Mientras Ucrania sigue siendo devastada por la invasión rusa y el eco de los tambores de guerra va en aumento desde Bruselas, un nuevo informe de Ember, el grupo de analistas del sector de la energía, confirma algo que ya hemos contado en ER: La adicción europea al gas ruso no solo no se ha detenido, sino que no deja de aumentar. En concreto, la UE compró un 18% más de gas a Putin en 2024 -a pesar del plan de eliminación gradual para 2027-, un crecimiento impulsado, principalmente, por un aumento de las importaciones de Italia, República Checa y Francia, según señala el estudio.
La guerra en Ucrania ya ha entrado en su tercer año y la UE no deja de financiar a su supuesto enemigo mientras desde Bruselas se invoca a la defensa de la democracia y se invita a sus miembros a rearmarse frente a la «mayor amenaza para la seguridad europea desde la Segunda Guerra Mundial».
De hecho, se da una circunstancia curiosa: el gas que la UE ha comprado a Rusia desde 2022 sigue engrasando la maquinaria de guerra del Kremlin. Y no lo decimos nosotros, sino que fue el comisario europeo de Energía y Vivienda, Dan Jorgensen, el que admitió la semana pasada que las compras de gas ruso de la Unión Europea desde 2022 equivalen al precio de 2.400 nuevos cazas F-35 para el Kremlin. Es algo así como echar leña al fuego y esperar que se apague.
Barriendo para casa, las compañías energéticas que operan en España -Repsol, Naturgy, Iberdrola, etcétera- han doblado sus compras de gas a Rusia en los últimos años. De entre las grandes eléctricas que operan en el mercado nacional, Naturgy cuenta con 7.400 megavatios de potencia en centrales de Ciclo Combinado (que queman gas para producir electricidad) e Iberdrola, con 5.700 (son las dos empresas con más potencia en ciclos combinados).
En concreto -según el informe de Ember-, las importaciones de gas ruso de las compañías que operan en España han situado a nuestro país como el cuarto miembro de la UE que más gas compró a Putin en 2024, aunque la posición de España cae a la sexta posición en cuanto al aumento interanual de las importaciones de metano ruso.
Conclusiones clave del informe de Ember
- Las importaciones de gas ruso aumentaron un 18% en 2024. La demanda total de gas de la UE se mantuvo estable en 2024, pero las importaciones de gas ruso aumentaron un 18% en 2024 (de 38 millardos de metros cúbicos de gas natural -bcm- a 45 bcm), debido principalmente al aumento de las importaciones en Italia (+4 bcm), Chequia (+2 bcm) y Francia (+1,7 bcm). Las importaciones rusas seguirán creciendo en 2025. Estos aumentos podrían amenazar el camino de eliminación gradual del gas ruso en 2027, advierten los expertos.
- Los precios del gas aumentaron un 59% en 2024. De cara a 2025, el precio de referencia europeo del gas rondará el doble de sus niveles anteriores a la crisis. Sólo a lo largo de 2024 subió un 59%, de 30 a 48 EUR/MWh. Esto, a su vez, ha hecho subir los precios de la energía en Europa, y la industria ahora paga el doble que Estados Unidos y China. La volatilidad de los proveedores también está en su punto más alto en medio de la inestabilidad geopolítica, lo que expone los riesgos de una dependencia excesiva de los combustibles fósiles importados.
- El suministro de gas fósil de la UE superará la demanda en un 26% en 2030. Impulsado en gran medida por un aumento del 54% en la capacidad de importación de GNL y la construcción de nuevos gasoductos, es probable que 131 bcm de capacidad de suministro de gas estén subutilizados en la UE para 2030, lo que conduciría a un posible desperdicio de fondos públicos y aumentaría los costos para el consumidor.
Dr. Pawel Czyzak, analista de Ember: «Es un escándalo que la UE siga importando gas ruso en lugar de invertir en verdaderas alternativas como las energías renovables y la eficiencia para cortar las importaciones rusas. Los Estados miembros están quemando dinero con una costosa capacidad de GNL que ni siquiera se utilizará».
Este análisis se publica cuando la Comisión Europea sigue retrasando la publicación de una hoja de ruta para abandonar los combustibles fósiles rusos, que en principio estaba prevista para esta semana.
Los precios del gas y la volatilidad de los proveedores, una amenaza para la seguridad energética
El análisis de Ember señala que los precios del gas en la UE aumentaron un 59% en 2024, tras años de volatilidad de precios tras la invasión rusa de Ucrania. Esto sitúa el precio de referencia europeo del gas en torno al doble respecto a los niveles previos al estallido del conflicto.
La seguridad del suministro procedente de fuentes extranjeras más allá de Rusia también se ha vuelto cada vez más volátil. El aumento de las tensiones geopolíticas con Estados Unidos pone en riesgo la vía de suministro estadounidense, incluso cuando Estados Unidos está aumentando la capacidad de exportación de GNL. Si bien la UE ha sugerido planes para financiar infraestructura extranjera de GNL y firmar contratos de GNL a largo plazo como una forma de dejar de depender del gas ruso, esto generaría una mayor dependencia del gas de actores potencialmente poco confiables.
Los planes de descarbonización de la UE, en riesgo
El aumento de las importaciones de gas ruso se produjo a pesar de la intención declarada de la Comisión Europea de poner fin a la dependencia de los combustibles fósiles rusos para 2027. Los analistas explican en su informe que la UE todavía carece de un objetivo jurídicamente vinculante o de un plan público para la eliminación. Los Estados miembros todavía pueden importar gas ruso a través de diversas lagunas, incluso cuando existen supuestas restricciones.
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