La victoria de Donald Trump en las elecciones que acaba de celebrar Estados Unidos ha sido bien recibida por Wall Street y Tel Aviv, por ejemplo, y encajada con preocupación por Vladimir Zirinovski y buena parte del movimiento ecologista global, por poner otros ejemplos. A las protocolarias felicitaciones que, numerosas, ha recibido el nuevo primer mandatario de los Estados Unidos, se ha unido la de la American Clean Power Association, la gran patronal del sector renovable USA, que ha difundido un comunicado en el que se pone a disposición de la nueva Administración Trump-Vance para seguir creando riqueza y empleo y en el que recuerda que «nuestra industria creció a un ritmo de dos dígitos cada año durante la primera administración Trump y ha acelerado este ritmo de progreso desde entonces».
Energías Renovables repasa a continuación la opinión de hasta doce reconocidas voces de la ciencia y el liderazgo climático globales. Lo hacemos de la mano de (1) el prestigioso Science Media Center España, que se define como una «oficina independiente que ofrece a los medios recursos, contenidos fiables y fuentes expertas para cubrir la actualidad relacionada con la ciencia» y de (2) The Global Strategic Communications Council (GSCC), que es una red global de profesionales de la comunicación del campo del clima, la energía y la naturaleza. El repaso a esas doce voces se enmarca en el escenario inminente de la celebración de la vigésima novena cumbre mundial del clima, que tendrá lugar en la ciudad de Bakú, Azerbaiyán, país que se encuentra en la órbita de influencia de Rusia, importante productor de petróleo (proveedor de España), y en el que se va a dilucidar en solo unos días por dónde ha de discurrir la ruta de la lucha contra el cambio climático y cuáles habrán de ser las vías principales de desarrollo de las energías renovables, que son probablemente la herramienta más directa de combate contra el fenómeno del calentamiento global. Estas son las doce opiniones.
Friederike Otto, profesora titular del Centro de Política Medioambiental del Imperial College de Londres (Reino Unido): “el mundo se encuentra en un lugar muy diferente a cuando Trump estuvo en el poder por última vez. La transición mundial hacia las energías renovables se está produciendo a un ritmo sin precedentes. Nada de lo que pueda hacer el Gobierno estadounidense cambiará el simple hecho de que las energías renovables son más baratas y fiables que el petróleo, el gas y el carbón. Los combustibles fósiles son cosa del pasado. El mundo avanza. Estados Unidos nunca ha sido un gran jugador de equipo en las CoP, independientemente del partido que esté en el gobierno. La gente no va a las CoP esperando que Estados Unidos impulse más ambición.
Cuando Trump abandonó el Acuerdo de París en 2016, muchos gobiernos siguieron manteniendo sus planes. Como siempre, otros países tienen que dar un paso adelante en la CoP29. Trump puede negar el cambio climático todo lo que quiera, pero a las leyes de la física no les importa la política. Mientras hablamos, casi todos los estados de Estados Unidos están sufriendo sequías y el mes pasado, huracanes consecutivos causaron estragos en el sureste. El clima extremo seguirá empeorando en Estados Unidos mientras el mundo siga quemando combustibles fósiles”.
Mark Maslin, catedrático de Climatología del University College de Londres (Reino Unido): “Donald Trump ha ganado un histórico segundo mandato como presidente de los Estados Unidos y esto tendrá un profundo impacto en la agenda nacional e internacional sobre el cambio climático. Trump declaró durante su campaña electoral que no cree en el cambio climático. Durante su primer mandato, retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París y muchos de nosotros predecimos que volverá a hacerlo. Retirar a una de las superpotencias mundiales de las negociaciones de la CoP para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero es un gran problema, ya que permite a otros países ralentizar su propia descarbonización y culpar a Estados Unidos, en lugar de a su propia falta de ambición.
A nivel nacional, Trump es un firme defensor del carbón, pero el uso del carbón disminuyó durante su primera presidencia debido al cambio al gas y a las energías renovables. Esto ha continuado bajo la presidencia de Biden y continuará en el futuro debido a la simple economía. Esto refleja las tendencias mundiales de abandono del carbón en favor del gas natural y las energías renovables. Pero la transición de los combustibles fósiles es lenta y la ONU ha sugerido que con las tendencias actuales nos enfrentamos a un calentamiento de 3,1ºC a finales de siglo.
