Ley de Electricidad o ley paraguas: consiste en toda una serie de leyes que se han ido elaborando a lo largo de los años y que se aprobaron finalmente en el Parlamento en 2023. Esta legislación pretende permitir a Suiza producir más electricidad a partir del agua, el sol o el viento, todas ellas son energías renovables.
En el paquete legislativo confluyen dos intereses suizos: por un lado, Suiza quiere apostar por las energías renovables en su estrategia energética. Recientemente, se comprometió a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero a cero neto en 2023 con una votación popular sobre la Ley de Protección del Clima.
Tras la catástrofe del reactor de Fukushima, también se decidió abandonar progresivamente la energía nuclear a largo plazo. Por otro lado, la guerra rusa contra Ucrania ha demostrado que las importaciones de energía del exterior pueden ser arriesgadas desde un punto de vista político o económico.
Sin embargo, una alianza de pequeñas organizaciones ecologistas lanzó a principios de año un referéndum contra el proyecto de ley. Por tanto, la ciudadanía debe votar sobre él el 9 de junio.
¿De qué trata la Ley de Electricidad de energías renovables?
En el centro del proyecto de ley está la seguridad del suministro eléctrico de Suiza a partir de energías renovables, especialmente en invierno, porque Suiza depende de las importaciones de energía del extranjero durante los meses invernales. Para que este país sea más autónomo, se construirán ante todo nuevas centrales hidroeléctricas. En concreto, se prevé la construcción de 16 proyectos hidroeléctricos.
Sin embargo, la ley también permitirá la rápida expansión de la energía solar en edificios e infraestructuras gracias a las subvenciones. El gobierno federal calcula que la generación de electricidad a partir de energía solar podría quintuplicarse de aquí a 2035.
Y, por último, en las zonas designadas, se facilitarán las autorizaciones para proyectos de energía eólica al tiempo que se hará más difícil recurrirlos.
Todo el paquete legislativo es importante porque en el futuro los coches eléctricos, las bombas de calor y la industria necesitarán más electricidad. El Consejo Federal (Gobierno) y el Parlamento quieren contrarrestar una posible escasez derivada del abandono de los combustibles fósiles. Con un suministro nacional de electricidad, también esperan conseguir precios más bajos y estables.
¿Cuál es la situación de las energías renovables en Suiza?
La mayor parte de la electricidad en Suiza procede ya de energías renovables, principalmente hidroeléctrica, que representaba el 56% en 2023. El 7% procede de la energía solar, eólica y de biomasa, y el 37% de la energía nuclear.
Suiza produce una media de unos 60 teravatios hora (TWh) de electricidad al año (entre un mínimo de 53 y un máximo de 68 TWh, según el año). La producción actual procede de 650 grandes centrales hidroeléctricas, 1.000 pequeñas, cuatro centrales nucleares y 37 parques eólicos. Además, hay 70.000 centrales fotovoltaicas y 960 centrales térmicas, por ejemplo, de incineración de residuos. Según el productor de electricidad Axpo, el consumo y la producción en Suiza están más o menos equilibrados.
¿Cuáles son los argumentos de los partidarios del «sí» a la Ley de Electricidad?
Según los partidarios del paquete legislativo, siempre existe el riesgo de escasez de energía, sobre todo en invierno. “Un suministro seguro sólo puede lograrse a corto y medio plazo ampliando la producción nacional de energías renovables”, afirma el director del Departamento Federal de Energía, Albert Rösti. “Si usted quiere más electricidad y más independencia, vote sí”, añade.
Las medidas previstas son equilibradas, subrayan los partidarios del texto. El Parlamento trabajó largo y tendido en el paquete antes de aprobarlo por amplia mayoría en el Consejo Nacional (cámara baja) (117 votos a favor, 19 en contra) y por unanimidad en el Consejo de los Estados (cámara alta). En este sentido, la Ley de Electricidad es el ejemplo perfecto de un buen compromiso federal: todos los partidos del Parlamento la aprobaron con un «descontento moderado», señala Rösti.
Quienes defienden la nueva Ley de Electricidad esperan que se produzca más electricidad en Suiza, especialmente durante el invierno. Dicen que las medidas previstas son respetuosas con el medio ambiente y mantendrán estable el precio de la electricidad.
¿Quiénes se oponen a la Ley de Electricidad?
La oposición reúne a dos bandos muy diferentes. Uno es la Fundación Franz Weber, que lucha por la protección del paisaje, los animales y la naturaleza. Es una fundación que ya sabe cómo tener impacto. En 2012, su iniciativa sobre las segundas residencias resultó aprobada en las urnas, un éxito del que solo pueden presumir una pequeña parte de las iniciativas populares.
Hoy, como entonces, su lucha es contra «la desfiguración del paisaje». Junto con otras dos pequeñas organizaciones ecologistas, lanzó un referéndum contra la Ley de Electricidad después de que otras organizaciones ecologistas más grandes retiraran su oposición inicial debido a que sus objeciones habían sido tenidas en cuenta. Vera Weber, presidenta de la fundación, afirma que “es absurdo sacrificar la naturaleza en aras del clima”.
La segunda fuerza impulsora del «no» es el partido conservador de derechas Unión Democrática de Centro (UDC), y en particular su parlamentaria Magdalena Martullo-Blocher. Según ella, la nueva ley generará mucha menos electricidad de la necesaria. “Una gota en el océano», dice.
Martullo-Blocher también recurre al argumento de la protección del paisaje, evocando el espectro de la construcción de 9.000 aerogeneradores y de enormes extensiones de terreno cubiertas de paneles solares. Consiguió arrastrar a su partido al campo del «no», a pesar de que este se había pronunciado a favor del paquete legislativo en el Parlamento. Una de las razones es que la UDC espera que un fracaso del texto dé un nuevo impulso a la energía nuclear.
¿Qué pasa en Suiza si se rechaza el proyecto de Ley de Electricidad?
El debate sobre la energía nuclear probablemente cobraría impulso. Con la prevista iniciativa «Stop al apagón», que pide que se revoque la decisión de Suiza de abandonar la energía atómica, se seguiría planteando la cuestión al pueblo. Sin embargo, un «sí» a la Ley de Electricidad haría menos seductora la iniciativa, mientras que un «no» le daría más peso. La presentación de una contrapropuesta gubernamental a la iniciativa «Stop al apagón» dependerá probablemente del resultado de la votación del 9 de junio. Sin embargo, todo el mundo coincide en que la construcción de nuevas centrales eléctricas en Suiza llevaría décadas, por razones técnicas y también por la oposición a varios niveles que desencadenaría este tipo de instalaciones.
Si el «no» saliera triunfante en las urnas, la cuestión de cómo conseguir que el suministro energético sea seguro y autónomo seguirá estando abierta. Se mantendrían las leyes actuales, pero expirarían las subvenciones individuales. Los partidarios del texto afirman que, en caso de rechazo de la nueva ley, sería necesario adoptar medidas de emergencia en invierno. Las opciones más plausibles a corto plazo para evitar la escasez de energía seguirían siendo los combustibles fósiles, por ejemplo, las centrales de gas, o la importación de electricidad del extranjero.
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