El Senado aprobó este martes la polémica reforma a la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) del presidente Andrés Manuel López Obrador, que busca impulsar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en detrimento de los generadores privados, sobre todo renovables.
Con 23 votos a favor y 20 en contra, las tres comisiones unidas de Energía; Medio Ambiente, Recursos Naturales y Cambio Climático, y la de Estudios Legislativos, avalaron esta madrugada, sin cambios, el dictamen que la Cámara de Diputados aprobó hace una semana.
Además, los partidos encabezados por el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) bloquearon la propuesta de los opositores de realizar un ejercicio de parlamento abierto, para que organizaciones civiles y empresarios opinaran sobre el dictamen.
“Esta iniciativa tiene como prioridad que exista una soberanía dentro del sector energético”, sostuvo la senadora de Morena, Lucía Trasviña.
Los legisladores de Morena y sus aliados, el Partido del Trabajo (PT) y el Partido Encuentro Social (PES), han replicado los argumentos del presidente López Obrador, quien ha pedido revertir los efectos de la reforma energética, que abrió el sector a la inversión privada en 2013.
Desde el 1 de febrero que envió la iniciativa al Congreso, con carácter preferente, para discurse en un plazo de 30 días en cada Cámara, el mandatario ha pedido no cambiar “nada” al dictamen, una instrucción que han seguido sus legisladores.
Pese a que la reforma violaría el nuevo Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el presidente advirtió que no “daría marcha atrás” a su iniciativa, previo a la reunión bilateral con su homólogo estadounidense, Joe Biden.
Los senadores del Partido Acción Nacional (PAN) tacharon de “autoritaria” la rápida aprobación de la reforma, sin un ejercicio de parlamento abierto.
“Para ellos, escuchar a la ciudadanía es pérdida de tiempo. No quieren cambiar una coma a lo que envió el presidente. Solo obedecen”, opinó Xóchitl Gálvez, senadora del PAN.
Los opositores insistieron en que la reforma impediría que México cumpla con su compromiso dentro del Acuerdo de París, de generar 35 por ciento de la energía con fuentes limpias en 2024.
“No tengo duda de que significará un retroceso a la salud de los mexicanos, la calidad del medio ambiente y en el uso eficiente de los recursos naturales”, afirmó Claudia Ruiz Massieu, senadora del Partido Revolucionario Institucional (PRI).