Conforme al panorama que arroja el reciente y a la vez histórico acuerdo de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y sus aliados —entre quienes están Rusia y México— (OPEP+), la consultora Bain & Company emitió un análisis sobre los elementos y medidas que la industria petrolera podría tener en cuenta, a fin de enfrentar los dos escenarios que han impactado fuertemente a este sector.
Los acontecimientos de los últimos meses han sacudido de manera importante a la industria energética. Si a finales de 2019, en materia de petróleo y gas, ya se estaban recibiendo señales de advertencia sobre una sobreproducción de suministros; a principios de 2020, la conmoción de la demanda, infligida por la alta propagación del coronavirus o Covid-19, ha ocasionado una rápida disminución de la actividad en la cadena de suministro, la actividad industrial, los viajes aéreos y otras actividades cuya intensidad energética es de sumo relevante; provocando la reducción de precios en los productos básicos blandos.
Posteriormente, las decisiones de Rusia y Arabia Saudita de renunciar a los recortes de producción, combinadas con una disminución de la demanda en todo el mundo, han empujado los precios a niveles no vistos en dos decenios, niveles que podrían caer por debajo de los costos de producción.
Los efectos y acuerdos de la OPEP+ podrían tardar varios trimestres en desaparecer, a medida que la industria se ajusta a los niveles más bajos de inversión de capital y a un nuevo entorno de precios. Bajo este contexto, los ejecutivos de la industria deben contar con un abanico de estrategias que les permita hacer frente a múltiples posibles escenarios.
Ciertamente superar la crisis no será fácil, pero los mejores atributos de la industria como son: recursos, innovación y experiencia pueden ayudar a impulsar el sector hacia el futuro que se quiere y necesita. El análisis realizado por Bain & Company enlista una serie de acciones que los líderes del sector petrolero y gas pueden considerar. Por ejemplo: tratar de conservar y proteger a los empleados, sobre todo a aquellos con sobrado o destacado talento, así como a los clientes; estabilizar operaciones, planificar reducciones urgentes de costos, avanzar en los procesos de digitalización y mejora tecnológica; entre otros.