La otra gran tendencia sobre la que Trump tiene poca influencia es el crecimiento de la economía ecológica mundial, que mueve más de 10 billones de dólares anuales, el 10% del PIB mundial. En Estados Unidos hay al menos 10 millones de empleos en la economía verde, frente a los 300.000 de la industria de los combustibles fósiles. Por lo tanto, si se quiere hacer crecer la economía y crear puestos de trabajo, será esencial invertir en la economía verde. En resumen, Trump puede ralentizar la transición hacia el abandono de los combustibles fósiles y permitir que otros países retrasen la adopción de medidas, pero los combustibles fósiles ya tienen los días contados desde el punto de vista político y económico”.
Bob Ward, director de Política y Comunicaciones del Instituto de Investigación Grantham sobre Cambio Climático y Medio Ambiente de la London School of Economics and Political Science (Reino Unido): “Donald Trump dijo relativamente poco sobre el cambio climático en la campaña electoral, excepto comentarios ocasionales que mostraron que todavía no entiende el daño que está causando a las vidas y los medios de subsistencia en los Estados Unidos. Basándonos en su primer mandato, podemos esperar que retire a Estados Unidos del Acuerdo de París y que incumpla los compromisos de proporcionar ayuda financiera a los países pobres para hacer frente al cambio climático, que es el tema principal que se debatirá en la cumbre de las Naciones Unidas sobre el cambio climático que se celebrará en Azerbaiyán la próxima semana.
Es posible que no revierta las inversiones en tecnologías de energías limpias que se han derivado de la Ley de Reducción de la Inflación porque han beneficiado a muchos Estados republicanos, pero había prometido introducir fuertes aranceles a las importaciones de vehículos eléctricos chinos baratos, lo que aumentará los precios para los consumidores estadounidenses. Algunos grupos republicanos también aconsejan a Trump que suprima la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, incluido el Centro Nacional de Huracanes, lo que dejaría a Estados Unidos mucho más vulnerable a los fenómenos meteorológicos extremos”.
Simon Lewis, catedrático de Ciencias del Cambio Global del University College de Londres (Reino Unido): “podemos decir adiós al objetivo del Acuerdo de París de limitar el calentamiento a 1,5ºC por encima de los niveles preindustriales. Los impactos climáticos, cada vez más mortíferos, irán en aumento. Así de sencillo. Las inundaciones, las sequías y las olas de calor, las vidas devastadas y las cosechas destruidas no se detendrán ante un negacionista del clima. Pero, lo que es más positivo, la cooperación internacional tampoco se detendrá para un negacionista del clima. La actual transición energética hacia las energías renovables no se detendrá para un negacionista del clima. Estados Unidos ha votado a favor de continuar su pérdida de poder a largo plazo a escala internacional, ya que apoya a las industrias de los dinosaurios fósiles y no a las del crecimiento y la prosperidad futuros».
Chris Hilson, director del Centro Reading para el Clima y la Justicia de la Universidad de Reading (Reino Unido): “la reelección de Trump puede sorprender en materia climática. A nivel internacional, Trump puede retirar a Estados Unidos del Acuerdo de París por segunda vez, pero no es probable que eso tenga el tipo de impacto que tuvo antes en términos de diplomacia internacional. Ya está más o menos descontado. Otros países seguirán adelante sin Estados Unidos. Por supuesto, las emisiones climáticas de Estados Unidos siguen representando una gran parte del total mundial, por lo que lo que haga a nivel nacional en materia de clima también importa. El Gobierno de Biden no fue un ángel en materia climática: la fracturación hidráulica continuó a buen ritmo y las exportaciones de gas natural licuado alcanzaron máximos históricos.
Sin embargo, Biden actuó para reducir las emisiones de metano, que es fundamental para mantenerse por debajo de los 2ºC de calentamiento porque es un gas de efecto invernadero muy potente a corto plazo. Trump podría verse tentado a recortar esas normas sobre el metano. Pero la nueva ley de metano de la UE no permitirá las importaciones de países que tengan controles de metano débiles, y el Reino Unido debería estar considerando hacer algo similar con su propuesta Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono [CBAM, por sus siglas en inglés].
El comercio es una de las herramientas políticas favoritas de Trump, pero también puede usarse en su contra si intenta emprender una carrera climática a la baja. Como otros han señalado, la política climática estadounidense también ha pasado en gran medida del palo a la zanahoria en forma de subvenciones del IRA [Inflation Reduction Act] para las industrias respetuosas con el clima. Estos serán más difíciles de desmantelar que los palos basados en reglas porque a las industrias les gustan los regalos y muchos de ellos van a estados republicanos.
Asimismo, políticos como Trump son elegidos para un periodo relativamente corto, pero los mercados invierten para periodos más largos. Así que la industria estadounidense se posicionará para una economía descarbonizada. No invertirá en carbón. Y la demanda de petróleo y gas disminuirá a medida que avance la electrificación. La verdadera cuestión es si esa descarbonización y electrificación se producirá a pesar de Trump o gracias a él.
