La petrolera redujo 29.3% el volumen de sus exportaciones a un mínimo de 687,814 barriles diarios, al tiempo que elevó en 23.1% el proceso de crudo y rebasó por primera vez en ocho años el millón de barriles transformados.
Se intensifica la apuesta de Petróleos Mexicanos (Pemex) por la refinación y con ello, la estatal está dando un paso hacia atrás en el mercado global de petróleo.
En marzo pasado la petrolera recortó sus exportaciones de crudo un 29.3% interanual a 687,814 barriles diarios, el nivel más bajo para cualquier mes en al menos 34 años.
Esta baja le permitió disponer de un mayor volumen de aceite para destilar en el país, de modo que, durante el mismo mes, el proceso de crudo en las seis refinerías que conforman su sistema nacional de refinación (SNR) creció 23.1% a un millón 61,918 barriles diarios.
La petrolera rebasó el millón de barriles de crudo procesados por primera vez desde junio del 2016 y consiguió su mejor registro desde febrero de ese año (cuando procesó un millón 67,814 barriles diarios).
Esta mejora en el proceso significó que, en un año, el uso de planta del SNR —que tiene una capacidad de procesamiento total de un millón 641,000 barriles diarios de aceite— saltó de 52.6 a 64.7 por ciento, que es también el mejor nivel desde marzo del 2016 (68.4 por ciento).
Con años de retraso, finalmente Pemex dio señales de un mayor dinamismo rumbo al cumplimiento de sus ambiciosas metas de transformación, que en última instancia apuntan a que todo el petróleo producido en el país se procese internamente.
En diciembre del 2021, en una presentación titulada “10 Tareas Pemex”, que fue proyectada en Palacio Nacional, en una conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador, la empresa estimaba que sería tan pronto como en el 2022 cuando el SNR alcanzaría un nivel de procesamiento de un millón 200,000 barriles diarios.
El pronóstico implicaba un salto de nada menos que 68% respecto de los 714,000 barriles diarios que fueron procesados durante el 2021.
Sin embargo, en el 2022 el proceso de crudo fue de 816,000 barriles diarios, con lo que quedó 32% por debajo de la meta. En ese mismo documento, se proyectaba que el SNR alcanzaría un pico de proceso en el 2023, con un millón 337,000 barriles diarios, que se replicaría en el 2024.
Un avance mucho más lento de lo esperado en los trabajos de rehabilitación del SNR y el incremento del precio de la mezcla mexicana en el 2022, que hicieron más atractivas las exportaciones de aceite, dieron al traste con el cumplimiento de las metas.
Las proyecciones de Pemex de diciembre del 2021 también suponían que la refinería Olmeca, en Dos Bocas, Tabasco, estaría operando a plenitud en el 2023, lo que no ocurrió.
Luego del no cumplimiento de los objetivos originales y de varios ajustes intermedios de pronósticos, en octubre del año pasado, durante su comparecencia ante el Congreso, Octavio Romero, director general de Pemex replanteó que para el 2024 la meta de proceso de crudo en el SNR sería de un millón 24,000 barriles diarios.
Finalmente, el pasado 18 de marzo, en la conmemoración del 86 aniversario de la Expropiación Petrolera, la estatal pronosticó que, en diciembre de este año, el SNR transformará un millón 101,000 barriles diarios de crudo.
En tanto, con la mayor actividad refinadora, la producción de petrolíferos subió en marzo 23.8% interanual a un millón 98,000 barriles diarios.
Si bien la producción de gasolina tuvo un crecimiento por arriba del promedio, de 27.1% a 350,000 barriles diarios, el SNR continúa produciendo un alto volumen de combustóleo.
La elaboración de este combustible residual creció 13.4% a 349,000 barriles diarios y se ubicó apenas por debajo de la gasolina. En tanto, la elaboración de diésel fue la más dinámica con un alza de 39.8% a 212,000 barriles diarios.
Apuesta polémica
La mayor actividad refinadora de Pemex responde al mandato del presidente López Obrador de que el México elimine su dependencia de los combustibles importados, que todavía el año pasado representaron 68.5% de la oferta de gasolina y de 66.7% de la oferta de diésel.
Sin embargo, la filial de Transformación Industrial de Pemex (Pemex TRI) opera con pérdidas significativas. El año pasado tuvo un rendimiento neto negativo de 74,021 millones de pesos, de acuerdo con los estados financieros de la empresa al cuarto trimestre.
Destaca que la empresa filial tiene incluso un rendimiento bruto negativo: tiene pérdidas incluso antes de restar gastos de administración, de distribución y de aplicar los costos financieros.
En el 2023, la pérdida bruta de Pemex TRI fue de 100,085 millones de pesos y la pérdida de operación (antes de costos financieros) se ensanchó hasta los 183,788 millones de pesos, que representó 17.8% de los ingresos de la empresa.
El enfoque hacia el mercado interno derivado de una mayor actividad refinadora, ha sido presumido por Pemex como una fortaleza.
En su reporte del primer trimestre del 2024, la empresa destacó que 75.6% de sus ingresos totales se generaron en México, casi 10 puntos porcentuales más que en el 2022.
“Para la empresa del Estado, las ventas internas son una fuente de ingresos no solo estable sino permanente, que contribuye en su fortalecimiento financiero”, destacó.
octavio.amador@eleconomista.mx
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