Los únicos países que hasta ahora acudirán a la gran cumbre de esta materia son Bélgica, Polonia, Hungría, Marruecos, Canadá, Chile, Indonesia y Japón.
La primera gran cumbre de minerales críticos a nivel global tendrá lugar a la vuelta del verano (en concreto el 28 de septiembre). Una cita que, sin embargo, no ha generado grandes expectativas entre los países. Así, según la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés), solo han confirmado su participación ocho países. Tres europeos –Bélgica, Polonia y Hungría-, un africano –Marruecos-, un norteamericano –Canadá-, un sudamericano –Chile-, y dos asiáticos, Indonesia y Japón.
Entre esas ausencias se encuentra España. Nuestro país, según fuentes de la IEA, ha sido invitado a la celebración, pero no han recibido respuesta. Una cita, la de los minerales críticos, que tendrá lugar unos días después de la Cumbre Internacional sobre Clima y Energía que se celebrará en Madrid durante la Presidencia española del Consejo de la Unión Europea. Existe mucho debate hoy en los diferentes países sobre si la extracción de los minerales críticos supone una amenaza para el medioambiente.
Los minerales críticos más conocidos son el aluminio, el cromo, el cobalto, el cobre, el grafito, el indio, el hierro, el plomo, el litio, el níquel, el zinc o las tierras raras. Estados Unidos, a través de su plan Inflation Reduction Act, busca potenciar la producción de estos con el fin de competir contra China, mientras que la UE ha tratado de seguir al país norteamericano con una tímida respuesta a través del Critical Raw Materials Act.
Canadá es uno de los países más activos en la extracción de minerales críticos. El pasado miércoles, firmó con Corea del Sur acuerdos para potenciar sus cadenas de suministro. El país que gobierna Justin Trudeau posee muchos de los minerales críticos -como el litio, el cobalto y el níquel- que se utilizan actualmente para fabricar baterías para vehículos eléctricos (VE) y están destinando recursos económicos para ayudar a los productores y transformadores a aumentar la producción. Además, es uno de los ocho territorios que participará en la cumbre.
Otros representantes que estarán en la cumbre son el Comisario de Infraestructura y Energía de la Unión Africana y el Comisario Europeo de Mercado Interior; y los directores ejecutivos de las compañías BHP, Glencore, London Metal Exchange y Umicore. «Los participantes compartirán sus experiencias, identificarán los desafíos en torno a los suministros minerales críticos y discutirán un curso de acción efectivo para garantizar transiciones energéticas rápidas y seguras», apuntan desde la IEA.
«Necesidad urgente de reunir a los gobiernos»
Fatih Birol, director de la IEA, aseguró que «la agencia, como autoridad energética mundial, está asumiendo la responsabilidad principal en el suministro seguro y sostenible de minerales críticos. La gestión eficaz de estos recursos es esencial para garantizar que los objetivos energéticos y climáticos se traduzcan en acciones tangibles y proyectos de energía limpia sobre el terreno. Vemos una necesidad urgente de reunir a los gobiernos, la industria, los inversionistas y otras partes interesadas para abordar colectivamente cuestiones que tendrán un profundo impacto en el futuro de la seguridad energética y los esfuerzos globales para alcanzar las emisiones netas cero».
En España destaca sobre todo la existencia del litio. Sin embargo, fuentes del sector critican las pocas ayudas. «En Estados Unidos ya hay empresas que están estableciéndose con las nuevas ayudas del IRA para la transformación del litio y la fabricación de baterías. De alguna forma, han hecho un viaje en su inversión, de una primera intención de invertir en Europa a hacerlo en Estados Unidos. Ellos han sido más ágiles, más flexibles y han puesto más dinero».
Una realidad que también se vive en Colombia. «La dificultad está en las visiones políticas que hay frente a las industrias extractivistas. Aquí hay una autoridad nacional minera -que depende del Ministerio de Minas y Energía- que con ocasión del cambio de Gobierno ha girado su visión hacia una de bastante control o incluso restricción de la actividad minera en distintas zonas del país. La posición actual del Ejecutivo es ser tremendamente cuidadoso y proteccionista con el medioambiente, negando el desarrollo de muchos proyectos mineros que podrían responder eventualmente a esas necesidades de la demanda».