La construcción de plantas de licuefacción podría dejar al país inversiones superiores a los mil millones de dólares.
México está a tiempo de convertirse en un hub de gas natural licuado, no sólo por la ventaja de su ubicación geográfica, sino también por el acceso que ya tiene a la molécula que se exporta desde Estados Unidos a bajos precios.
Fuentes cercanas a este tipo de proyectos energéticos, y que prefieren no ser nombradas, aseguraron que la construcción de plantas de licuefacción podría dejar al país inversiones superiores a los mil millones de dólares por cada millón de toneladas al año que en capacidad productiva pueda instalarse.
Es decir, un complejo, con capacidad para producir 10 millones de toneladas anuales de gas natural licuado, podría significar inversiones por más de 10 mil millones de dólares, un monto que podría multiplicarse si se logra dar certidumbre a un mayor número de inversionistas o empresas que busquen instalar plantas de este tipo en el país.
Actualmente, en México y Estados Unidos se están desarrollando proyectos que suman 100 millones de toneladas al año. Sin embargo, la mayoría de estos planes se están ejecutando en el país del norte.
Sin embargo, el potencial que existe en el territorio mexicano es mayúsculo, por lo que está a tiempo de poder aprovechar la creciente demanda de este combustible de mayor valor agregado e importarlo, principalmente a Asia y Europa.
“Es el momento correcto (para invertir en gas natural licuado en el país), hay tendencias globales que están empujando la demanda de gas natural y el principal motor es la transición energética.
Es importante mencionar que la oportunidad se está generando porque el gas natural es considerado como un combustible de transición a nivel global, lo que ha permitido que la demanda se eleve de manera importante.
Aunque la dependencia de México a las importaciones, principalmente desde Estados Unidos, ha sido considerada como un riesgo a la seguridad energética, este es un concepto que debe ser visto desde otro punto de vista, pues los precios a los que el país tiene acceso, están por debajo de los tres dólares por millón de BTU, lo que le da la oportunidad de tener disponibilidad para su consumo interno, pero también para transformarlo y darle un mayor agregado.
Las fuentes consideran que por el momento es más rentable comprar la molécula al vecino país a que lo produzca Petróleos Mexicanos (Pemex) pues implica un menor riesgo económico y ambiental.
“Pensar en la seguridad energética también debe de ser de una manera regional, América del norte es el único bloque económico que es autosuficiente en energía, no necesitamos importar, y México es parte de ese bloque. La importación de gas natural hacia el país no es motivo de preocupación.”
Ayer se dio a conocer que New Fortress Energy dijo que la puesta en marcha de la primera planta de gas natural licuado de México se retrasará hasta finales de octubre.
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