Europa atraviesa una crisis energética debido a las deficiencias de suministro de gas natural, esto ocasionado por el cierre de las exportaciones de este recurso por parte del principal proveedor que es Rusia, en represalia por las acciones del viejo continente debidas a la invasión de Ucrania. Sin embargo, hay una especie de agujero ardiendo en medio del desierto que puede representar la salvación de nuestro continente.
Turquía y Turkmenistán tienen aproximadamente 30 años negociando
Luego de la caída y desmembramiento de la Unión Soviética, Europa y Turquía demostraron gran interés en el gas turkmeno, y más aún con el boicot energético a Rusia como reacción a la guerra de Ucrania, puesto que era el principal proveedor de este recurso. Para ello se había establecido que llegaría primero a Turquía y de allí a los países europeos siguiendo la ruta del gasoducto transcaspio.
Este gasoducto sería construido siguiendo la ruta que va desde las orillas del mar Caspio hasta llegar a Azerbaiyán que está entre Asia Occidental y Europa del Este en la zona del Cáucaso. Pero las negociaciones entre Turkmenistán y Turquía se han extendido por 30 años debido a desacuerdos políticos y económicos que han impedido que el gas llegue al viejo continente a través de este último país.
Finalmente, Turkmenistán y Turquía llegaron a un acuerdo que favorece a Europa
Hace poco se hizo público un anuncio que es de gran alivio para Europa: Turquía y Turkmenistán han suscrito un acuerdo con el cual le será suministrado al primer país mencionado gas turcomano, lo que equivale a que este agujero en llamas en el desierto será la fuente energética que salvará a nuestro continente. De hecho, es la primera vez que desde el país asiático fluye gas directamente a los turcos.
Las empresas Turkmengaz y BOTAS, que son las operadoras estatales encargadas por Turkmenistán y Turquía respectivamente, de la gestión de su infraestructura gasífera y administradoras del gasoducto entre ambos países, comenzarán con el flujo de gas de inmediato, según lo establecido en el acuerdo. La parte técnica del mismo será resuelta entre el personal de ambas empresas.
Es de hacer notar que con este acuerdo el viejo continente sale ganando mucho (evitando quedarse sin gas durante la temporada de invierno lo que sería crítico). Este convenio implica que se otorgará a Turquía cerca de dos mil millones de metros cúbicos de gas proveniente de Turkmenistán incrementando este volumen de forma anual hasta alcanzar los 15 mil millones de metros cúbicos.
Al final de las próximas dos décadas. Con este memorándum de entendimiento, Turquía disminuye su dependencia de Rusia en las importaciones de gas natural por lo que podrá cubrir sus necesidades con su producción, sumada a las importaciones provenientes de otros países como Estados Unidos y actuará como intermediario de este recurso para Europa contribuyendo con la seguridad energética de esta última.
Los números de Turquía antes del acuerdo con Turkmenistán
Antes de establecer este acuerdo, Turquía cubría la casi totalidad de sus necesidades con importaciones, de acuerdo a su último informe anual su mayor proveedor era Rusia con el 42,27 %, seguido por Azerbaiyán con 20,32 %, luego viene Argelia, 11,86 %, Irán con el 10,71 % y los Estados Unidos cierran con un 7,95 %. A partir de ahora, asumirá el papel de reexportador para los países de Europa.
En conclusión, un agujero ardiendo en medio del desierto es la última esperanza de la seguridad energética de Europa (como esta mina que pertenece al viejo continente y alberga una de las fuerzas de mayor importancia del planeta). Este acuerdo alcanzado por Turquía y Turkmenistán ha sido el bastión que ha devuelto la estabilidad y la tranquilidad energética a la comunidad europea.
Por Omar D.
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