Con el papel de Elon Musk en las elecciones, es posible que veamos un impulso para posicionar a Estados Unidos como una nueva potencia energética, con una gran industria del litio, una industria nuclear resurgente y una industria automovilística y de baterías de vehículos eléctricos competitiva a nivel internacional. Trump es un hombre de negocios. Y le gusta ganar. No es probable que aferrarse a una economía basada en los combustibles fósiles posicione a la economía estadounidense para ganar. Así que esa puede ser la sorpresa sobre el clima en una presidencia de Trump. No se trata del clima, se trata de negocios».
Las declaraciones hasta aquí recogidas han sido suministradas por el Science Media Center España, que se define como una «oficina independiente que ofrece a los medios recursos, contenidos fiables y fuentes expertas para cubrir la actualidad relacionada con la ciencia». El SMC aclara que ninguna de las opiniones representa la opinión del Science Media Centre España.
The Global Strategic Communications Council (GSCC) es una red global de profesionales de la comunicación del campo del clima, la energía y la naturaleza. El GSCC también ha recogido la opinión de diversos líderes climáticos del mundo sobre la victoria de Dondald Trump, victoria que además se enmarca en un escenario de víspera de la cumbre del clima CoP29, que tendrá lugar el mes que viene en Bakú, Azerbaiyán. Energías Renovables recoge a continuación las siguientes.
Laurence Tubiana, CEO de la European Climate Foundation: “el resultado de las elecciones estadounidenses es un revés para la acción climática mundial, pero el Acuerdo de París ha demostrado su resistencia y es más fuerte que las políticas de cualquier país. El contexto actual es muy diferente al de 2016. Hay un poderoso impulso económico detrás de la transición global, que Estados Unidos ha liderado y del que se ha beneficiado, pero que ahora corre el riesgo de perder. El devastador balance de los recientes huracanes fue un sombrío recordatorio de que todos los estadounidenses se ven afectados por el empeoramiento del cambio climático. En respuesta a las demandas de sus ciudadanos, ciudades y Estados de todo Estados Unidos están tomando medidas audaces. America is All In representa el 65% de la población y el 68% del PIB. Esta coalición -y otros actores subnacionales de todo el mundo- merecen un asiento en la mesa mundial. Europa tiene ahora la responsabilidad y la oportunidad de dar un paso al frente. Impulsando una transición justa y equilibrada, en estrecha colaboración con otros, puede demostrar que una acción climática ambiciosa protege a las personas, fortalece las economías y aumenta la resiliencia”.
Jennifer Morgan, secretaria de Estado y enviada especial para la Acción Climática Internacional de Alemania: “trabajaremos con la próxima administración estadounidense siempre que sea posible para reforzar el orden internacional basado en normas y hacer frente a los retos de seguridad compartidos, incluida la crisis climática. Para Alemania y para la Unión Europea, la transición hacia la neutralidad climática es una piedra angular de nuestra competitividad futura. Por lo tanto, trabajaremos con todos los socios para lograr la igualdad de condiciones en la carrera por las industrias verdes. Seguiremos aplicando nuestras leyes climáticas y trabajando con socios internacionales en todos los niveles de gobierno, la sociedad civil y en el sector privado en la aplicación rápida y completa del Acuerdo de París”.
Christiana Figueres, responsable de clima de la ONU 2010-2016: “el resultado de estas elecciones se verá como un duro golpe para la acción climática mundial, pero no puede detener ni detendrá los cambios en curso para descarbonizar la economía y cumplir los objetivos del Acuerdo de París. Quedarse con el petróleo y el gas equivale a quedarse atrás en un mundo que avanza a gran velocidad. Las tecnologías energéticas limpias seguirán superando a los combustibles fósiles, no solo porque son más sanas, rápidas, limpias y abundantes, sino porque socavan a los combustibles fósiles allí donde son más débiles: su volatilidad e ineficiencia irresolubles. Mientras tanto, el trabajo vital que se está llevando a cabo en comunidades de todo el mundo para regenerar nuestro planeta y nuestras sociedades continuará, imbuido de un espíritu nuevo y aún más decidido en la actualidad”.
Friederike Otto, climatóloga del Grantham Institute for Climate Change and the Environment del Imperial College y codirectora de World Weather Attribution: “al cambio climático no le importa la política ni qué partido gobierne. Estados Unidos sufrirá tormentas más fuertes y olas de calor más intensas mientras el mundo siga quemando petróleo, carbón y gas. Decir que el cambio climático no es real o desmantelar las políticas climáticas no cambiará eso. Estados Unidos no está a salvo del cambio climático”.
