Los precios del petróleo ampliaban sus ganancias este lunes, impulsados por la debilidad del dólar y la escasez de suministros, que contrarrestaban el temor a una recesión y la perspectiva de que los confinamientos generalizados por el Covid-19 en China vuelvan a reducir la demanda de combustible.
Los futuros del crudo Brent para el mes de septiembre subían 2.14 dólares, o un 2.1%, hasta los 103.30 dólares el barril a las 11:00 GMT, tras haber ganado un 2.1% la jornada del viernes.
Los futuros del crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) para entrega en agosto subían 1.72 dólares, o un 1.8%, a 99.31 dólares, tras haber subido un 1.9% en la sesión anterior.
El dólar estadounidense retrocedía desde sus máximos de varios años, apoyando los precios de materias primas que van desde el oro hasta el petróleo. Un dólar más débil hace que las materias primas que cotizan en el billete verde sean más asequibles para los tenedores de otras divisas.
Tanto el Brent como el WTI registraron la semana pasada sus mayores descensos semanales desde hace aproximadamente un mes por el temor a una recesión que afecte a la demanda de petróleo. Esta semana continúan las pruebas masivas de Covid-19 en algunas zonas de China, lo que aumenta la preocupación por la demanda de petróleo del segundo mayor consumidor del mundo.
Sin embargo, los suministros siguen siendo escasos. Tal y como se esperaba, el viaje del presidente estadounidense, Joe Biden, a Arabia Saudita no ha servido para que el principal productor de la OPEP se comprometa a aumentar la oferta de petróleo.
Biden quiere que los productores de petróleo del Golfo aumenten la producción para ayudar a bajar los precios del petróleo y reducir la inflación.
Los mercados mundiales se centran esta semana en la reanudación de los flujos de gas ruso hacia Europa a través del gasoducto Nord Stream 1, cuyo mantenimiento finalizará el 21 de julio. Gobiernos, mercados y empresas temen que el cierre se prolongue por la guerra en Ucrania.
“El crudo Brent encontrará apoyo al final de la semana si Rusia no devuelve el gas a Alemania tras el mantenimiento del Nord Stream 1″, dijo el analista principal de OANDA, Jeffrey Halley.
La pérdida de ese gas para Alemania, la cuarta economía mundial, la golpearía con fuerza y aumentaría el riesgo de recesión.