El uso de combustibles fósiles no desaparecerá como consecuencia de la falta de combustibles, sino por la toma de conciencia de la humanidad y la implantación de tecnologías amigables con el medio ambiente
El patrón de uso de combustibles de aquí al año 2040 tendrá cambios “pero no serán dramáticos”, pues habrá una transición al uso de recursos renovables que puede llevar varios años “posiblemente la mayor parte de este siglo”, señaló el doctor José Miguel González Santaló, director de Sistemas Mecánicos del Instituto de Investigaciones Eléctricas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Durante la conferencia que ofreció en el marco del Congreso Internacional de Energía 2015, convocado por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), la Academia Mexicana de Energía y el IIE, entre otras instituciones, el doctor González Santaló apuntó que el uso de combustibles fósiles no desaparecerá como consecuencia de la falta de combustibles, sino “por la toma de conciencia de la humanidad y la implantación de tecnologías amigables con el medio ambiente”.
Tras indicar que el uso de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas) se explica por su disponibilidad, refirió que las reservas mundiales probadas de los distintos combustibles alcanzan para periodos de entre 50 y 100 años, “sin considerar que a medida que se utilizan las reservas, se van incorporando nuevas cantidades como resultado de los esfuerzos de prospección”.
Dijo no tener ninguna duda de que, a pesar de esta disponibilidad, a largo plazo la humanidad utilizará recursos energéticos, por lo que es necesario tomar medidas ahora, pues la transición tomará varios años.
Agregó que es previsible que el uso de combustibles fósiles se reduzca al año 2040 de 81 a 75 por ciento, con un incremento de las fuentes renovables del 14 al 19 por ciento y de la nuclear de cinco a siete por ciento. Se trata “de cambios en la dirección correcta, pero también muestran la inercia del sistema energético mundial y dan una idea de la duración de la transición energética”.
Al referirse al desarrollo del sector eléctrico mexicano sostuvo que éste es esencial para el desarrollo del país, ya que suministra un insumo básico para una buena calidad de vida y para producir bienes a precios competitivos, y es a la vez un consumidor importante de bienes de capital con impacto en la industria nacional.
El sector eléctrico, sin embargo, puede tener un gran impacto sobre el medio ambiente con repercusiones locales y globales. Localmente puede tener impactos a la salud por emisiones atmosféricas o por contaminación de suelos y aguas. Globalmente se tiene la emisión de gases de efecto invernadero que hay que reducir para limitar la magnitud y el impacto del cambio climático.
“Esto lo tenemos que hacer por razones de conciencia” e incluso por consideraciones pragmáticas de comercio internacional, pues “una vez que lleguen a algún acuerdo las grandes potencias emisoras de CO2 se impondrán restricciones a los países que no contribuyan a los esfuerzos globales”.
El Congreso Internacional de Energía realizado del 7 al 11 de septiembre y en cuyo comité organizador participan académicos de la UAM, de la Universidad Técnica de Dinamarca, del IPN y de la Universidad Lueven de Bélgica, entre otras, fue inaugurado por el doctor Salvador Vega y León, rector general de la UAM, quien señaló que la misión universitaria implica contribuir en la solución de los grandes problemas que aquejan a nuestra sociedad.
“Intentar hacerlo de manera separada resulta en impactos limitados; por ello estamos convencidos de las ventajas que ofrece el establecimiento de vínculos académicos con instituciones educativas y organismos públicos nacionales y extranjeros.
Las redes de investigación de potencial internacional en temas como la generación y uso eficiente de energía, cobran especial relevancia si consideramos las repercusiones ambientales, económicas y sociales que implica.
El doctor Vega y León reconoció el esfuerzo de coordinación realizado por las instituciones convocantes a este congreso, que tiene como objetivo establecerse como un espacio abierto a la discusión y análisis de propuestas que den alternativas de procesos productivos más eficientes, patrones de consumo de energía más responsables y conductas sociales menos nocivas con el medio ambiente, discusión que resulta fundamental si se considera la reciente reforma energética en México.
Necesario, un portafolio energético diversificado que incluya la energía nuclear
Incrementar la participación de la energía nuclear en la cartera de fuentes de generación de energía eléctrica es complementaria e indispensable para cumplir con las metas establecidas en la política de eficiencia energética nacional y de reducción de la generación de dióxido de carbono, señaló el doctor Javier Cuitláhuac Palacios Hernández.
El gerente de Ciencias Aplicadas del Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares (ININ) participó en el 1er. Congreso Internacional de Energía, realizado en la Casa del Tiempo de la UAM.
Durante la ponencia Los retos de la energía nuclear en México, a corto y mediano plazo, estudio realizado conjuntamente con la doctora Lydia Paredes Gutiérrez, directora deI ININ, dijo que para elevar la capacidad, eficiencia y expandir el sector eléctrico debe integrarse un portafolio energético diversificado que contemple el uso de fuentes fósiles, no fósiles y renovables, además de la energía nuclear.
En el marco de la política oficial se pretende instalar a futuro más plantas nucleares en el país, tres en la zona de Veracruz, con un total de cuatro mil megawatts.
La perspectiva de la opinión pública respecto al tema está dividida, casi en proporciones iguales, “pero cuando se explica qué es la energía nuclear, muchos de los que se manifiestan en contra cambian favorablemente su opinión”.
El desconocimiento sobre las bondades de esta fuente energética, cuyo uso es seguro, provoca incertidumbre, aunado a que un amplio sector de la población forma su opinión sobre el tema con lo dicho por los medios de comunicación que no ofrecen información y explicaciones tecnológicas.
