La información que recientemente dio a conocer la agencia Reuters, sobre la forma en que presuntamente fueron presionados algunos integrantes de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) por parte del Gobierno federal, para presumiblemente favorecer con sus decisiones a Petróleos Mexicanos, dejan entrever parte de lo que se vive al interior de los reguladores en […]
La información que recientemente dio a conocer la agencia Reuters, sobre la forma en que presuntamente fueron presionados algunos integrantes de la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) por parte del Gobierno federal, para presumiblemente favorecer con sus decisiones a Petróleos Mexicanos, dejan entrever parte de lo que se vive al interior de los reguladores en materia energética, una situación que es un secreto a voces y que también toca a la Comisión Reguladora de Energía.
Según la información publicada en días recientes, integrantes de la CNH, tras rechazar en junio de 2022 un plan presentado por la petrolera mexicana para desarrollar el campo Quesqui en Tabasco, con el argumento de que la propuesta era poco sólida desde los aspectos técnico y económico, habrían sido presionados para cambiar su decisión, una presión que habría llegado incluso al propio presidente de la Comisión, Rogelio Hernández quien terminaría renunciado en septiembre.
Cinco meses después, el 24 de noviembre, el regulador aprobó el plan para el campo Quesqui en Tabasco, ya con un nuevo presidente de la CNH y después de que otros funcionarios también hubiesen renunciado. Vaya predicamento en el que ahora se encuentra la CNH.
<b>Los dos bandos en la CRE</b>
Sin embargo, no sería el único órgano regulador que vive sus altas y bajas, tanto por las presuntas presiones gubernamentales para favorecer a las empresas del Estado, como a las propias pugnas internas.
Y es que, nos comentan, en la Comisión Reguladora de Energía han aumentado las tensiones entre dos de los grupos que se disputan el control del órgano que encabeza Leopoldo Melchi.
Por un lado, nos dicen, quienes mantienen la línea de cumplir con los designios que se marcan en Palacio Nacional, respecto a la política energética y por el otro, aquellos que presumiblemente estarían encubriendo muchas irregularidades de algunas petroleras que estarían adquiriendo combustible de forma ilegal y comercializándolo, además de supuestamente alterar sus reportes de volumen y facturación. Incluso se ha empezado a sospechar de una actuación parcial para autorizar diversas solicitudes de verificación. Mal panorama para el sector en caso de existir tal enfrentamiento.