Las empresas mineras estarían invirtiendo 40.5% más este año en energías limpias en relación a 2021, pero señalan que el reto es retomar la apertura del sector eléctrico a participación de privados.
El sector minero espera que este año la inversión destinada a proyectos de energías limpias alcance su mayor nivel con 51.3 millones de dólares, esto a pesar del escenario incierto ante el cambio de las reglas del juego en esta administración.
Esta proyección se da tras una recuperación de la inversión del sector en energías limpias durante 2021, luego de un desplome en 2020, por la pandemia de Covid-19.
De acuerdo con datos de la Cámara Minera de México (Camimex), para 2022 se calcula que la inversión para energía limpias crecerá 40.5% en relación a lo invertido en 2021, que fueron 36.5 millones de dólares y que hasta ahora es la más alta tras la apertura que se dio con la reforma energética del sexenio pasado.
Entre 2014 y 2018, el sector minero invirtió por año en un rango de entre 10.5 y 20 millones de dólares, pero en 2020 cayó de manera importante y solo se registró una inversión en energías limpias de 1.3 millones de dólares.
En esta administración no solo las empresas dedicadas al sector eléctrico detuvieron sus proyectos de energías limpias por la falta de certeza en las reglas y las trabas para la obtención de permisos por parte de la Comisión Reguladora de Energía (CRE) y también en autorizaciones por parte de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), varias industrias se han visto afectadas.
En julio pasado, la Semarnat negó un permiso a Audi para la construcción de una planta solar y en el sector minero también se han quedado proyectos en el tintero, como es el caso de la canadiense Torex Gold, la cual declaró que había decidido dejar en stand by un proyecto solar con capacidad de 8.5 megawatts.
El sector minero se considera como esencial, al ser el inicio de todas las cadenas productivas, ante esto requiere de energía suficiente, limpia y a costos eficientes, para que pueda seguir creciendo y generando empleos y valor para el país.
Según la Camimex, la minería es la cuarta actividad industrial que más consume energía en México, y más del 50% de sus costos provienen de los energéticos, por lo que señala que es imprescindible que precios se mantengan competitivos.
De acuerdo con el último reporte anual de la Camimex, los precios competitivos en electricidad para preservar el potencial y dinamismo de la industria minera son imprescindibles, ya que en los últimos años ha sufrido considerables impactos que han resultado en la fuga de capitales de inversores nacionales y extranjeras, así como en afectaciones a la derrama económica y a los ingresos que se generan para el país.
Señala que el principal reto es mantener la tendencia iniciada a finales del siglo 20, en la cual, el sector eléctrico había evolucionado hacia una apertura que le ha permitido facilitar el acceso a un suministro más competitivo y progresar hacia la transición energética.
“Para ello, es necesario mantener la competencia y dando certeza a las inversiones del sector privado en el mercado eléctrico, sólo de esta manera se podrá generar energía asequible y más limpia (considerando, de manera general, que dos terceras partes de la generación de CFE provienen del consumo de combustibles fósiles y que depender de la generación hidroeléctrica es casi imposible considerando el estrés hídrico del país”, argumenta la Camimex.
Entonces considerando que la energía proveniente de hidroeléctricas será escasa, la única posibilidad de reducir el riesgo al alza de los precios de combustibles es recurrir a la energía solar y eólica.
Las empresas afiliadas a la Camimex adoptaron mediante la puesta en marcha de buenas prácticas y altos estándares internacionales, con la finalidad de extender el uso de fuentes de energía limpia y renovable en las operaciones mineras, así como de un diésel ultra bajo azufre y, de esta manera, reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero y huella de carbono.
En 2021, el consumo de energía eléctrica del sector minero proveniente de fuentes limpias se incrementó del 14% al 31%, por la competitividad en los precios de las energías renovables.