Al resaltar que la generación de la energía nuclear será sólo responsabilidad del gobierno federal a través de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), indicó que Laguna Verde deberá renovar su licencia de operación, en el 2020 y operar de manera segura.
Para emprender un programa nuclear en México se requiere de la formación de recursos humanos, mayor vinculación con las Instituciones de educación superior y los tecnológicos, no sólo en ciencias nucleares, sino en áreas diversas de las ingenierías.
El especialista en tecnología de reactores nucleares expuso además que deberá impulsarse la investigación en nuevos materiales y componentes, sistemas de calidad, entre otras áreas, para ofrecer soporte a la extensión de vida de Laguna Verde y el futuro de los retos nucleares nacionales.
Si bien la demanda total de energía primaria ha cambiado, el uso de los combustibles fósiles en el portafolio energético ocupa en el mundo alrededor de 88 por ciento, “pero pese a los esfuerzos por diversificar las fuentes energéticas, el panorama no va a cambiar”.
La expansión en la instalación de reactores nucleares a nivel internacional fue rápida y sostenida entre 1954 a 1974 con un promedio de siete al año; decreció como producto de los accidentes de las Tres Millas, en Estados Unidos, y Chernóbil, Rusia, pero resurgieron los programas nucleares de 2000 a 2011.
Actualmente funcionan en el mundo 438, de los cuales 100 operan en Estados Unidos, seguidos de Francia, Rusia, Corea del Sur, China y Japón; naciones como Eslovaquia, Bélgica, y Ucrania, entre otras generan 50 por ciento de la energía eléctrica de fuentes nucleares.
El doctor Palacios Hernández mencionó que entre los factores que inciden para elevar el empleo de energía nuclear está el incremento de la demanda eléctrica; es libre de emisión de contaminantes y económica por la estabilidad del precio del uranio.
En México entre 78 y 80 por ciento del tipo de fuente energética empleado para generar electricidad, ha sido de fuentes de origen fósil.
Universidades, cruciales en la formación de personal altamente especializado en energías renovables
Las universidades y los centros de educación superior del país serán cruciales en la formación de personal altamente especializado para el desarrollo, explotación e innovación de las energías renovables, señaló el doctor Edgar Santoyo Castelazo.
El director de Innovación Tecnológica, Subsecretaría de Planeación y Transición Energética de la Secretaría de Energía, indicó que la reforma energética contempla un esquema que proyecta los requerimientos sobre los perfiles profesionales y técnicos requeridos para cumplir las metas gubernamentales.
Como producto de los convenios de asignación de recursos del Fondo Sectorial del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt)-Secretaría de Energía-Sustentabilidad Energética, firmado el año pasado, se destinaron recursos por más de 1,627 millones de pesos para la conformación y desarrollo de los Centros Mexicanos de Innovación en Energías Renovables (CEMIE’s).
Los fondos sectoriales concretaron la operación de los CEMIE-Geo –energía geotérmica– CEMIE-Sol –solar– y CEMIE-Eólico –eólica– y se lanzaron las convocatorias para la creación de los CEMIE´s en bio-energéticos y en energías del océano; actualmente se conforma el Centro Mexicano para la Captura de Carbono.
Durante su participación en la actividad realizada en la Casa del Tiempo, centro de extensión educativa y cultural de la UAM, Santoyo Castelazo mencionó que los CEMIE´s tienen como misión unificar y crear conocimiento en sus respectivos campos, generando sinergias que orienten las actividades de innovación, investigación, desarrollo y de recursos humanos para el adecuado aprovechamiento de las fuentes energéticas renovables.
Integrados por Instituciones de Educación Superior y Centros de Investigación, tecnológicos y empresas interesadas en el uso de las tecnologías, los CEMIE’s se destacan por fomentar el potencial uso de las energías renovables y la autosuficiencia energética en el país a largo plazo, además de la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Se pretende detonar una industria proveedora de equipos y servicios; impulsar la colaboración y alianza entre instituciones; una cartera de proyectos estratégicos específicos; expandir y fortalecer las capacidades de investigación científica y tecnológica, así como fomentar la formación de recursos humanos y vincular al ámbito académico con el sector empresarial.
El funcionario recordó que este tipo de centros ha sido muy exitoso en diversas naciones, entre las que se incluye Estados Unidos.
En relación con el Laboratorio de Investigación dijo que busca ser el espacio ideal para vincular el trabajo colaborativo entre la academia y la industria, enfocado a producir tecnologías y servicios para atender las prioridades del sector.
Para este objetivo se han aprobado cerca de 13 proyectos con un monto cercano a los 117 millones pesos y se ofertarán más de 64,700 becas.
Derivado de la sexta instrucción presidencial se elaboró un programa estratégico de recursos humanos, en conjunto con la Secretaría de Energía, Conacyt y la Secretaría de Educación Pública, entre otras entidades, para formar 145 mil profesionistas, en diversas áreas, desde técnicos, licenciaturas y posgrados para cumplir las necesidades del sector, incluido hidrocarburos.
Se cuenta con cuatro condiciones estratégicas: la coordinación de información para la toma de decisiones oportunas; personal capacitado para las necesidades del sector; talento que genera conocimiento y productos de alto valor.
Los mecanismos para alcanzar los objetivos se sustentan en las convocatorias de fortalecimiento institucional para hidrocarburos; para la superioridad energética –contempla consolidar la capacitación en centros de investigación y universidades como fortalecer los grupos de investigación– y las becas de posgrado en materia energética.