Raila Odinga, exprimer ministro de Kenia y candidato a la presidencia de la Africa Union Commission: “la actuación de Estados Unidos en materia de cambio climático, tanto a nivel nacional como mundial, determinará la forma en que África, el continente menos responsable de la crisis climática pero el que más sufre sus efectos, navegará por su propia senda de desarrollo y proporcionará acceso a la energía a más de 600 millones de personas que hoy carecen de él. Las negociaciones sobre el clima en la CoP29 de Bakú, que se celebran tras las elecciones estadounidenses, son una oportunidad perfecta para que Estados Unidos dé un paso al frente y se convierta en un guardián global del planeta. En la CoP29, Estados Unidos debe liderar desde el frente y apoyar la entrega de una financiación climática ambiciosa, basada en subvenciones y altamente concesional, hasta los billones de dólares necesarios para satisfacer las necesidades de adaptación y mitigación de los países en desarrollo y compensar las pérdidas por daños de manera oportuna y transparente”.
Izabella Teixeira, exministra de Medio Ambiente de Brasil: “no hay lugar para el negacionismo climático en el contexto de la emergencia climática. La sociedad estadounidense es corresponsable del calentamiento global y, a pesar de la victoria de Trump, será sin duda corresponsable de las soluciones a la crisis climática”.
Bill Hare, consejero delegado de Climate Analytics y ex autor del IPCC: “la elección de un negacionista del clima a la presidencia de Estados Unidos es extremadamente peligrosa para el mundo. Ya estamos viendo daños extremos, pérdida de vidas en todo el planeta debido al calentamiento de 1,3°C inducido por el hombre. El presidente Trump no estará por encima de las leyes de la física y tampoco lo estará el país que dirige.
Si Trump sigue adelante con su amenaza de retirarse del Acuerdo de París, el mayor perdedor será Estados Unidos. Ya hemos pasado por eso antes: la retirada de Estados Unidos en la primera presidencia de Trump no provocó el colapso del Acuerdo, como predijeron algunos expertos.
La retirada de Estados Unidos bajo una administración Trump perjudicará los esfuerzos para limitar el calentamiento a 1,5ºC. Las perspectivas de mantener abierto el objetivo de 1,5°C dependerán en última instancia del nivel de acción que adopten todos los demás países en los próximos años y también de lo que haga Estados Unidos tras la conclusión de la presidencia de Trump”.
La Asociación Estadounidense de Energía Limpia (American Clean Power Association, ACP), que agrupa a más de 800 empresas de energías renovables, ha felicitado a Donald Trump por su victoria electoral y ha expresado su compromiso de trabajar con la nueva Administración «para suministrar energía fiable a la red, hacer crecer la economía y mejorar la seguridad nacional».
En este sentido, la gran patronal estadounidense de las renovables ha subrayado -informa la agencia Europa Press- que la energía renovable producida a nivel nacional «es vital» para satisfacer la creciente demanda de electricidad de Estados Unidos.
Asimismo, la American Clean Power Association ha destacado que la inversión del sector privado en energías limpias está generando empleos y oportunidades económicas en pequeñas ciudades y comunidades rurales de todo el país.
«Nuestra industria creció a un ritmo de dos dígitos cada año durante la primera administración Trump y ha acelerado este ritmo de progreso desde entonces», ha recordado Jason Grumet, consejero delegado de ACP.
Así, para el sector de las energías renovables aprovechar los diversos recursos energéticos de Estados Unidos «es esencial» para la seguridad nacional. ACP considera que, al combinar las fortalezas de todos los recursos energéticos nacionales, la Administración Trump puede impulsar una economía dinámica, segura y limpia.
«Estamos comprometidos a trabajar con la Administración Trump-Vance y el nuevo Congreso para continuar con esta gran historia de éxito estadounidense», ha concluido Grumet.
Los números
A falta de los resultados definitivos, Trump ha obtenido 277 delegados (la mayoría está en 270) frente a los 224 de Kamala Harris. Así, el candidato republicano se habría adjudicado el triunfo en 27 territorios frente a las 19 plazas que obtiene Harris. La todavía vicepresidenta ha recabado 66,8 millones de votos; Trump, 71,7. Estados Unidos tiene más de 334 millones de habitantes.
En la misma jornada, también se han celebrado elecciones a la Cámara de Representantes, para renovar a sus 435 miembros para un mandato de dos años, y al Senado, para elegir a 34 de sus 100 senadores. Tanto en una como en otra cámara la victoria ha ido para el republicano también.
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