El gobierno no asignó presupuesto para este año a la petrolera, por lo cual está buscando fondos.
Luego de cuatro años de apoyos por parte del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), Petróleos Mexicanos (Pemex) enfrentará en 2023 sus compromisos financieros sola, ya que el Gobierno federal no presupuestó una partida para ayudar a la petrolera a solventar su deuda en este año, de acuerdo con un reporte de la agencia Bloomberg.
Según el reporte, la petrolera mexicana busca fondos para pagar cerca de 10 mil millones de dólares en bonos que vencen este año, una suma que ni la compañía ni la administración federal incluyeron en sus presupuestos anuales.
La suma representaría menos del 10 por ciento de los compromisos financieros actuales de la petrolera estatal, esto de acuerdo con su último reporte financiero, que apunta una deuda de 105 mil millones de dólares al cierre del tercer trimestre.
De acuerdo con Bloomberg, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público dejó de cubrir las amortizaciones de deuda de Pemex en el segundo semestre de 2022 y seguirá así al menos en los primeros tres meses del presente año.
Esto en gran medida porque Pemex se ha beneficiado del aumento de los precios del petróleo a nivel mundial y ha aportado a las arcas del gobierno con más de un billón de pesos al cierre de noviembre del 2022.
La semana pasada, el director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, reconoció que dentro del presupuesto de la empresa productiva del Estado no está previsto el pago de amortizaciones a la deuda, pero subrayó que pudieron pagar sus compromisos financieros de 2022 con sus propios recursos.
“En este año tenemos vencimientos en enero, febrero y marzo que son fuertes, no son 105 mil, son del orden de cinco mil 500, seis mil millones de dólares en estos tres primeros meses (…) hemos venido platicando con Hacienda y buscando alternativas de cómo vamos a resolver este pago de amortizaciones”, dijo el funcionario durante una conferencia matutina desde Palacio Nacional.
James Salazar, subdirector de Análisis Económico de CIBanco, comentó que la situación financiera de Pemex se ha tornado complicada, y por más que el gobierno la ha apoyado con amortizaciones o la reducción de impuestos, la deuda de la empresa no ha bajado de los cien mil millones de dólares en los últimos años.
“El monto total que Pemex debe pagar cada año no baja de entre ocho y 12 mil millones de dólares, si bien se ha hecho una reingeniería de la empresa.
El problema es que tiene una situación financiera complicada, con una producción a la baja y sigue aportando la mayoría de sus beneficios al gobierno, esto es un círculo vicioso con el que se debe romper”, consideró el analista económico.
Para Salazar, Pemex debe apostar al incremento de la producción, regresar a los contratos con privados y dejar de lado proyectos que generan pérdidas, como la refinación de combustibles, aunque son elementos de la política energética del actual Gobierno.