El gobierno mexicano viola la ley y comete fraude contra las Naciones Unidas en materia climática y energética, muy en especial en el sector eléctrico. La generación de electricidad con combustibles fósiles es, en el mundo, la principal fuente de emisiones de Gases de Efecto Invernadero causantes del calentamiento global. En México representa aproximadamente el 20% de las emisiones totales nacionales. Por ello, la producción y uso de energías limpias es la base de las políticas contra el cambio climático y de los compromisos de la mayor parte de los países frente al Acuerdo de París y la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (UNFCCC). En el caso de nuestro país, la meta establecida en las Leyes de Transición Energética y de Cambio Climático, así como en nuestra contribución al Acuerdo de París (NDC) es generar el 35% de la electricidad con fuentes limpias para el 2024. Este precepto está siendo pisoteado por el gobierno del presidente López, quien miente y trata de engañar de manera cínica, como lo hizo abiertamente en la reciente COP 27. Alguna aritmética es necesaria para comprender la magnitud del fraude. Para 2024 se tendrán que generar 357 millones de Mega-Watts/Hora (357 Tera-Watts/Hora, o TWH) para satisfacer la demanda creciente de electricidad. Con la capacidad vigente, la producción de energía limpia alcanzaría sólo 97 TWH de fuentes limpias actuales, 29% del total. Para llegar al 35%, se requerirían 125 TWH. Hay pues un déficit de 28 TWH de energía limpia, que corresponderían aproximadamente a una capacidad adicional de 11,000 MW de energías solar y eólica para el 2024. Esto, considerando un factor de planta promedio de 30%, lo que significa que las centrales eólicas y solares generan el 30% del tiempo. Tal capacidad adicional implica unos 11 mil millones de dólares de inversión (más o menos un millón de dólares en promedio por MW), que ya no se van a materializar.
Este gobierno ha abortado la transición energética, embestido y ahuyentado a la inversión en energía limpia, e incluso, desconectado grandes centrales privadas de energía eólica. Esto significa que la meta de 11,000 MW limpios simplemente no podrá alcanzarse. El gobierno trata de encubrir tal retroceso promoviendo un proyecto solar en Sonora, que para el 2024 sólo alcanzaría (en caso de terminarse) 420 MW. Tal capacidad adicional, es obvio, está muy lejos de los 11,000 MW requeridos. Este proyecto se emprende sin licitación, por asignación directa de CFE a una empresa china, sin garantías, sin estudios de factibilidad ni de viabilidad financiera, sin un contrato de compra-venta de energía, y en una zona (nodo) donde hay excedentes y saturación de la red eléctrica y por tanto precios muy bajos para la electricidad, dada la existencia de grandes centrales de ciclo combinado de la propia CFE y de Iberdrola, y de energía limpia de empresas privadas (Acciona). Es sólo un capricho (otro más) del presidente López y una coartada publicitaria. Todo, mientras el gobierno desconecta y cierra arbitrariamente una gran central privada de energía eólica – hace apenas unas semanas – de 105 MW en Guanajuato. Por otro lado, el gobierno publicita también como coartada, una supuesta repotenciación de hidroeléctricas, que, de acuerdo al propio gobierno, equivaldrá a aumentar la capacidad de generación en 280 MW. Es decir, haciendo sumas y restas: 420 MW de la planta solar en Sonora + 280 MW de la repotenciación de hidroeléctricas – la desconexión de la planta de Iberdrola en Guanajuato de 105 MW, arroja un aumento neto en la capacidad de energía limpia de 595 MW. Esto representa sólo el 5.4% de los 11,000 MW de energía limpia exigidos para el 2024. Con esta cifra ridícula, el gobierno pretende burlar a las Naciones Unidas, a leyes nacionales, y a la opinión pública.
Peor, el gobierno presentó en la COP 27 una actualización del compromiso de México ante el Acuerdo de París de reducción de emisiones para el 2030 (NDC o Contribución Determinada a Nivel Nacional o NDC). En ella, promete reducir emisiones en 35% hacia ese año con medidas vaporosas y retóricas, incluyendo el proyecto de Sonora y la repotenciación de hidroeléctricas. Peor aún, incluye ¡al Tren Maya! y al ecológicamente pernicioso programa “Sembrando Vida” que demostradamente es causa de deforestación. Lo anterior, además, en el contexto de un conflicto y pugna entre la Cancillería y la SEMARNAT, donde la primera invade las facultades de la segunda sin contar con las capacidades técnicas para ello, y con personal ostensiblemente impreparado. Es una vergüenza. Se ensucia más el prestigio de México; nuestra política exterior, energética y climática se hunde en un pantano de engaños, contradicciones e ineptitud; nos convertimos en parias ambientales y climáticos; y se cancelan para nuestro país oportunidades de competitividad, inversión, empleo y crecimiento.
@g_quadri