La fortaleza que están denotando las energías renovables, permiten estimar que su uso se duplique para antes de 2030
Las energías limpias están tomando cada vez más fuerza en México y a nivel global, por ello, se espera que el uso de este tipo de energía se duplique para antes de 2030, por lo que un 15 por ciento deberá ser financiado por el sector público. En tanto, la iniciativa privada tendrá que ofrecer una mayor inversión de proyectos y activos en materia de energías renovables.
De acuerdo al informe Financiación de Energías Limpias en México realizado por MIREC WEEK, en materia de energía limpia, México tiene por meta alcanzar un 35 por ciento antes de 2024 y tiene una fuerte tradición de protección climática, como segundo país que ha establecido la reducción de gases efecto invernadero (GEI) de obligado cumplimiento.
El informe señala que hay diversas fuentes para financiar las energías limpias, la inversión en estos proyectos implica varios pasos y una serie de factores de riesgo potencial relacionados con los siguientes ámbitos: tecnología, economía, mercado y políticas públicas.
Fuentes de financiamiento para proyectos de energías renovables
Las principales fuentes y mecanismos para financiar las energías limpias son:
Asistencia Técnica y las Entidades de Concesión de Subvenciones. Son un componente crítico cuando se prepara el terreno para la inversión, esto es crucial para la financiación pública, donde se demuestra la visibilidad técnica de un proyecto, especialmente para ciertos tipos de tecnologías y en áreas como la evaluación de recursos, incluida la exploración geotérmica, datos de irradiación solar y mapas eólicos.
Entidades Públicas. Ofrecen préstamos de bajo costo y financiación de deuda. Éstas suelen ser los bancos de desarrollo nacionales o las instituciones nacionales de financiamiento público, tales como el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil o la Nacional Financiera de México. Además, pueden incluir una cláusula que especifique la contratación de personal nacional o que cumpla la normativa de la nación con el fin de asegurar que el Producto Interno Bruto (PIB) se multiplique en todo el país.
Dichas entidades se centran en factores externos, como los beneficios sociales y ambientales. Además, pueden utilizar las estructuras que se usan en los préstamos sindicados para ayudar a mitigar y reducir los riesgos de los agentes privados. Este método se ha vuelto popular en México, con agentes propiedad del Estado, como Bancomext, Banobras y los nuevos proyectos de financiación de NAFIN en sindicatos con bancos privados nacionales e internacionales.
Por otro lado, a medida que maduran los mercados y aumenta la experiencia en la elaboración de proyectos en energías limpias, los riesgos disminuyen y existe mayor interés por parte de los agentes financieros con experiencia en estas energías, donde se incluyen también las empresas extranjeras, como los bancos de Santander (España), Deutsche Bank (Alemania), BBVA (España), HSBC (Reino Unido) y Rabobank (Países Bajos).
Las oficinas de energías limpias de los bancos nacionales han ido en aumento, siendo los más importantes Itau (Brasil), Bradesco (Brasil), Banorte (México) y Corpbanca (Chile).
Fondos de Capital Privado. Están conformados por los principales socios de los desarrolladores de proyecto iniciales y los productores de energía independientes, que tienen la intención de aumentar su presencia y beneficios en la región.
Los agentes de capital privado buscan buenos ingresos de sus inversionistas, especialmente de los proyectos en los que han invertido y, sobre todo, en la etapa crucial de creación de proyectos de suministro público. Una vez que se hayan elaborado estos proyectos y hayan superado las dificultades del primero al tercer año, pueden convertirse en activos muy estables, especialmente si están sustentados por contratos de adquisición de energía de un gran consumidor susceptible de recibir crédito. Con su perfil de riesgo reducido, se convierten en una adquisición apropiada para los inversionistas institucionales de largo plazo.
Bonos Corporativos y OPI. Son los que sirven para acudir a los mercados directamente, ambos son difíciles de conseguir dado los costos de transacción y la necesidad de adquirir cierta envergadura; sin embargo, pueden convertirse en una opción cada vez más atractiva para los grandes agentes del mercado.
Inversión Institucional Privada. Desempeña un papel crucial a la hora de aumentar el tamaño de las inversiones en energías renovables e incluyen fondos de pensiones, compañías de seguros, donaciones y fondos soberanos de inversión. De forma global, este sector es el recurso más grande de capital privado y supone 90 billones de dólares en activos totales pertenecientes únicamente a países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), indica el informe de MIREC WEEK.
Evolución hacia un mercado consolidado de financiamiento de energías limpias de bajo costo
Los diferentes agentes mencionados anteriormente pueden utilizarse en diferentes fases para asegurar la evolución de un mercado robusto de financiamiento de energías limpias. Puede afirmarse que las entidades públicas deberían servir inicialmente de ayuda a la hora de crear un mercado, desarrollar experiencia, aumentar el conocimiento de los agentes nacionales y ayudar a la transición de altos a bajos costos de inversión.
Una vez que un mercado empieza a aumentar los proyectos de energías limpias, se espera que los inversionistas institucionales y los mercados de capital ofrezcan vías de escape para el capital privado que asume riesgos a productores de energía independientes, de tal manera que los fondos puedan liberarse para una nueva generación de proyectos y el capital pueda reciclarse de forma efectiva. Es decir, el reciclaje es esencial para ayudar a crear un flujo robusto y continuo de nuevos proyectos.
Con respecto a los desafíos que enfrenta México para desarrollar proyectos de energías limpias, Luis Arizaga, Socio Fundador de Eira Capital, expuso que éstos van relacionados al precio de la energía y a los costos que van en aumento para su financiamiento, así como a los acuerdos sólidos de grandes consumidores.
Por su parte, Jaime Pérez de la Borda, Director General de Balam Fund, refirió que las amenazas que enfrenta esta industria son las repercusiones de la depreciación del peso en el proyecto CAPEX y la falta de visibilidad a largo plazo en la estabilidad del entorno político y económico.
“Los retos están en los ingresos, el entendimiento de riesgos mercantiles en el nuevo mercado y los derechos de paso”, complementó Rodrigo Núñez, Director en Infraestructura México.
En cuanto a las estrategias que podrían ayudar a reducir el costo de capital, Jaime Pérez señaló que en un contexto donde la financiación de proyectos en pesos es muy cara, se requiere de estrategias más agresivas de evitación, como la reducción del porcentaje de deuda evitada o la limitación del plazo, sólo en los casos donde la parte que estructura el financiamiento del proyecto tenga una visión a mediano plazo de la reducción o la estabilización de la tasa de interés (sin embargo, esto aumenta el riesgo para prestamistas y capitales).
Bajo este panorama, Rodrigo Núñez explicó que la asignación de mecanismos de riesgo y el apoyo a los bancos de desarrollo es una buena estrategia para ayudar a reducir el costo de capital.
Por otra parte, el Socio Fundador de Eira Capital consideró que ya se cuenta con el suficiente número de instituciones financieras dentro del mercado de las energías renovables, aunque las internacionales se muestran, hoy en día, más reticentes a la inversión en México.
“Necesitamos agentes como los contratistas de ingeniería, adquisición y construcción que estén dispuestos a repartir el riesgo con desarrolladores o inversores. No existen demasiados en la actualidad”, resaltó.
Al respecto, Jaime Pérez de la Borda concluyó que “entendemos que cuando un mercado madura, los inversionistas de fondos de pensiones penetrarán en el mercado y los bancos privados tendrán un papel más relevante en la financiación de proyectos”.