la cifra rondó los 9,300 millones de dólares, la más alta del sexenio. Pero el resultado no fue el esperado. La gestión obradorista terminará con un resultado mucho más bajo del prometido, que se situó desde su campaña por encima de los 2.2 millones de barriles.
Entre 2018 y 2022 el gasto de capital promedio anual de Pemex en su segmento de exploración y producción fue de 7,100 millones de dólares anuales. De 2010 a 2014 el promedio fue de 17,800 millones, según un paper de Adrián Duhalt, de la Universidad de Columbia.
“Entre 2010 y 2014, Pemex se benefició de los altos precios del petróleo y la sólida producción interna de petróleo crudo, lo que permitió niveles relativamente altos de gastos de capital. Sin embargo, la posterior caída de los precios internacionales del petróleo obligó a importantes recortes de inversión en todas las actividades operativas de 2014-2016”, explica en el texto.
Y aunque los precios se recuperaron durante 2017 y 2018, la inversión se mantuvo en un nivel bajo. Y así han continuado en los últimos años. Durante 2020 y 2021 esa baja se explica por la disminución en el consumo de petróleo y en los precios internacionales.
De ahí hacia delante la baja en el capital gastado en el segmento podría explicarse porque el gobierno federal decidió utilizar los recursos en los pagos de amortizaciones de deuda y en el segmento de refinación. Además, la compañía tiene bajos niveles de liquidez que le impidieron invertir en esta parte del negocio y terminó con las asociaciones con privados que probablemente habrían logrado reducir la ausencia de dinero federal.
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