La eventual llegada de una vacuna para el covid-19 no tendrá un impacto significativo en el mercado del petróleo, al menos hasta la segunda mitad de 2021, y de aquí a entonces la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha revisado drásticamente a la baja sus previsiones sobre la demanda global por la segunda ola epidémica.
En su informe mensual publicado este jueves, la AIE insiste en que «es demasiado pronto para saber cuándo y cómo las vacunas permitirán volver a una vida normal», y en que la realidad a corto plazo son las restricciones a los movimientos por la escalada de los contagios en Europa y Estados Unidos.
Eso justifica una corrección a la baja de sus proyecciones sobre el consumo de crudo respecto a las que presentó en octubre, empezando por las del tercer trimestre (400 mil barriles diarios menos), a la vista de los datos recopilados del verano.
El recorte más brusco es para los tres últimos meses del año, con un consumo de 91.3 millones de barriles diarios, lo que significa 1.2 millones menos de lo anticipado hace un mes.
Es decir, el hundimiento en el conjunto del año será de 8.8 millones de barriles diarios respecto a 2019 (400 mil barriles diarios menos que en el precedente informe). El volumen de crudo consumido en 2020 será inferior al de 2013.
La agencia también corrige a la baja en 690 mil barriles diarios sus predicciones para el primer trimestre del próximo año, y estima que en todo 2021 la recuperación será solo parcial, con una subida interanual de 5.8 millones de barriles diarios hasta 97.1 millones. Lo que supone todavía 3 millones por debajo del nivel anterior al estallido de la crisis por el coronavirus.
La razón es la caída de la movilidad que se está constatando en Estados Unidos, aun sin restricciones administrativas, que sí se han impuesto en Europa. Aunque son menos severas que las de la primera ola, van a tener un fuerte impacto tanto sobre la actividad económica como sobre los desplazamientos.
El descenso en los mercados estratégicos en el uso de combustibles para el transporte, podría ser de entre un tercio y la mitad de la que hubo durante la primera ola.
Teniendo en cuenta estas bajas expectativas de la demanda y el esperado aumento de las extracciones en algunos países productores, la AIE explica que no hay base para un reforzamiento de los precios del barril de petróleo, que ha vivido un mes de octubre marcado por fuertes oscilaciones.
La noticia a comienzos de semana de los buenos resultados de la vacuna de Pfizer, que se encuentra todavía en la fase 3 de pruebas, hizo subir la cotización del barril de Brent hasta los 45 dólares. Sin embargo, los precios de futuros se han mantenido por debajo, lo que indica que el mercado se considera suficientemente abastecido.
Por el lado de la oferta, la producción en noviembre podría aumentar en más de un millón de barriles diarios debido al repunte de la aportación de Estados Unidos, tras los parones que hubo por el último huracán en el Golfo de México, y una recuperación de las extracciones en Libia, mayor de lo anticipado.
Los autores del informe calculan que en el cuarto trimestre la producción podría incrementarse en un millón de barriles diarios respecto al tercero, sobre todo por los 700 mil barriles diarios de Libia, y eso en un contexto marcado por las nuevas restricciones por la ola epidémica en buena parte de los países de la OCDE.
Una situación que podría llevar a la OPEP y a sus socios, que se reúnen el 30 de noviembre y el 1 de diciembre, a modificar sus objetivos de producción, que debían aumentar en dos millones de barriles diarios a partir de comienzos de 2021.
Otro elemento que evidencia que el mercado está suficientemente abastecido es el de las reservas industriales. Aunque en septiembre descendieron por segundo mes consecutivo en 19.7 millones de barriles, los 3 mil 192 millones de barriles acumulados están 225 millones por encima de la media de los últimos cinco años.
Para la AIE, si la OPEP y sus socios persisten en la subida programada de producción de 2 millones de barriles diarios para comienzos del año próximo, no habrá en el primer trimestre de 2021 ningún cambio en el nivel de reservas que sigue siendo particularmente elevado.