La empresa estatal ha mejorado su participación en el mercado de combustibles, pero al mismo tiempo incurre en pérdidas, presionada por sus costos de transformación.
Entre descuentos comerciales para atraer de nueva cuenta a clientes mayoristas que había perdido en el mercado de petrolíferos, además de su primer margen negativo trimestral del periodo más reciente luego de 10 ejercicios con ganancias en el negocio de la refinación y pérdidas que no cesan para la subsidiaria Transformación Industrial, la estrategia de rescatar este negocio de Petróleos Mexicanos (Pemex) parece no ser la adecuada, según expertos, a pesar del discurso de autosuficiencia del gobierno federal.
Marcial Díaz, consultor de empresas en el negocio del midstream mexicano de los hidrocarburos en Lexoil Consultores, aseguró que simplemente haciendo una comparativa de las refinerías que opera Pemex en territorio nacional, en contraste con su otro activo, que desde este año es la totalidad de la planta de Deer Park en Texas, resulta 30% más caro refinar crudo en el país que importarlo, y las explicaciones son variadas.
Una refinería con capacidad similar a la de Deer Park es Salina Cruz, en Oaxaca, con una capacidad de procesar 340,000 barriles diarios de crudo. Sin embargo, esta refinería ubicada en el Pacífico mexicano tiene paros operativos constantes y a decir de Marcial Díaz, en 2021 paró casi medio año.
Además, tiene una plantilla laboral de 4,500 trabajadores, mientras que el promedio de Deer Park es de 850 empleados, entre los de base y los contratistas.
“El costo es altísimo porque somos generadores de fuentes de empleo, pero no somos generadores de riqueza”, aseveró el especialista.
Con ello, de los 1.1 millones de barriles que se consumen en el país, se importa el 75% tanto de Pemex como de privados. No existe autosuficiencia porque sencillamente es más barato importar y se ha demostrado que Pemex no puede solo, que sus capacidades operativas y financieras están rebasadas, que subsidiar combustibles para los consumidores termina afectando sus finanzas y que tiene un sindicato demasiado robusto que incluso no participó en las negociaciones del 2014 y que impedirá que haya eficiencias para poder llegar a la deseada autosuficiencia.
Cabe recordar que Pemex presentó un margen variable negativo de 7.37 dólares por barril en el tercer trimestre del año, situación que no se observaba en 10 trimestres consecutivos en que este margen fue positivo. Este margen fue 10.69 dólares por barril menor a lo registrado en el mismo trimestre de 2021.
A la vez, Pemex resaltó que durante el tercer trimestre de 2022 el proceso de crudo del Sistema Nacional de Refinación (SNR) se ubicó en promedio en 807,000 barriles por día. Esto representa un aumento de 16% o 112,000 barriles diarios con respecto al mismo trimestre de 2021. También implicó un uso de 49.2% de la capacidad de las seis refinerías en conjunto, en contraste con el 42.3% del año pasado.
Pero por subsidiaria, Pemex reportó ganancias a su último dato, al 30 de julio de 2022, en todos los rubros, excepto en Transformación Industrial, donde la pérdida fue de 61,722 millones de pesos, que, si bien implican una mejoría en relación con los 11,144 millones de pesos que se reportaron como pérdida neta, mantienen en números rojos a esta subsidiaria.
En el trimestre, los precios mostraron una tendencia a la baja, después de que en diversos países los bancos centrales acelerarán los incrementos de las tasas de interés en respuesta a los altos niveles de inflación, lo cual aumentó las perspectivas relacionadas con una recesión económica y sus afectaciones en el crecimiento de la demanda mundial de petróleo.
Arturo Carranza, analista del sector energético mexicano, aseguró que los datos demuestran que la refinación es un mal negocio para Pemex. El deterioro de las seis refinerías que operan actualmente en territorio nacional impide que el procesamiento de crudo y la producción de combustibles se lleve a cabo de forma eficiente.
En tanto, la penetración de privados en el mercado de combustibles ha generado un ambiente de competencia al cual Pemex no estaba acostumbrado. La eficiencia de los privados ha generado que Pemex pierda gradualmente participación en un mercado que, junto con las exportaciones de crudo, representa la mayor fuente de ingresos para la petrolera.
“Para hacer frente a esta realidad, Pemex ha decidido otorgar descuentos comerciales para retener a sus clientes. La estrategia puede ser efectiva en el corto plazo, sin embargo, en la medida en que la petrolera no muestre la capacidad suficiente para reducir los costos de operación y de logística, generará afectaciones a sus finanzas en el mediano y largo plazo”, aseguró.
Y respecto a la salud financiera de la empresa si se mantiene la meta, incluso discursiva, de que en 2024 se deje de importar combustibles, explicó que una reducción en las compras externas, en cualquier porcentaje, sería una buena noticia. “Lo es no tanto porque pueda devenir en un impacto positivo en las finanzas de Pemex sino porque fortalece la seguridad energética del país. Cosa que no es menor”, aseguró.
Finalmente, recomendó que, para pensar en un beneficio en la salud financiera de la empresa, derivado de la reducción de las importaciones, sería necesario lograr que esta disminución venga aparejada de un incremento de la producción nacional basada en procesos eficientes que no requieran de inversiones sustanciosas en el Sistema Nacional de Refinación o de estrategias comerciales erráticas.