Redacción Petroquimex
El congreso internacional Congregas para empresas y negocios gasolineros 2019 inició muy favorable con la participación de la abogada de origen venezolano, Yurima Falcón-Grace, quien al tener 19 años de experiencia en el campo del petróleo y gas, expuso información de sumo interés para el sector gasolinero de México.
La seguridad energética es una condición indispensable para el desarrollo de los países. Un constante, seguro y asequible suministro a los combustibles es de importancia primordial para la economía de cualquier país. De ahí que el mercado de combustibles en general está íntimamente relacionado con la influencia y regulación de los gobiernos, la geopolítica internacional y los fenómenos sociales.
Al ser el Estado el administrador de los recursos petrolíferos, propiedad de la nación, su intervención y regulación es inevitable.
El consumo de combustibles fósiles ha aumentado constantemente en las últimas décadas y se espera que en los decenios venideros así continúe, aun cuando muchos países han reaccionado a los efectos nocivos, implementando políticas de fijación de precios e imponiendo impuestos para desincentivar su uso.
La reducción en el precio de los combustibles tiene un efecto expansivo sobre el PIB, explicado por su importancia como componente de costo de todos los sectores y, en particular, del sector transporte. Esto explica también el efecto positivo sobre el consumo de los hogares: una reducción de 10 por ciento en el precio de los combustibles, se traduce en un aumento entre 0.62 y 0.87 por ciento del consumo doméstico.
Intervención de los estados en el manejo del mercado de la gasolina
El precio promedio de la gasolina en todo el mundo es de US$1.10 por litro. Como regla general, los países más ricos tienen precios más altos, mientras que los países más pobres y los productores y exportadores de petróleo, tienen precios significativamente más bajos. Una excepción es Estados Unidos, un país económicamente avanzado con bajos precios de gasolina.
A pesar de que Noruega es uno de los mayores productores y exportadores de petróleo en el mundo, es el cuarto país más caro para comprar gasolina (US$1.88). De igual forma sucede en Holanda, en donde el litro cuesta US$1.80, seguido por Islandia, a US$1.84. La explicación es que, en lugar de subsidiar combustible, el gobierno ha creado impuestos altos para restringir el uso del vehículo privado e incentivar el transporte público.
Entre 167 países, a US$0.010 el litro, Venezuela es el país que tiene la gasolina más barata del mundo, de acuerdo con la consultora Global Petrol Prices. Por su parte, Hong Kong vende el litro a US$2.21, casi 200 veces más caro. Arabia Saudita, el segundo país del mundo en reservas petrolíferas, está en el lugar 20 en cuanto a precio, US$0.58.
Las condiciones que determinan el precio de la gasolina en cada país varían, así como las razones por las que su costo incrementa, repercutiendo en la inflación directamente y afectando a un sector que mueve la economía de un país, como es el transporte.
Las variables a las que está sujeto el precio de la gasolina en los mercados internacionales, son: matriz energética, geopolítica, precio del barril a nivel mundial, oferta y demanda, excedentes de inventarios, costos de comercialización (logística), subsidios u otras políticas fiscales para controlar los precios y obtener ventajas comparativas. Adicional a todos estos factores, el precio en cada país obedece también a que este sea productor o importador de petróleo, la variación del tipo de cambio en la moneda nacional; los impuestos a la producción, refinación y comercialización; así como el poder adquisitivo del consumidor.
Si bien las empresas petroleras privadas son señaladas por los altos precios de la gasolina, en realidad es la suma de diversos factores externos e internos, la que provoca la variación de precios en cualquier país. Una adecuada política fiscal, incentivos a las inversiones y regulaciones adecuadas, son claves para conseguir un equilibrio en los precios de cualquier combustible.