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La transición debe darse desde una perspectiva ambiental y ecológica que incorpore condiciones de bienestar público, ya que la forma como socialmente se aprovecha la naturaleza tiene implicadas pautas distributivas que inciden directamente en el bienestar de la población
Es necesaria la transición en la política de utilización de los recursos naturales en México, plantea el maestro Roberto Martín Constantino Toto, profesor-investigador del Departamento de Producción Económica de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En el texto Nuevo diseño institucional para el mejor aprovechamiento económico de los recursos naturales, señala que tal transición debe darse desde una perspectiva ambiental y ecológica que incorpore condiciones de bienestar público, ya que la forma como socialmente se aprovecha la naturaleza tiene implicadas pautas distributivas que inciden directamente en el bienestar de la población.
“Una arquitectura institucional diferente en materia de aprovechamiento y gestión de los recursos naturales, requiere del reconocimiento de dos hechos: por un lado, que el objetivo de todo proceso económico no puede ser otro que el bienestar. Por el otro, que la exuberante abundancia de los recursos naturales en México es un mito”.
El académico de la Unidad Xochimilco no juzga como “incorrecta” la obtención de beneficios derivados del proceso de transformación de la naturaleza. “Lo que no parece correcto –considera– es la transferencia de los costos de la explotación de recursos naturales al nivel social.
El especialista en Incentivos macroeconómicos y medio ambiente observa que en México la idea de lo sustentable cada vez es más significativa en el discurso público, y señala que dicha categoría no sólo implica un objetivo institucional en sí mismo, “sino un estilo de desarrollo específico”.
Como cualquier otro proceso, afirma, el de la sustentabilidad está sujeto al mejor conocimiento científico y tecnológico acerca de las formas y mecanismos que gobiernan la relación de intercambio entre la sociedad y la naturaleza.
Un proceso evolutivo de aprovechamiento sustentable de la naturaleza implica que los procesos de producción y consumo “no induzcan al deterioro de los niveles de bienestar social y tampoco al desarrollo de comportamientos económicos depredadores”, entre otros, como sobrepasar la capacidad de resistencia de los sistemas naturales.
El investigador aduce que tampoco es equivocado pensar en la eficiencia como un mecanismo que mejore las capacidades de gestión sobre la naturaleza. “Sin embargo, el problema emerge cuando se puede llegar a pensar que es el más importante, sin considerar su tipo”.
Un ejemplo histórico que ilustra lo anterior, es decir, “el riesgo inherente a la búsqueda de hacer mejor las cosas, aunque éstas sean incorrectas” –indica Constantino Toto–, es el caso de la gestión de los recursos hídricos de la Cuenca de México, región que agrupa a la ciudad de México y la zona conurbada.
Al respecto alude al problema recurrente de las inundaciones en los asentamientos coloniales en la Ciudad de México durante todo el Virreinato. Explica que la solución que se encontró en su momento –y que subsiste durante más de 500 años hasta la actualidad– fue la construcción de infraestructura que permitiera el desalojo de las avenidas en la zona lacustre, formada por el sistema lagunar de México-Texcoco-Xochimilco-Xico-Xaltocan-Zumpango.
La opción elegida para dar salida a las aguas que inundaban la ciudad fue construir un túnel (originalmente el Socavón de Nochistongo) para desalojar, por gravedad, los excedentes fuera de la cuenca. Empero, el proyecto original de túnel se convirtió en un “tajo a cielo abierto”, que funcionó parcialmente pese a que provocó serias transformaciones en el sistema de la Cuenca de México.
“Para empezar, se convirtió a una cuenca endorreica (es decir, una cuenca geológica cerrada) en un valle, debido a la construcción de una salida para el agua”. Además: “El sistema permitió el desalojo y la paulatina desecación del sistema lagunar y, efectivamente, se redujeron las inundaciones de forma parcial, pero más por obra de la ocupación de las tierras altas que por la funcionalidad de la obra en sí misma”.
Posterior a esta obra, el académico de la Unidad Xochimilco señala que las inundaciones continuaron afectando la ciudad de México durante el periodo independiente, el Porfiriato, la década de los años 40 y hasta las épocas más recientes. Pese a la construcción de numerosas infraestructuras durante cada uno de estos periodos.
“La infraestructura hidráulica construida para la prevención de las inundaciones en la ciudad de México es una muestra significativa de ingenio, habilidad y conocimiento, pero al mismo tiempo de los riesgos que entraña creer que la eficiencia lo resuelve todo, bajo un paradigma tecnológico estable”, asienta Constantino Toto.
El texto está incluido en el libro La UAM ante la sucesión presidencial. Propuestas de política económica y social para el nuevo gobierno, coordinado por Federico Novelo Urdanivia (Unidad Xochimilco de la UAM, 2011).